“La Patria necesita hoy de nosotros, de todos y de cada uno”

Lo dijo Monseñor Carlos Malfa

“El Canciller de la Diócesis de Chascomús, P. Lisandro I. Rodríguez, hizo llegar a nuestra mesa de redacción el texto que el Obispo Monseñor Carlos Malfa dejó escrito, antes de viajar a Roma, y que fue compartido en el Tedeum del 25 de mayo.
“Autoridades y pueblo, queridísimos abanderados, ¡Feliz Día de la Patria!
Venimos a rezar nuevamente por la Patria que nació a la luz de la fe cristiana.
El Apóstol San Pablo nos pide “que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracia por todos los hombres…y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y tranquilidad” y continúa “quiero que los hombres oren constantemente levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones”.
Delante de Dios volvemos a descubrir lo que la Patria necesita hoy de nosotros, de todos y de cada uno según el lugar que ocupa en la sociedad, conforme a su libre determinación política, coherente con su creencia religiosa.
En este 25 de mayo tenemos presente la vida, la justicia, la amistad social.
* La vida en toda su belleza cultural y espiritual, en toda su dimensión terrestre y eterna, en todas las etapas de la existencia, desde la concepción hasta la muerte natural.
Pedimos a Dios ilumine la conciencia y el corazón de nuestros legisladores y de todos los ciudadanos para que sea inconmovible nuestro respeto y amor por la vida, primer derecho humano y fundamento de todos los demás.
El Papa Francisco nos dice: “la defensa del inocente que no ha nacido, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte” (Papa Francisco, Gaudete et exultate, 101).
* La justicia, que para mostrarse confiable ante la sociedad necesita manifestarse con legitimidad moral en todos sus integrantes predicando con el ejemplo, criterio valido para todas las dirigencias.
Justicia verdaderamente independiente tanto de los poderes económicos, corporativos y sectoriales como de todo poder político.
Justicia idónea, rápida y eficiente que el pueblo reclama para no vivir en la impunidad y como servicio al bien común de la Nación.
* Amistad social. Nos vuelve a iluminar el Papa Francisco: “Hace falta postular un principio que es indispensable para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo y desafiante, se convierte así en un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad pluriforme que engendra nueva vida. No es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro, sino por la resolución en un plano superior que conserva en sí las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna” (Papa Francisco, La alegría del Evangelio, 228). Es necesario recorrer un camino de reencuentro con los más pobres de la sociedad por fidelidad al Evangelio de Cristo “Lo que hacen al más pequeño de mis hermanos a mí me lo hacen”. (Mt.25, 40).
Todos estamos llamados a construir el bien común, sin excluir a nadie y sin que nadie sea indiferente a las imperiosas necesidades de nuestro pueblo. La paz social la construimos entre todos –sin egoísmos ni revanchas- o viviremos en la inestabilidad de la injusticia, la esterilidad de la discordia y la tentación de la violencia.
Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Patria, presida y acompañe “las tristezas y alegrías, los dolores y esperanzas de nuestro Pueblo” (Cf. Gaudium et spes, 1). Amén”.

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