Guía de tests de Covid-19. Cuáles sirven, cuánto salen y dónde se realizan

Tendré o habré tenido coronavirus? Se trata de una incógnita que muchos argentinos tienen luego de casi siete meses de pandemia y más de 700.000 casos confirmados en el país. Aquellos que quieren despejar esa duda, se encuentran con un abanico de tests disponibles que tienen distintas funciones y que, a su vez, poseen diferente capacidad para detectar la enfermedad.

Julián García, de 27 años, estuvo en contacto con un caso confirmado hace dos semanas. Cuatro días después, él no presentaba indicios de contagio, pero quería quitarse la duda. Fue a un laboratorio privado, pagó 5500 pesos y le practicaron un hisopado, con resultado negativo: «Retomé mi vida habitual, de lo contrario, hubiera estado más días aislado, preguntándome si estaba infectado», señala. Los eventuales viajes, el contacto con un positivo o la necesidad de visitar personas de riesgo están entre las principales motivaciones de quienes deciden examinarse sin presentar la sintomatología requerida para obtener la indicación médica.

García se sometió, según los infectólogos consultados, al test más sensible para detectar el virus, un hisopado nasofaríngeo (prueba RT-PCR). Lo que determina esa prueba es si el paciente está cursando la enfermedad.

«Consiste en introducir hisopos por la nariz y la garganta. Luego, la muestra que se extrae puede ser tratada con distintos métodos de ampliación molecular, la más común es la RT-PCR. Es el método más efectivo, rara vez se equivoca», afirma Pablo Scapellato, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y Jefe de Unidad Infectología y Control de Infecciones del hospital Santojanni.

No obstante, el especialista advierte: «La sensibilidad del test dependerá de las características del paciente. Hay momentos, sobre todo cuando aún no aparecieron los síntomas, que la excreción viral es muy baja. En ese caso puede llegar a no detectar el virus. Por eso es importante hacerlo, por lo menos, a los cuatro días de haber estado expuesto, porque ese es el momento en el que ya es detectable».

Este es el test que ofrecen los laboratorios privados para casos como el de García. Cuestan entre 5500 y 10.000 pesos, dependiendo del laboratorio y del lugar donde hagan la prueba (en un centro médico o en el domicilio del paciente).

Las obras sociales no cubren el costo de este examen, excepto que un médico de la prepaga haya emitido una orden porque el paciente presenta síntomas. En ese caso, también pueden asistir a cualquier unidad febril de un hospital público y le harán la prueba de manera gratuita. El resultado suele demorar 24 horas y solo lo puede realizar el personal capacitado con todos los elementos de protección necesarios.

También hay otras maneras de analizar la muestra. Por ejemplo, el NEOKIT-COVID-19, desarrollado por varias instituciones, entre ellas el Conicet, utiliza una técnica que permite obtener un resultado en una hora y media. Según fuentes del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, la desventaja es que tiene cerca de un 92% de sensibilidad y puede no detectar un caso positivo, cuando el RT-PCR tiene prácticamente un 100% de sensibilidad, lo que se suele llamar gold standard.

También hay tests que aún están en etapa de prueba, como los métodos de detección de antígenos del SARS-CoV-2, que pueden dar un resultado en 30 minutos, pero son menos sensibles que el NEOKIT-COVID-19. Dependiendo de en qué momento le hagan el test al paciente, variará su sensibilidad. En promedio, estas pruebas detectan el 83% de los casos positivos. Todas estas opciones son a partir de un hisopado.

Otra prueba de PCR posible, y menos invasiva que un hisopado, es a través de una muestra de saliva. Estos tests no los ofrecen los laboratorios privados al público. Los utiliza, por ejemplo, el gobierno porteño para detectar casos positivos, pero asintomáticos. Hasta el momento se realizaron 12.000 tests a partir de muestras de saliva y el 17% dio positivo.

Si bien el test es un 12% menos sensible que un hisopado, porque la saliva tiene menos carga viral, le permite a las autoridades sanitarias testear a contactos estrechos de los casos confirmados y así atenuar la cadena de contagios que generan los asintomáticos.

«Los asintomáticos pueden tener una carga viral altísima y que no haya una relación con la presencia o la gravedad de los síntomas. La proporción en la carga viral puede ser aún más alta que la de un paciente que tiene síntomas. Es importante detectarlos», enfatiza Roberto Etchenique, investigador del Conicet y de la Universidad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.

¿Y si ya tuve el virus?

Fernando Fosatti tiene 29 años y fue uno de los argentinos repatriados tras el cierre de fronteras. A los pocos días de regresar de Colombia tuvo fiebre, pero como no presentaba síntomas respiratorios, el protocolo de ese entonces no indicaba que le practicaran un hisopado. Las semanas pasaron y él se recuperó, pero siempre le quedó la duda sobre si había estado infectado o no. «Estaba seguro que había tenido coronavirus porque me había llegado a sentir demasiado mal», recuerda.

Para esos casos existen los tests serológicos, que permiten detectar los anticuerpos generados por el organismo frente al virus. Es decir, determinan si la persona estuvo infectada, pero no sirven para saber si el paciente está cursando la enfermedad al momento de la prueba.

Hay dos formas de hacerse un test serológico. Una es mediante la extracción de sangre, seguida del análisis de la muestra en un laboratorio, que arroja indicadores efectivos para cuantificar la respuesta inmunológica, con resultados entre 24 y 36 horas. Los que miden los anticuerpos igG+igM cuestan entre 2200 y 3000 pesos. Pero hay laboratorios que ofrecen buscar solo los igG, en ese caso, el valor, en promedio, es 1600. Los igM aparecen a los cuatro días como una primera reacción defensiva del organismo ante el virus, mientras que los igG se presentan entre los 10 o 15 días posteriores a la infección. Sin embargo, los infectólogos señalan que, en el caso del coronavirus, ambos anticuerpos avanzan casi a la par. Los anticuerpos igM son los primeros en bajar, mientras que los IgG se mantienen altos durante un tiempo más prolongado.

Por último, los tests rápidos mediante una muestra de sangre extraída de la yema del dedo, disponibles en farmacias a 2000 pesos, otorgan una respuesta en 15 minutos. Esta prueba solo muestra si el paciente tiene o no anticuerpos, pero no entrega más información que esa, es decir, no es posible cuantificar ese resultado. Es parecido a un test de embarazo y son poco sensibles.

Algunos especialistas indican que el método es confiable, mientras que otros señalan que es de baja calidad. Lo cierto es que se han desarrollado tests efectivos de este estilo para detectar otras enfermedades, como el VIH, pero no está demostrada su eficacia para hallar anticuerpos de coronavirus. Sí son muy útiles para los epidemiólogos que buscan determinar la seroprevalencia en un grupo grande de personas, ya que tienen en cuenta el margen de error para corregir los números.

La cifra de infectados crece en todo el país y, a la par, aumenta la cantidad de personas que deciden testearse. En todos los casos, la clave es asesorarse con un especialista y evaluar los pasos a seguir.

Con el asesoramiento de:

  • Pablo Scapellato, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y Jefe de Unidad Infectología y Control de Infecciones del hospital Santojanni
  • Roberto Etchenique, investigador del Conicet y de la Universidad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires
  • Marina Pifano, asesora en biotecnología del Ministro de Salud de la provincia

(Por: Alejandro Horvat Fuente: La Nación)