Coronavirus en Argentina: a un mes de la cuarentena, cómo analizan los expertos la eficacia de la medida

Desde el 20 de marzo pasado la mayoría de la población se encuentra en aislamiento social preventivo y obligatorio por disposición del Gobierno con el objetivo de controlar el avance del COVID-19 y lograr el tan deseado “aplanamiento de la curva”. ¿Y ahora, qué? La opinión de especialistas consultados por Infobae

El decreto de necesidad y urgencia firmado el 19 de marzo por el presidente Alberto Fernández puso en práctica lo que ya era un secreto a voces en las jornadas previas: a partir del día siguiente, a excepción de las actividades consideradas “esenciales” en el DNU todos los ciudadanos deberían permanecer en sus hogares hasta el 31 de marzo.
“Es hora de que comprendamos que estamos cuidando la salud de los argentinos. Todas las personas deberán permanecer en sus casas. Podrán salir para hacer lo necesario para seguir viviendo su vida habitual. Van a seguir teniendo los negocios de cercanía abiertos: ferretería, farmacias, supermercados, almacenes. A partir de las cero horas la Prefectura, Policía Federal Argentina y Gendarmería, custodiará quién circula por las calles”. Así lo había manifestado el Presidente desde la quinta de Olivos al anunciar la medida tomada con el asesoramiento de un comité de expertos que formó durante la emergencia sanitaria. Por esas horas se contaban en la Argentina 97 personas infectadas y tres muertos a causa del virus que ya estaba causando estragos en todo el planeta.

Calificada como “prematura” por muchos -cierto es que no hubo país en el mundo que decretara el aislamiento con ese número de casos- la medida fue extendida, primero, hasta el 12 de abril y luego hasta el próximo domingo 26, fecha en la que el primer mandatario volverá a evaluar con los especialistas los pasos a seguir.

La médica infectóloga Ángela Gentile es una de las integrantes de ese comité y ante la consulta de Infobae consideró que “el mes de cuarentena realmente está arrojando buenos resultados”. “No podemos ser exitistas, pero evidentemente la curva se ha aplanado porque comenzamos duplicando el número de casos cada dos/tres días mientras que ahora se duplican cada diez días aproximadamente”, sostuvo la jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Para Gustavo Lopardo, médico infectólogo ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), el objetivo de la cuarentena era aplanar la curva y “no es ninguna duda que la curva está contenida”. “Todos los argentinos vemos lo que sucede en países como Italia, Francia, España y los Estados Unidos, algo inimaginable. Y más allá de que alguien pueda estar desafiando si el número de casos en nuestro país es el real, pues puede alguien poner en duda cuánto se testea, hay tres formas de ver el número de casos: en primer lugar, los casos que se ven por día; en segundo lugar, los muertos; pero un tercer punto es que los pacientes con COVID-19 no mueren en su casa en seis horas, es una enfermedad que lleva a la insuficiencia respiratoria, que los pacientes requieren ser internados y que la mayoría de los que mueren lo hacen en terapia intensiva y hoy las terapias intensivas de la Argentina tienen un considerable número de camas libres que esperan a posibles pacientes infectados. Entonces, ese tercer marcador es clave”, dijo el especialista en diálogo con este medio.

Para Gentile, estos “indicadores indirectos”, como es el número de camas de terapia intensiva ocupadas por pacientes COVID positivos o el número de camas de clínica el número de consultas ambulatorias por COVID-19 demuestran que «el sistema no está desbordado”. Y tras asegurar que “ese fue el objetivo de la cuarentena: aplanar la curva, ganar tiempo y permitir que el sistema de salud se preparara con todo lo que se necesita”, destacó que “evidentemente va a haber un aumento del número de casos; el hecho de que tengamos una curva aplanada o amesetada no implica que el número de casos no va a aumentar”.

“Si uno mira el raw (tal el nombre con que en epidemiología se llama al índice que en forma indirecta mide la transmisibilidad del virus e informa cuántos pacientes se van a contagiar por cada infectado) puede saber que si se tiene un raw de dos, por cada enfermo habrá dos infectados y si se tiene un raw de diez, por cada enfermo va a haber diez infectados. Cuando el raw comienza a ser alto prácticamente se dispara una curva exponencial, con un aumento brusco del número de casos. Ahora la Argentina está con un raw aproximado de dos y empezamos con uno más alto, por lo cual con estos indicadores estamos en condiciones de decir que los resultados son buenos”, añadió.

La experta señaló que “habitualmente con algunas enfermedades como sarampión el raw es muy alto, de 14 o 16, ya que el sarampión es una de las enfermedades más infectocontagiosas que hay”. “Lo que ocurre es que contra el sarampión hay una vacuna y acá la vacuna es el distanciamiento, pero ahora hay un elemento más: la cantidad de pacientes que se recuperaron y tienen anticuerpos son también entre comillas ‘una vacuna’ porque permiten armar barreras epidemiológicas que enlentecen la transmisión del virus”.

Mientras que el Gobierno se prepara para anunciar en las próximas horas una flexibilización paulatina en las provincias del aislamiento social para mitigar el coronavirus, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtieron al presidente Alberto Fernández cuáles son los “seis criterios especiales” que un país debe cumplir en el caso de que decidan levantar por completo la cuarentena.

Según revelaron a Infobae fuentes calificadas de la OMS, los expertos de esa organización mundial le hicieron llegar tanto al presidente Alberto Fernández como al ministro de Salud, Ginés González García, un menú de “seis criterios especiales” que se deben cumplir para levantar por completo la cuarentena.

“Las medidas de control o de restricciones deben levantarse lentamente y de manera controlada. Solo se pueden levantar por completo si se aplican las medidas de salud pública adecuadas, y si se cumple con seis criterios recomendados”, dijo el funcionario de la OMS consultado.

En considerración del médico neurólogo Conrado Estol, este mes de aislamiento “permitió sacar una foto de la situación, pero la película va a seguir”. “El resultado es bueno, la curva es plana, el pico no va a ser pico y el aumento de casos es de velocidad constante y esto no es azaroso: es el resultado del acatamiento del aislamiento obligatorio desde el 19 de marzo y del uso de tapabocas desde hace algunos días”.

“Considerando que el espíritu argentino, que no es de obediencia como el oriental o el escandinavo, evidentemente hubo un alto acatamiento y el resultado que vemos es producto de la toma temprana de la decisión del aislamiento, del uso de máscaras y de la distancia física que si bien no se sabe cuánto se respetó, creo que también influyó”, opinó el especialista, para quien “otro punto clave de cara a lo que viene es proteger a los trabajadores de la salud”. Para él, “se contagiaron muchos médicos no habiendo tantos pacientes”. “Protegerlos es darles el equipo y enseñarle a usarlo, aunque parezca menor, muchos médicos no saben ponerse y sacarse el equipo de protección con el grado de minuciosidad que este virus amerita”.

“Los argentinos debemos ser muy cautos porque en la medida que empecemos a permitir el movimiento de gente va a haber que vigilar muy de cerca lo que ocurra para ver si no es necesario volver hacia atrás con algunas medidas. Todo va a depender del grado de cumplimiento de la población acerca de la medidas de prevención ya conocidas. La cuarentena da tiempo de educación a la comunidad, es decir a que la gente comprenda las medidas y que se puedan repetir y reiterar mensajes acerca de la prevención. Y además, permite que el sistema de salud vaya adaptando sus modalidades de atención a una situación de pandemia y a conseguir insumos”, aseveró consultado por este medio Pablo Bonvehí, médico infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

 “Otro punto que me parece importante es el cambio en la definición de caso sospechoso; ahora estamos con una definición mucho más sensible, que con febrícula de 37.5, tos, dificultad respiratoria o dolor de garganta ya sugiere que se haga el test y al testear más se captan más casos, que serán aislados y puestos en cuarentena sus contactos -evaluó Gentile-. Todo eso va cortando la transmisión”.

Está claro que varios países usaron de manera eficaz la cuarentena para contener la pandemia. Hasta tanto no haya una vacuna para mitigar el COVID-19 la cuarentena es una de las mejores herramientas que recomiendan los expertos como estrategia eficaz para ayudar a detectar, aislar y detener los brotes con rapidez.

“El 19 de marzo se preveía -en el peor escenario- que hoy íbamos que tener cerca de 80 mil casos y estamos apenas por debajo de 3000. Si bien es verdad que tenemos casi 200 muertos, si hubiéramos tenido 80 mil casos habría por lo menos 2 mil muertos a un 2.5%. La cuarentena fue favorable y beneficiosa y creo que habría que extenderla con el compromiso individual y personal de cada uno, más allá de las medidas. Si cada uno de nosotros toma consciencia y lleva adelante la medidas de prevención desde distanciamiento social y el lavado de manos hasta el uso de tapa bocas, creo que vamos a continuar bien”, enfatizó el médico infectólogo Lautaro De Vedia.

A futuro, según Estol, “la única forma de salir del aislamiento es hacerlo de manera guiada, con luz, no se puede salir a ciegas y para eso hace falta testeo”. “Si hay un tema en toda esta enfermedad que nadie ha cuestionado es el teteo y tenemos que aumentarlo -señaló-. Acá se fue aumentando, llegamos a dos mil por día, es muy difícil hacerlo, en los EEUU no pueden hacer todo lo que deberían, pero tenemos que hacer mucho más para detectar si llega a haber brotes en algunas zonas cuando se empiece a liberar el aislamiento”. “Además, si se testea, se identifica al infectado, busca a los contacto y se los aísla, eso frena la diseminación del virus”, agregó.

Y usó una analogía para ejemplificar la importancia de aumentar el testeo: “Si se le dice a una persona que tiene que cruzar un campo minado corriendo, ¿qué va a querer hacer? ¿Va corriendo a ciegas o preferirá tener el mapa para saber dónde está cada bomba? Testear es identificar las bombas, las personas infectadas para poder aislarlas”.

Para finalizar, Estol destacó el rol de la la ciencia y las publicaciones de estudios para entender al virus. “No es la influenza, que da neumonía y la gente se muere de eso; este virus es como el HIV, no afecta a la inmunidad en este caso, pero con la famosa tormenta de citoquinas afecta todos los órganos: enferma al cerebro, el 30% tiene enferm neurológica; la sangre se coagula y se tapan las arterias, provoca insuficiencia renal y afecta el hígado, entre otras cosas”. (Fuente Infobae – Por Valeria Chavez – Belen Filgueira)