La gestión de los intendentes macristas para evitar que escale la pelea por el caso del exsecretario de Cristina Kirchner

La muerte de Fabián Gutiérrez

En medio de la escalada de acusaciones entre oficialistas y opositores que provocó el comunicado oficial de Juntos por el Cambio por la muerte de Fabián Gutiérrez, dos intendentes de Juntos por el Cambio se comunicaron con un jefe comunal del Frente de Todos (FDT) para evitar que el terremoto político se transforme en un tsunami .

Los encargados de llevar el mensaje de paz fueron Jorge Macri (Vicente López) y Néstor Grindetti (Lanús) y el receptor fue Juan Zabaleta (Hurlingham), uno de los intendentes más cercanos al presidente Alberto Fernández.

Macri y Grindetti le pidieron a Zabaleta que haga llegar a oídos del Presidente que no estaban de acuerdo con el comunicado oficial en el que los dirigentes opositores apuntaron contra el Gobierno por no cuidar al exsecretario privado de la vicepresidenta Cristina Kirchner y pidieron apartar a la fiscal del caso, Natalia Mercado, hija de la gobernadora Alicia Kirchner y sobrina de la expresidenta. Y le anticiparon lo que vendría después: que junto a Horacio Rodríguez Larreta iban a dar la discusión dentro de Pro contra el «ala dura», que hoy no tiene responsabilidades ejecutivas.

La comunicación cayó muy bien en la Casa Rosada, donde hacen una diferenciación entre los dirigentes «del zoom y Twitter» y lo que tienen que gobernar. «Los intendentes siempre pusieron mucha cordura y racionalidad. Están dando la discusión interna y buscan correr a los locos», destacó un hombre al tanto de las conversaciones.
Igualmente, desde el Gobierno les piden a los «diloguistas» hacer público las diferencias. «He hablado con muchos de la oposición que no están de acuerdo con el comunicado, sería bueno que lo dijeran en público» , dijo a El Destape el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
El intercambio entre Macri, Grindetti y Zabaleta sucedió un rato antes de que comenzara la reunión virtual, ayer a las 19, en la que se resolvió formar una mesa ejecutiva para «ordenar» la conducción del partido, que está en manos de Patricia Bullrich.
Ayer, con un tono crítico sobre el liderazgo que busca ejercer la exministra de Seguridad, participaron del encuentro Macri, Grindetti, Rodríguez Larreta; el vicejefe, Diego Santilli; la exgobernadora María Eugenia Vidal; el jefe del bloque en Diputados, Cristian Ritondo; el senador Esteban Bullrich; la diputada Carmen Polledo, y el secretario general de Pro, Eduardo Macchiavelli.
Después de analizar la situación, con severos cuestionamientos a la línea que comanda Bullrich, y que integran Miguel Pichetto y los diputados Waldo Wolff y Fernando Iglesias -principalmente de Macri y Grindetti-, entre otros, resolvieron que la discusión adentro del partido la van a dar Rodríguez Larreta y el intendente de Vicente López.
Como publicó ayer LA NACION, la discusión interna no estaba saldada cuando el comunicado por la muerte de Fabián Gutiérrez salió a la luz pública. Eso provocó una airada reacción del sector de los «dialoguistas» contra Bullrich, quien hoy preside al partido.
Pese a la polémica, la exministra de Seguridad se defendió. «Los partidos políticos están para hacer política, no para quedar bien», dijo ayer la exfuncionaria. Según Bullrich, hay una «conducción paralela», que integran el jefe de gobierno porteño, Vidal, Ritondo, Santilli y Emilio Monzó, entre otros, que son funcionales al gobierno del Frente de Todos.
En las próximas horas, según anticiparon fuentes oficiales, representantes del sector dialoguista se comunicarán con Bullrich para limar asperezas y llegar a un acuerdo. Es decir, la constitución de la mesa ejecutiva. Esa que después de siete meses no logró conformarse porque algunos de los pesos pesados de Pro vetaron a dos postulantes: Fernando De Andreis (secretario de Comunicación del partido) y a Guillermo Dietrich, exministro de Transporte. Ayer, en el zoom, volvió a resonar una frase para describir el lugar que deberían ocupar: «No representan a nadie».
Si bien hay marcadas diferencias sobre cómo plantarse como oposición, desde ambos sectores son conscientes de que la única forma de permanecer competitivos electoralmente es la unidad. Ahora, para evitar la profundización de esa disputa desde ambas trincheras levantaron la bandera blanca, aunque es una frágil paz. (La Nación – Por Santiago Dapelo)