La Psicóloga Cécere rechazó el ofrecimiento por sostener que el contrato y las condiciones no eran justas, ni equitativas, ni sanas

Se conoció a través de un comunicado que apareció en el muro de Facebook de la Lic. en Psicología Soledad Cécera, quien dejó de manifiesto que baja las condiciones que la Comuna le ofreció, no podía seguir trabajando en el Centro de Atención Primaria Roque Carranza.
El comunicado sostiene lo siguiente.
A toda la comunidad, en especial a mis compañeros:
En primer lugar quiero agradecerles a todos por el amor, la contención, la escucha y el sostén en estos días que vienen siendo intensos y angustiantes. Una paciente me dijo hace poco “así que como alguna vez me dijiste vos a mí, esto que te está pasando te va a ayudar a crecer”, y no lo dudo.
Si tuviera que cerrar el balance acá, diría que dá positivo, porque todo lo ocurrido me ha servido para fortalecer y afianzar vínculos sinceros, porque pude encontrarme en un “nosotros/as” y sabernos caminando por el mismo sendero, con las mismas ideas, compartiendo valores y sentires, defendiendo la Salud Pública como un derecho de todos.
También ha servido para visibilizar la situación de precariedad e inestabilidad laboral en la que me encontraba trabajando lo cual me ahorra tener que explicar por qué no puedo volver al mismo lugar.
Hace ya algún tiempo, después de varios golpazos, me he comprometido en participar únicamente de vínculos y contratos que sean justos, equitativos y sanos. Descubrí que de otra forma nada bueno puede suceder, y sostenerlos solo ayuda a enfermar y padecer.
El contrato y las condiciones que me ofrecen para volver no las considero justas, ni equitativas, ni sanas. No son justas porque atentan contra la dignidad de nuestra profesión. No son equitativas, porque me ubica en una situación de desigualdad tremenda respecto de un/a par con mi misma profesión e idénticas tareas en la misma área de trabajo. No son sanas porque no me he sentido respetada, bien tratada y valorada.
Mi deseo de continuar trabajando y participando en la construcción de una Salud Pública de calidad sigue intacto, pulsando con fuerza, pero desde mi más profunda humildad sé que no puedo en estas condiciones, que lo injusto se me volverá un venero que me irá quitando lentamente la alegría, mi capacidad creativa, mis ganas de ir a trabajar, mi deseo de proponer proyectos, y la atención y dedicación que me gusta ponerle a cada acompañamiento terapéutico. El código de ética de los psicólogos es muy claro al respecto al decir que cuando se adviertan situaciones personales que puedan interferir en el rendimiento lo indicado es limitar, suspender o concluir las tareas laborales.
Teniendo en cuenta esto, acepto ceder mi lugar como psicóloga del Centro de Atención Primaria Roque Carranza para que otro/a colega, bajo el mismo código de ética que nos une y con una contratación justa, pueda ocuparlo sin poner en riesgo uno de los principios elementales de la salud pública, la calidad. Sin profesionales sanos, no habrá tratamientos que sanen.
Acepto el desafío de ocupar y construir lugares nuevos para crecer profesionalmente y poder continuar trabajando, desde la participación activa, desde un posicionamiento crítico pensante y deseante al servicio de la salud mental de mi comunidad. Continuaré trabajando con los pacientes que considere inoportuno derivar a otro profesional, apostando a la construcción de otros espacios y dispositivos desde donde también se puede trabajar en Salud Pública, porque la Salud no tiene dueño, porque es de todos y la hacemos todos.
Salud.”

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