Caso Astudillo Castro: cómo fueron sus últimos pasos y cuáles son las discusiones en la causa

La autopsia reveló más detalles de la muerte del joven, pero deja abierta la principal incógnita.

La autopsia realizada al cuerpo de Facundo Astudillo Castro no arrojó un resultado concluyente respecto de qué pudo haber pasado con él: si bien se confirmó que murió por asfixia en el mismo lugar donde fue hallado, no hay indicios si ello ocurrió por un accidente o por el accionar de otras personas.

Esto no hace más que profundizar el misterio en torno a qué ocurrió con el joven, que desapareció el 30 de abril último cuando se trasladaba desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca, y cuyo cuerpo, identificado el 2 de septiembre, apareció el 15 de agosto en un cangrejal ubicado en la localidad de Cerri.

Y también profundiza los desacuerdos entre la familia de Facundo y la Justicia, que investiga el hecho.

En la denuncia presentada por los abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto, se sostiene que Facundo fue demorado por en Mayor Buratovich, y que nunca avanzó más allá: aseguran que tres testigos que no fueron tenidos en cuenta por la investigación le dijeron a su madre que lo vieron subirse a un patrullero en horas de la tarde, con destino incierto.

Sin embargo, el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez y la jueza federal Gabriela Marrón rechazaron los pedidos de detención de los abogados de la familia de Facundo y de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), por considerar que “no se advirtieron -en este segmento inicial- elementos suficientes” para imputarlos por la desaparición del joven.

Para la pesquisa, los dichos de los efectivos coinciden con los testigos del caso y con las pericias técnicas realizadas sobre las señales de celular de los implicados. Concretamente, la Justicia cree que Facundo siguió camino y fue nuevamente detenido en Teniente Origone por un oficial de policía que -según su testimonio- lo dejó continuar por orden de sus superiores.

El policía dijo primero que había visto a Facundo irse caminando, pero al declarar en sede policial aseguró que el joven se subió a una camioneta. Para la querella, ese “olvido” es una grave irregularidad.

En tanto, una productora rural de la zona declaró que en Origone levantó a un joven similar a Facundo Astudillo Castro, y aseguró que lo llevó hasta pocos metros antes del control fitosanitario de Villarino Viejo, donde el joven -dijo la mujer- le pidió bajarse para evitar a la policía. Finalmente, su cuerpo apareció a 5 kilómetros de allí. El recorrido de la mujer coincide con las pericias que señalan que el celular de Facundo “impactó” en antenas de la zona. Y también con el registro de lectura de patentes ubicado sobre la ruta 3.

Inconsistencias

La familia, por su parte, denuncia una serie de incongruencias en la investigación. Entre ellas, aparece el hallazgo, en el destacamento policial de Teniente Origone, de una vaquita de San Antonio que según la familia de Facundo, era un “amuleto” regalado por su abuela.

Además, la querella insistió en las supuestas contradicciones en las declaraciones de los policías: además de indicar que el oficial que lo demoró en Teniente Origone se contradijo respecto de cómo había seguido Facundo su camino, también marcaron que el efectivo aseguró que el joven no llevaba documentación y, pese a ello, una foto de su DNI fue hallada en el celular de una de las oficiales que participó del retén en Mayor Buratovich.

Finalmente, otra prueba que descoloca a los investigadores es el registro de geolocalización de un patrullero de la Policía Local de Bahía Blanca, que indica -según una investigación realizada por Asuntos Internos de la Bonaerense- que el 8 de mayo último (a 9 días de las desaparición de Facundo) se desvió de su recorrido y estuvo detenido casi una hora a 800 metros del sitio donde fue hallado el cuerpo.

A raíz de ello, la jueza Marrón ordenó allanar la comisaría y secuestrar el vehículo, en cuyo baúl se encontró una piedra turmalina que Facundo habría llevado el día de su desaparición.

 

Los hechos más importantes de la investigación

30 de abril

Facundo Astudillo Castro desapareció cuando se dirigía desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca.

5 de junio

La madre se presenta en la comisaría 2° de Villarino y realiza una denuncia por “averiguación de paradero”.

9 de julio 

La Justicia Federal toma el caso a su cargo, recaratula la causa como “Desaparición forzada” y separa a la Policía Bonaerense de la investigación.

31 de julio

En un allanamiento en el destacamento de Teniente Origone, un perro rastreador halla una vaquita de San Antonio que, según la familia, era un “amuleto” de Facundo, regalo de su abuela.

7 de agosto

La Justicia Federal denegó el pedido de la querella para detener a cuatro policías apuntados por ellos como los responsables de la desaparición de Facundo.

15 de agosto

Un pescador denunció el hallazgo de un cuerpo en la zona de “Cola de Ballena”, en Villarino Viejo. Según los primeros datos, se trataba de un cadáver esqueletizado, al que le faltaban las extremidades superiores. Cerca del lugar también se encontró una zapatilla que, según la madre, pertenecía a Facundo. La mujer denunció que, por su estado de conservación, habría sido plantada.

25 de agosto

La jueza Gabriela Marrón ordenó allanar una dependencia de la Policía Local de Bahía Blanca y secuestrar un patrullero, luego de que un informe de Asuntos Internos revelara que el móvil fue detectado el 8 de mayo a solo 800 metros del lugar del hallazgo del cuerpo de Facundo.

2 de septiembre

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) entrega los resultados de ADN a la jueza Marrón: los restos hallados pertenecen a Facundo Astudillo Castro.

19 de septiembre

El perro rastreador de un perito de la querella encontró en el baúl del patrullero secuestrado en Bahía Blanca (que se desvío de su recorrido) una piedra turmalina como la que Facundo llevaba colgada al cuello.

1 de octubre

La Justicia recibió la pericia realizada sobre el cuerpo de Facundo, que determinó que el joven de 22 años murió por “asfixia por sumersión (ahogamiento)”, que los restos óseos “no presentaban lesiones vitales de origen traumático”. (DIB)