El triunfo electoral de Raúl Alfonsín fue el fruto de una fuerte participación popular y juvenil, generando importantes adhesiones sobre la base de las siguientes propuestas: lucha por la libertad, el retorno a la democracia, la justicia social, la plena vigencia de los derechos humanos, derogación de la ley de auto amnistía decretada por el gobierno de facto, la denuncia del pacto militar sindical. En principio el eje principal fue el retorno de las instituciones democráticas, pero lo más importante fue el contagio de un clima de gran entusiasmo por la mayoría de la ciudadanía, el cierre de campaña en Capital Federal alrededor del obelisco anticipo lo que ocurriría el 30 de octubre al reflejar un vigor cívico que se creía sofocado.
Raúl Alfonsín a partir de aquella memorable jornada electoral del 30 de octubre de 1983 asumió el compromiso de conducir a la República a su irrenunciable destino democrático, su liderazgo moral, su concepción ética y estética de la política permitió que recorriera el país recitando el preámbulo de la Constitución Nacional, alzando su voz cargada de definiciones apasionadas. En tiempos de grietas y controversias como los que vivimos la figura de Raúl Alfonsín puede representar un símbolo de unión, un punto de acuerdo que nos ayude a reflexionar.
El 30 de octubre de 1983 tras ganar la histórica elección presidencial Raúl Alfonsín agradeció la confianza que la gente depositó en él y expreso su visión acerca del cambio de época que estaba comenzando: “…no va a ser nada fácil, pero no habrá nada imposible para un pueblo absolutamente resuelto a que la Argentina ocupe el lugar que corresponde…” Ese era el espíritu que lo guiaba con la esperanza de conseguir el reencuentro de los argentinos con lo mejor de su historia.
El ateneo y Plaza Arturo Umberto Illia de la Unión Cívica Radical rinde su homenaje a Raúl Alfonsín a 37 años de su triunfo electoral que devolvió la democracia a nuestro país para luego convertirse en el estadista más respetado de la argentina reciente.
Ana De Otazúa – Beatriz Fayos – Miguel A. Cerimele
