Carlos Melconian. «Hay que deslizar el tipo de cambio, que hoy no genera inflación»

La brecha cambiaria entre el dólar oficial y los paralelos -que llegó a ser del 100%- es una de las mayores preocupaciones financieras del país hoy, ya que presagia en las expectativas de los actores económicos una posible devaluación brusca, que luego se traslada a la inflación. Ante este escenario, el economista Carlos Melconian recomendó deslizar aún más el tipo de cambio oficial, que en los últimos meses estuvo aumentando 0,13% diario.

«Hay que deslizar el tipo de cambio, que hoy no genera inflación. Hay que aprovechar estos momentos de desinflación rara y ser más atrevido. A esta altura, una inflación anual de 38% o 42% es lo mismo. El deslizamiento es independiente del arreglo de la deuda, porque si se piensa arreglar y después devaluar, después se empieza a pensar en cuánto tiempo me como ese salto», dijo el director de la consultora Macroview en una videoconferencia organizada por Puente.

Melconian indicó que los tipos de cambio conviven con una brecha baja, «no se aguantan una alta». «El paralelo le sopla en la nuca al oficial, hasta que este se da por vencido. Sobre todo con una brecha de más del 100%», comentó.

El economista explicó también que tras la irrupción de la pandemia, el sobrante del mercado cambiario «desapareció» con incertidumbre financiera, desbalances fiscales y monetarios y brecha escalando al 80%, por lo que el Banco Central debe vender dólares.

Sobre el superávit comercial, el expresidente del Banco Nación dijo que los importadores se están apurando para comprar, mientras que los exportadores no se ven necesitados de desprenderse de los dólares porque hay suficiente liquidez en la macro. «Convencer a los exportadores para que se desprendan de dólares pasa a ser tan importante como convencer a los bonistas para que acepten la oferta de canje del Gobierno», indicó en una de sus presentaciones.

Melconian advirtió además sobre las reservas netas del Banco Central que, según su consultora, se ubican en US$8700 millones, de las cuales US$3400 millones es oro y US$2500 millones son derechos especiales de giro.

El economista se refirió también a la emisión monetaria, que se aceleró en los últimos dos meses para financiar el mayor gasto y paliar la caída en los ingresos. Según los cálculos de Macroview, en el año, la emisión monetaria se expandiría $2 billones, lo que representa 7,5% del PBI. Desde 2002 no había una expansión tan amplia, cuando fue de 6,9% del PBI, pero no por razones fiscales, sino por la crisis.

«¿Tienen pensado en 2021 cómo harán para amortiguar todo el agua que están lanzando ahora para apagar el fuego? Hasta donde yo sé, tenemos una sociedad a la que el agua mucho no le gusta», ironizó Melconian.

Al respecto, expuso las cinco vías que podría haber para «evacuar» los pesos:

  1. Crear una «corona moneda»:emitir una cuasimoneda podría no ser tan inflacionario como emitir pesos, ya que con el tiempo podría no cotizar al 100%. «No es un patacón, ni una lecop. Esto permite emitir una moneda de calidad inferior, que solo tiene como objetivo pagar parte del gasto público y luego se deteriora», explicó.
  2. Que el Banco Central venda dólares en el mercado no oficial:para influir en la brecha cambiaria y para absorber pesos.
  3. Ajustar los gastos que no son por la pandemia:el Estado haga ahorros en otros ítems de gasto público, como por ejemplo, reducir aguinaldos y obra pública.
  4. Impuesto patriótico:La intención oficial de volver a aumentar o crear una nueva carga a los grandes patrimonios. «Ahí quieren quedar bien, le cobran a 11.000 familias para pagarle a 44 millones. No es ninguna solución de carácter macro», criticó.
  5. Absorber con Leliq:«Esto implicaría que el Banco Central suba la tasa de interés y salga a absorber pesos desplazando al sector privado del mercado de crédito. Sería hacer un giro de 180 grados en la política monetaria y con consecuencias recesivas y de déficit cuasi fiscal», comentó.

Sobre la deuda, dijo que el Presidente es quien tiene la última palabra y quien decidirá si eligen el «pragmatismo o el dogmatismo». Melconian indicó también que los bonistas no están negados a acordar, pero aun si prima el pragmatismo y con la disposición de los acreedores, es poco el tiempo material que queda.

«La oferta original del ministro tenía cero chances. Es un ministro acoplado ideológicamente a un conjunto de personas en el mundo que hace mucho están con esta bandera, como Joseph Stiglitz. Están ideológicamente en las antípodas de los mercados de capitales. Si no hubiera sido por la pandemia, seguirían dando clases en Columbia. Si esta es la única oferta posible, la Argentina va al default. No es una oferta que tenga como objetivo retomar al mercado de capitales», comentó.

Y agregó: «No puede descartase una instancia de stand still que significa acordar con la mayoría de los tenedores de cupones que vencen en estos meses un tiempo adicional, donde la Argentina no paga, los acreedores no litigan y se sigue negociando un acuerdo».

La situación económica cuando termine la cuarentena

Melconian indicó que el Gobierno tomó en un 99% un camino sanitario, con mayor cuarentena y destrucción de la cuarentena. Si bien señaló que no se podía haber tomado el camino completamente opuesto, sí advirtió que la Argentina entró en esta crisis sin mercado externo e interno y sin un fondo anticíclico.

«Da la impresión, por lo que pasa en el mundo, que el 8 de junio esto no puede seguir. Espero que quienes estén al frente de la Provincia y la Ciudad y el Presidente no entren en un capricho de cuarentenear porque sí, porque no quieren que les tuerzan el brazo. Estamos en un momento de la historia donde se necesita sentido común, honestidad, pragmatismo y gestión», indicó.

Y finalmente concluyó que a la salida de la cuarentena, la inflación inevitablemente va a subir, pero que el tenor de la aceleración inflacionaria dependerá de:

  • Política fiscal: si se «normaliza» el déficit primario ni bien se salga de la emergencia.
  • Política monetaria: si el BCRA retira parte de la emisión extraordinaria de pesos, en qué magnitud y a qué tasa.
  • Política cambiaria: si se surfea el actual estrés cambiario sin una devaluación brusca
  • Política de deuda: si se cae o no en cesación de pagos con los bonistas y se entabla o no una negociación con el FMI para despejar el horizonte macro.
  • Política de precios: Señaló que sería contraproducente que se generasen «ollas a presión» para cuando pase la pandemia.
  • Salida de la pandemia: Si es ordenado a mediana plazo, con un programa económico para el 10 de diciembre próximo.
    (La Nación – Por Sofía Diamante – Foto Santiago Cichero/AFV)