En medio de la pandemia, el Sindicato de Sanidad refuerza sus exigencias salariales con la amenaza de más paros

Este jueves y viernes habrá medidas de fuerza en clínicas, sanatorios, hospitales privados, laboratorios y geriátricos. Solo se atenderán urgencias y a las personas que se encuentran en estado crítico

Mientras la Argentina atraviesa la pandemia con escasas vacunas, temiendo la llegada de una segunda ola de contagios y con el Gobierno evaluando medidas restrictivas, el Sindicato de Sanidad refuerza sus exigencias salariales con medidas de fuerza para esta semana y la amenaza de más paros la semana que viene.

La cabeza del conflicto gremial es Héctor Daer, líder de Sanidad, secretario general de la CGT y uno de los sindicatos de mejor relación con Alberto Fernández. Sin embargo, las protestas que tendrán lugar este jueves y viernes le abre al Gobierno un nuevo frente mientras se padece la lenta campaña de vacunación y se teme una nueva ola de COVID-19. Entonces, ¿es un reclamo al Poder Ejecutivo o contra las empresas? El propio Daer se encargó de aclarar que “los salarios los discutimos con los empresarios”, pero deslizó que “hay responsabilidades de financiamiento por la regulación de aranceles por el PAMI, IOMA, las obras sociales provinciales, que decantan en la prestación y eso tiene que ver con el financiamiento del sector y los salarios de los trabajadores”.

“Qué paradoja, a la medicina prepaga que atiende a 3 millones de personas no le autorizan los aumentos, ahora las clínicas que trabajan con las prepagas no actualizan los aranceles que cobran porque las prepagas no dan aumento y esto qué genera: subsidios por parte del Estado. Hasta en este caso el Estado termina subsidiando al sector que puede pagar un sistema prepago”, cuestionó el sindicalista.

En diálogo con Romina Manguel -por A24-, justificó la medida de fuerza de los próximos días haciendo hincapié en que el conflicto comenzó en julio del año pasado: “La discusión ocurrió en pleno pico de la pandemia pero no tuvimos la posibilidad de cerrar un acuerdo, fuimos con una suma fija que arrancó en 4 mil pesos y terminó en diciembre en 7 mil que se incorporaron al básico; permanentemente conversamos este tema con todos los que tienen responsabilidad en el sistema de salud y llegamos hasta este punto sin encontrar respuesta”.

En ese sentido puntualizó que lo que está en discusión “corresponde a diciembre de 2020″ y advirtió que dentro de tres meses “tenemos la paritaria de este año”. “Tenemos que discutir de fondo que haya voluntad de los empresarios y financiadores de corregir este gran desfasaje que tienen en sus ingresos los trabajadores y las trabajadoras”, declaró.

“Acá los que van a trabajar lo hacen por un salario, no son ni monjas, ni monjes, ni boy scouts, son compañeras y compañeros profesionales, con mucha carga de estudio y laboral, con un estrés terrible, y no saben si se van o no a contagiar”, continuó.

En este marco, este 25 y 26 de marzo el Sindicado de Sanidad llevará adelante las medidas de fuerza que comenzarán este jueves con asambleas en los lugares de trabajo, seguirán el día viernes con tres horas de paro por turno, y “si eso no alcanza como acción gremial para encontrar una negociación de buena fe”, Daer amenazó con que habrá un plenario delegados el sábado y “el martes seguramente seguiremos con una medida de fuerza de 24 horas”. El referente de la central obrera aclaró que habrá servicio de guardias, se garantizará la atención a personas en estado crítico, y que “el paro no afecta la campaña de vacunación”. “Pero estaremos demostrando la situación salarial que es intolerable en estos momentos”, advirtió.

Consultado sobre la posibilidad de que el Ministerio de Trabajo dicte la conciliación obligatoria, Daer dijo que “sería injusto” porque es un tema que viene de larga data y que “los funcionarios lo vienen sabiendo”. “Yo discuto con los empresarios que tienen que salir a buscar los recursos. No hicimos este paro en agosto del año pasado porque sabíamos de las dificultades, pero hasta cuándo vamos a esperar”, protestó.

“Estamos hablando de gente que se levanta a las 4 de la mañana, viaja en un colectivo repleto y le ponen el pecho sabiendo que la pandemia sigue. Siguen yendo a laburar, esto hay que valorar, con los aplausos nos llenan de orgullo pero hay que respetar la calidad de vida de la gente. Con las gracias no hacemos nada”, concluyó su defensa al personal de sanidad.