“No maté, yo batí en combate”, la provocación de Etchecolatz en un nuevo juicio en su contra

El genocida enfrentó a los jueces que llevan adelante un nuevo juicio por hechos cometidos en el Circuito Camps y dijo que solo responderá ante un tribunal militar.

El genocida Miguel Etchecolatz se negó a declarar en otro de los juicios por delitos de lesa humanidad que se le siguen, pero esta vez enfrentó al tribunal y aseguró que “yo no maté, yo batí en combate”.

Durante una de las audiencias en las que se juzga su responsabilidad y la de otros 20 represores en los crímenes cometido contra más de 500 víctimas en el Pozo de Quilmes, el Pozo de Banfield y El Infierno, el número 2 de la Policía bonaerense en época de Ramón Camps se negó a ser indagado por los miembros del Tribunal Federal Oral 1 de La Plata.

“¿Ante quién voy a declarar? Ustedes no tienen autoridad para actuar. Necesito que me interroguen los jueces que estaban en ejercicio de sus funciones en ese momento; es decir la justicia militar. Hay mucho para declarar de esos acontecimientos que pusieron en peligro a la Patria pero no lo puedo hacer ante ustedes”, afirmó el represor, quien declaró por videoconferencia.

Y agregó: “Dicen que yo maté, usan esa palabra hiriente; y yo no maté, yo batí en combate que es distinto, yo respondí a la agresión con el personal que tenía, murieron muchos de los nuestros y de esos pobres jóvenes equivocados o mal orientados”.

Además, señaló al tribunal por “no querer poner en el tapete que hubo una guerra y lamentablemente en una guerra, con mucho dolor, todo tiene su motivo. Los códigos (penales) callan, la única voz que se encuentra es la de los fusiles, así de triste”.

Finalmente, apuntó: “Me iré de este mundo, ya me queda poco por vivir, sabiendo que nadie me puede señalar que me quedé con algo, sin embargo otros que vaciaron los tesoros de la Nación están en libertad, con derechos, y nos siguen gobernando”.

No es la primera provocación de Etchecolatz en un juicio de lesa humanidad: en otro proceso el represor exhibió un papel en el que se leía el nombre de Julio López, el testigo clave del primer juicio en su contra, quien desapareció en 2006 antes de conocerse la sentencia, hecho que para los organismos de Derechos Humanos fue ejecutado por el entorno del exjefe policial.

El juicio comenzó el martes de la semana pasada y tiene en el banquillo a represores, militares y un civil, acusados por los secuestros, torturas, abuso sexual y homicidio cometidos en los centros clandestinos conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno.

Entre los acusados también se cuenta al exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; el exmédico policial Jorge Antonio Berges y el jefe del Pozo de Bánfield, Juan Miguel Wolk, quienes tampoco realizaron declaraciones. (DIB)