Desarrollaron un compuesto que otorga propiedades antimicrobianas a las telas

Patricia Vázquez y Katerine Igal, investigadoras del CONICET.

El trabajo está a cargo de investigadoras del CONICET y, además. para su desarrollo, se reutilizan pilas gastadas.

Un equipo de profesionales del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” (CINDECA, CONICET-UNLP-CICPBA) acaba de dar un paso muy importante en el desarrollo de sustancias que permitan controlar enfermedades y el deterioro de materiales que provocan agentes infecciosos como hongos y bacterias.
Para este avance, lograron sintetizar un compuesto a base de nanopartículas de plata, zinc y carbono extraído de pilas recicladas que al ser impregnado en determinadas, prendas les otorga propiedades antimicrobianas. La novedad se publicó recientemente en la revista IntechOpen.
El trabajo fue parte de la tesis doctoral de Katerine Igal, becaria del CONICET en el CINDECA, y se enmarca en el paradigma de la química verde, aquella que apunta a aportar soluciones basadas en materiales reciclados o de origen natural para mitigar problemáticas de salud y medioambientales utilizando sustancias más seguras y ecológicas.
“Los materiales como los textiles, usados para la producción de tejidos, pueden ser fácilmente colonizados por una gran cantidad de microorganismos infecciosos, como bacterias, hongos, levaduras, virus y protozoos. Esto provoca, por un lado, problemas estéticos por la degradación del material pero su crecimiento también puede afectar la salud humana”, señaló Patricia Vázquez, investigadora del CONICET en el CINDECA, directora de la tesis y una de las autoras del trabajo. “Los hongos habitualmente crecen sobre superficies orgánicas, como los revestimientos utilizados en materiales de construcción, pinturas o telas y, según el tipo de sustrato, pueden ser metabolizados por ellos. Esto es nocivo para la salud, porque producen alérgenos y micotoxinas, por ejemplo”, añade.
“Asimismo, hay bacterias formadoras de esporas que son agentes patógenos peligrosos ya que logran desarrollarse en espacios habitados por seres humanos y contribuyen a la formación de bioaerosoles, es decir contaminantes biológicos que se transportan y diseminan total o parcialmente por el aire y están vinculados a enfermedades como asma, rinitis alérgica e infecciones”, apuntó Vázquez.
Muestras de las telas trabajadas con las sustancias desarrolladas en laboratorio.
En este trabajo, las expertas se enfocaron en la preparación de un compuesto de sílice al que agregaron nanopartículas de plata, zinc y carbono que fue testeado como aditivo sobre paños de algodón, obteniendo muy buenos resultados tanto en la inhibición de las distintas cepas de agentes nocivos como en el grado de persistencia del aditivo después de los ciclos de lavado, ya que sigue alcanzando un buen nivel de inhibición incluso luego de 20 lavados.
El avance se configura como un logro trascendente, que cobra aún más dimensión en al actual contexto de crisis sanitaria si se considera que los tejidos antimicrobianos resultan de gran interés, entre otras cosas, para la elaboración de prendas, ropa de cama y paños de uso médico, ya que permitirían minimizar el riesgo de infecciones intrahospitalarias.
Pilas reutilizadas
La reutilización de pilas agotadas para la obtención del carbono supone un beneficio extra, ya que aporta una solución al problema del inevitable incremento de la producción de esos residuos y la consecuente disminución de espacios para su tratamiento: “En el caso particular de este trabajo, la idea del reciclado de los metales que componen las pilas está relacionada con mirarlas como un recurso y no como un residuo. Esos metales que contienen son muy valiosos y están en altas concentraciones, y la otra manera de obtenerlos es extraerlos de las minas, con el impacto ambiental que acarrea esa actividad. Si los tiramos a la basura contaminan el suelo y el agua, pero si se los ve como materia prima se transforman en un recurso importante”, subrayó Vázquez para finalizar. (DIB)