Con Tokio 2020 en veremos, ellos les apuntan a los otros Juegos Olímpicos

Dentro de un año se realizarán los JJ.OO de invierno en Beijing. Los argentinos ya iniciaron el recorrido hacia la clasificación.

 

En el verano argentino, a menos de seis meses de los Juegos Olímpicos de Tokio, el Comité Olímpico Internacional distribuye por estos días una serie de manuales “para unos Juegos seguros y exitosos” dirigidos a los deportistas y oficiales, federaciones internacionales y prensa acreditada, entre otros. Esas guían cuentan con diversas informaciones relacionadas con las responsabilidades y obligaciones que deberán tenerse en cuenta antes, durante y después de los Juegos. El mensaje es inequívoco: Tokio 2020 –en 2021- sigue adelante en su organización.

Atento a ello está otro grupo de deportistas argentinos. No son justamente los más reconocidos, ni tienen Tokio en el horizonte. El 4 de febrero de 2022 se pondrán en marcha en Beijing los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno, y en busca de la clasificación están los representantes locales de esquí alpino y nórdico, snowboard y luge, entre otros. Sin duda, la realización de Tokio será un espaldarazo para los Juegos chinos.

Con Tokio 2020 en veremos, ellos les apuntan a los otros Juegos Olímpicos
Francesca Baruzzi vuelve a la máxima competencia después de una lesión. (Instagram: @franbaruzzi)

En Cortina d’Ampezzo, Italia, hoy comienza el Campeonato Mundial FIS de esquí alpino. Es la vuelta a las competencias para Francesca Baruzzi, recuperada de una lesión y seria candidata a representar a Argentina en Beijing 2022. “Siempre estoy al tanto para ver si hay modificaciones con Tokio, si se hace o no. Espero que se haga porque sería un impulso para que Beijing se haga sí o sí”, le cuenta Baruzzi a la agencia DIB desde Tarvisio, Italia. “Creo que Beijing depende mucho de Tokio, y de los resultados que salgan en cuanto a lo epidemiológico. Si sale todo bien, a partir de eso van a ver qué hacen con Beijing. Es mi opinión”, aclara la barilochense de 22 años, presente ya en los Juegos Olímpicos de la Juventud Lillehammer 2016.

“Tengo como objetivo que los Juegos se van a hacer y que en un año voy a estar ahí. Así que sigo entrenando como si todo fuera normal. Obviamente en Europa ahora está todo muy complicado, los centros de esquí están cerrados, para moverse hay que tener todo tipo de permisos, tests… La verdad, es muy, muy complicado, pero estoy tratando de seguir entrenando con el mismo ritmo de antes, mirar para adelante, poner la cabeza en Beijing y decir: ‘Okey, este día voy a estar compitiendo y me tengo que preparar’”.

Los centros de esquí están cerrados al público, pero los deportistas sí pueden entrenar. En cambio, no es fácil moverse dentro de Italia, con pedidos de PCR negativo y demás certificados, además de no tener síntomas compatibles con la Covid-19. Baruzzi llegó a Europa a finales de septiembre, volvió a Argentina para las Fiestas y volvió a viajar en los primeros días de enero. “En 2019 me rompí el cruzado. Cuando explotó la pandemia estaba sin esquiar y dije: ‘Uf, tengo que esperar un poco más’. En el momento eran quince días, pero se fue alargando, alargando, alargando. Sigo mi recuperación porque igual necesito unos meses más de kinesiología. Por suerte en Catedral nos abrieron el cerro para poder entrenar en agosto, cuando se calmó un poco todo. Así que supercontenta con haber esquiado por lo menos 45 días de la temporada argentina”.

Consciente de que está volviendo de una lesión, Baruzzi piensa más en 2022, con los Juegos Olímpicos y el circuito de la Copa del Mundo. Ella busca la clasificación olímpica para las pruebas de gigante y slalom. Argentina ya tiene una plaza femenina para el esquí alpino, pero “a mí me gustaría clasificarme más por resultados propios que por el cupo de la federación”, se propone.

Con Tokio 2020 en veremos, ellos les apuntan a los otros Juegos Olímpicos
Juan Pablo Vallecillo, otro de los argentinos que busca un lugar en Beijing 2022. (FASA)

Juan Pablo Vallecillo también competirá esta semana en Cortina d’Ampezzo. Barilochense él, de 21 años, es otro de los que busca un lugar en Beijing 2022. Sobre la postergación de Tokio 2020 el año pasado, analiza: “Me imagino que haberse preparado durante un ciclo olímpico, o el tiempo que haya llevado… E incluso los que ya estaban clasificados, que la planificación estaba puesta con su pico de mayor rendimiento ahí; seguramente que fue complicado. Y a lo mejor para algunos fue una salvación, como para darle una chance de llegar mejor”. Y a futuro, en diálogo con la Agencia DIB, opina: “Me resultaría muy raro que suceda algo que los vuelva a aplazar otro año más, o lo que sea. Sería extremo, teniendo en cuenta que muchas cosas ya se están pudiendo hacer, y que hay ciertas rutinas que con un protocolo adecuado se pueden llevar a cabo tranquilamente. Sí a lo mejor sin público, como se está dando en la mayoría de los deportes”.

Vallecillo rescata algunas de las particularidades de su deporte que se ajustan a la perfección a las “nuevas normalidades”. “Siento de alguna manera que al menos mi deporte, el esquí alpino, es muy protocolar. Estamos bastante tapados todo el tiempo y tenemos los esquíes puestos, entonces no podemos estar apilados uno arriba del otro. Por eso confío en que va a estar todo bien y que Beijing se va a poder llevar a cabo”.

En el invierno argentino, “la temporada sudamericana fue muy atípica: no hubo carreras en Chile ni en Argentina, pero sirvió como un período para entrenar y darle lugar a ciertos aspectos que a veces, por la intensidad de las competencias y la temporada, no lo podemos hacer. Y llegamos a Europa con todas las pilas puestas en correr, que es lo que nos faltó durante los meses de temporada sudamericana. La temporada se viene desarrollando muy bien, estuvimos corriendo un montón, obviamente con protocolos, hisopados y un montón de cosas que se piden. Pero correr y estar en el portillón, es fundamental”, sintetiza desde la zona de las Dolomitas.

Para Vallecillo, el Mundial de esta semana “es una competencia de muy alto nivel. Todos los corredores de élite de Copa del Mundo van a estar ahí y sin duda es un buen escalón para empezar”. En su recorrido hacia la clasificación olímpica, después del Mundial “va a ser importante ver cómo se desarrolla el año, si se puede correr en Sudamérica. Es clave rendir y tener buenos resultados ahí: apuntar a ganar la Copa Sudamericana y tratar de mejorar lo más posible en el ranking mundial. Es ir pasando por todos los escalones que hay que pasar este año para llegar al año que viene, que va a ser importante y movido para todos nosotros. Pero es para lo que me preparé durante mucho tiempo y para lo que tengo muchas ganas. Es ir paso a paso y dando lo mejor en todo momento, confiando en que los resultados van a llegar si sigo trabajando de la manera que lo estoy haciendo. Y disfrutándolo: me parece muy importante poder disfrutar de todo este año que se viene”.

Esquí de fondo

Franco Dal Farra, de 20 años y también de Bariloche, es hoy en día el argentino mejor perfilado para clasificarse a los Juegos Olímpicos en esquí nórdico -de fondo-. Él cree que si se hacen los Juegos de Tokio “no se necesita nada más, ya estaría todo encaminado”. Sin embargo, en diálogo con DIB, admite: “Mucho no pienso porque no hay nada asegurado todavía. Trato de hacer día a día lo que me toca, y hacerlo de la mejor manera. Y si eso me lleva a competir en los Juegos, perfecto”.

Para obtener una plaza olímpica en esquí nórdico las federaciones nacionales aspiran a cosechar puntos en Copas del Mundo, algo que Argentina no pudo hacer ahora porque no compitió en ninguna. “Así que vamos a tener que optar por el segundo camino, que es en el campeonato mundial de este año, dentro de un mes. Allí tendremos que alcanzar un resultado determinado que nos dé ciertos puntos para obtener un cupo”.

Con Tokio 2020 en veremos, ellos les apuntan a los otros Juegos Olímpicos
Franco Dal Farra compitió en el remo de los Juegos Suramericanos de la Juventud 2017. (COA)

En el otoño argentino Dal Farra se entrenó en su casa y recién durante el invierno pudo hacerlo en pista. “Hice mucho entrenamiento pero sin competencia. Eso sí, un montón de entrenamiento de nieve porque tuvimos un muy buen invierno en Bariloche, nevó mucho más de lo que suele nevar”.

Por su parte, María Cecilia Domínguez recién pudo viajar a Europa este fin de semana. Representante olímpica en Pyeongchang 2018, la barilochense de 39 años mantiene la ilusión de estar presente en el esquí de fondo de Beijing 2022. “Creo que Tokio va a ser como la confirmación también de Beijing, porque por más que estemos a un año, un año es muy poco tiempo. Así que todos estamos atentos a lo que pasa con Tokio”, le dijo a DIB desde el aeropuerto, minutos antes de viajar.

Obviamente, la pandemia trastocó todos los planes. “Tendría que haber viajado en noviembre, que es cuando empieza mi temporada. Ahora mi mayor objetivo es el Mundial que se va a hacer en Oberstdorf (Alemania) el 24 de este mes, además de empezar a sumar puntos desde la semana que viene en Austria”. A propósito de esos planes trastocados, durante el otoño e invierno argentino Domínguez pudo aprovechar el patio de su casa. Luego, cuando se habilitaron los entrenamientos, “lamentablemente no tuvimos carreras, y eso te tira un poco para abajo. Pero sí tuvimos mucha nieve: pudimos esquiar pero faltó la adrenalina de la carrera”, coincide con Dal Farra.

Domínguez se especializa en el denominado esquí de fondo y en biatlón, “que es esquí de fondo pero con tiro”. De cara a Beijing 2022, “en bia está superdifícil clasificar”, admite. Y entonces le apunta al fondo, prueba en la que culminó 87ª en 2018. Y sobre aquella experiencia olímpica, resume: “Es la cumbre de tu carrera, es como demostrar todo lo que hiciste anteriormente. Es superdifícil llegar a un Juego Olímpico, y cuando llegás, es una satisfacción que no se puede explicar. Ojalá todos los atletas lo puedan vivir, porque es único”.

En snowboard

Steven Williams es otro de los argentinos que busca repetir clasificación olímpica. De 33 años y nacido en San Martín de los Andes, fue 30º en el snowboard de Pyeongchang 2018. Esta semana estará en IdreFjäll (Suecia) en el Mundial, la competencia más importante de la temporada. Según le explicó a la Agencia DIB, luego del Mundial afrontará copas del mundo, que también aportan puntos al ranking mundial que define las plazas olímpicas. “En nuestra disciplina, SBX, solo compiten 32 corredores por género y cada país se tiene que ganar su lugar en los Juegos”. Y consultado sobre si sigue con atención la suerte de los Juegos de verano, responde: “Sí, claro que le presto atención a cómo viene todo con Tokio, ya que si esos juegos se hacen quiere decir que para 2022 estaría todo mejor, me gustaría creer”.

La joven del luge

La actuación de Verónica Ravenna en Pyeongchang 2018 no pasó desapercibida en Argentina. Nacida en Buenos Aires hace casi 23 años, en su infancia se mudó a Canadá y desde allí llegó a Corea del Sur para representar al país en el luge, una de las modalidades de descenso en trineo.

Ravenna vive en un pueblo de esquí, “como si fuera San Martín de los Andes”. “Para nosotros los Juegos Olímpicos de invierno son mucho más grandes que los de verano. Tengo tres, cuatro vecinos de Whistlercon los que nos encontramos en Pyeongchang en las olimpíadas pasadas. Para nosotros los Juegos de invierno son mucho más grande, pero Canadá le pone un montón de importancia a las olimpíadas de verano”.

Desde Saint Moritz, Suiza, le cuenta a DIB sus sensaciones sobre la incertidumbre que hay en torno de Tokio 2020. “Va a sonar mal, pero más que todo seguimos las noticias porque dependerá de lo que pase con Tokio qué pasará con nosotros. Si cancelan o posponen un año más Tokio, a nosotros también nos va a cambiar todo”, opina.

Obviamente, la pandemia cambió los planes de Ravenna. En su pueblo se iba a realizar el campeonato mundial y luego debía viajar a China para conocer la pista de los Juegos. Pero el coronavirus canceló todo y la actividad se mudó a Europa. De cara a Beijing 2022 ella está bien posicionada para la clasificación, aunque el acortamiento de los calendarios puede jugar en contra, se achican los márgenes de error. No obstante, “creo que si sigo entrenando como estoy entrenando y sigo haciendo todo lo que estoy haciendo, tengo una muy buena chance”.

Ravenna fue diploma olímpico en los Juegos de la Juventud de Lillehammer 2016 y en 2018 compitió en Pyeongchang. Y cuenta de qué se trata ser olímpica: “Llegar a las olimpíadas es el sueño de todos los atletas, y haber llegado es muy difícil de explicar. Es un honor no solo poder representar al país, sino también cumplir el sueño por el que trabajaste tan duro y sacrificaste tantas cosas. Es como el premio al sacrificio de haber trabajado tan duro”.

Oriunda de Buenos Aires y con familia en Río Negro, es la única representante argentina en luge. Existe otra modalidad de la disciplina, que es el luge natural, que no es olímpica, y en la que sí compite otro argentino, Renzo Atance. Pero tiene poco que ver con su especialidad. “Hace unos días fuimos a probar luge natural acá en Suiza. Pensé que si hacías uno, no podía ser tan distinto… Y son mundos completamente diferentes; gané un montón de respeto para el luge natural porque la verdad me fue imposible. Ellos usan una pista hecha de nieve y nosotros tenemos una pista de cemento y con refrigeración. Ellos lo hacen con hielo, lo raspan, y tienen mecánicos y técnicos que deciden cuánto hielo se necesita. El de nosotros es mucho más técnico, por eso está en las olimpíadas”.

En cuanto a la pandemia, los protocolos también introdujeron modificaciones en las rutinas del luge. “Cambiaron muchas cosas. Cuando arrancamos una prueba, generalmente tenemos un entrenador que nos pone el trineo, que está ahí con nosotros antes de que nos den la luz verde para salir. Y ahora por coronavirus eso no se puede. Y obvio tenemos que usar máscara todo el tiempo y los tests. Pero somos deporte individual y mucho no molesta”.

Por último, sobre el luge, no hay forma de practicarlo en Argentina. “Las pistas son muy caras y por lo general solo las hacen para las olimpíadas. Hasta que Argentina no tenga una olimpíada de invierno, no creo que tengamos pista”.

Con Tokio 2020 en veremos, ellos les apuntan a los otros Juegos Olímpicos
Sofía Saint Antonin, antes de la pandemia, compitió en los Juegos de la Juventud de invierno Lausanne 2020. (COA)

A la espera

Sofía Saint Antonin acaba de cumplir 19 años y a comienzos del año pasado, antes de la pandemia, compitió en los Juegos de la Juventud de invierno Lausanne 2020, en esquí alpino. También de Bariloche, mantiene la ilusión de clasificarse a Beijing 2022, pero sabe que en su disciplina la favorita es Francesca Baruzzi.

Por estos días Saint Antonin se trasladaba a Europa, para reiniciar los entrenamientos en la nieve. “A los Juegos de Tokio no los estoy siguiendo mucho. Obviamente, sí leí las noticias y sé de todo el trabajo que se está haciendo para no suspenderlos. Pero no me genera mucha incertidumbre porque si las de Beijing son en 2022, estoy casi segura que iría Francesca. Si se pospusieran un año, capaz me podría dar más tiempo a proyectarme, a mejorar un poco más, y ahí sí quizá pelear en serio por la clasificación; ahora es más bien utópico que vaya yo a las olimpíadas. Obvio lo estoy intentando, entrenando todo lo que puedo, pero sería un milagro. Si Beijing se retrasara un poco, a mí me vendría bien. No quiere que suene feo, pero es así”.

Por ello, consciente de no quemar etapas, le dice a la Agencia DIB: “Mi objetivo este año es entrar al equipo nacional (actualmente forma parte de la Federación Rionegrina). Me gustaría ir a un mundial junior y en realidad mi sueño es ir a las olimpíadas, pero la favorita es Francesca. Por eso, solo sé que tengo que seguir entrenando y mejorando, y esperar a ver qué pasa”. (DIB) GML

Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB.