Los distintos grupos de bonistas se unieron y rechazaron en forma conjunta los términos del canje de deuda

Los tres comités de acreedores formados para negociar con el gobierno argentino presentaron una declaración en común. Dicen estar dispuestos a seguir negociando, a 4 días de que venza el plazo fijado por el ministro de Economía Martín Guzmán para que los tenedores de deuda soberana argentina decidan si aceptan la oferta de reestructuración de deuda

Los tres principales grupos de bonistas tenedores de deuda soberana argentina publicaron una declaración conjunta en la que vuelven a rechazar la oferta de canje de deuda del Gobierno argentino. Los representantes de los fondos que más tenencias de títulos de deuda tienen en sus carteras dijeron que las pérdidas propuestas para los inversores son desproporcionadas y, a cuatro días del final del plazo fijado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, dicen estar dispuestos a seguir negociando.

“El Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos de Canje de Argentina representan colectivamente un amplio y diverso espectro de tenedores de bonos soberanos de Argentina. Cada grupo ya ha rechazado públicamente los términos comerciales propuestos por Argentina para la reestructuración de su deuda externa”, dijeron los tres grupos organizados de tenedores de bonos argentinos en un comunicado conjunto.

Las tres agrupaciones se formaron alrededor de asesores legales para conducir las charlas con el Gobierno argentino a principios de este año. Hasta ahora, cada uno de esos grupos actuaba en forma independiente, dado que concentraban distintas necesidades y fondos con estrategias diferentes. Por ejemplo, los tenedores de bonos de los canjes 2005 y 2010, son dueños de papeles con cláusulas de acción colectiva más exigentes que los de los bonos emitidos después de 2016. Luego, los fondos de real money se agruparon por separado de hedge funds y otras firmas con estrategias de negociación más agresivas.

Sin embargo, a medida que se consume el plazo fijado por Guzmán para que los acreedores decidan si se pliegan a la propuesta de reestructuración o no, las estrategias se fueron volviendo comunes.

«Cada uno de los tres grupos de tenedores de bonos y las instituciones que representan, junto con varios otros inversores, desean reiterar y dejar en claro que no pueden respaldar la oferta de intercambio recientemente anunciada por la República, y no entregarán sus bonos en dicha oferta, porque, entre otras razones, los términos requieren que los tenedores de bonos argentinos sufran pérdidas desproporcionadas que no son justificadas ni necesarias. Sin embargo, cada uno de los tres grupos de tenedores de bonos está preparados para discutir constructivamente con Argentina cuando su gobierno esté listo para hacerlo, con el objetivo común de encontrar una solución viable a los desafíos financieros actuales de la República, dijo el comunicado conjunto.

Esta tarde el grupo de tenedores de bonos de los canjes de 2005 y 2010 conducirán un seminario online en el que buscarán explicar su posición al resto de los tenedores de bonos argentinos, en un intento por lograr que la mayor cantidad posible se sume al rechazo de la oferta. Ese grupo cuenta con el asesoramiento legal de Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, la firma que este año sumó a sus filas a Dennis Hranitzky, el abogado que en 2012 embargó a la Fragata Libertad durante el litigio con el fondo NML de Paul Singer.

Guzmán no se mueve
El comunicado conjunto de los grupos organizados de acreedores llega un día después de que Guzmán publicara una columna en el Financial Times en la que reafirmó que la oferta del Gobierno no puede ser mejorada.

“Ya no hay lugar para las ilusiones. En el mundo del nuevo COVID-19, no podemos seguir gastando el 20% o más de los ingresos públicos en el pago de la deuda, tal como han pedido efectivamente algunos acreedores. Es simplemente imposible”, escribió el ministro de Economía.

“Son tiempos extremadamente difíciles para los bonistas y Argentina es un anticipo de lo que vendrá para las naciones de todo el mundo que luchan contra la deuda. Sin embargo, los bonistas pueden elegir entre reconocer los desafíos históricos y buscar nuevas formas de avanzar, o insistir caprichosamente en plazos de pago de la deuda con poca visión de futuro que parecen proveer retornos rápidamente pero que en realidad solo debilitan a los países deudores y socavan su capacidad de pagar deudas. Las exigencias insostenibles solo dan lugar a resultados insostenibles”, agregó.

Tiempo de descuento
La propuesta oficial tiene vigencia hasta el 8 de mayo, según la presentación oficial del Tesoro ante la Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador del mercado de los Estados Unidos. Sin embargo, el plazo para negociar no se agota allí.

El Gobierno decidió usar el 22 de abril pasado el “plazo de gracia” que contemplan los prospectos de emisión de bonos soberanos para el pago de intereses. Ese día vencían en torno a USD 503 millones en pagos de intereses de tres bonos soberanos regidos por tribunales extranjeros, que no fueron transferidos a los bonistas. El plazo de gracia contemplado por los contratos de esos papeles es de 30 días, con lo cual en principio Economía tiene hasta el 22 de mayo para sumar la mayor cantidad de adhesiones posible entre los acreedores.

Ese día, en caso de no hacer un pago de último momento que extienda el plazo de negociaciones, el Tesoro argentino caería en default de su deuda regida por tribunales del exterior. (Infobae)