Nota de opinión:Dejar la grieta en el pasado

Me enseñaron en la escuela la historia de los unitarios y federales, enfrentamientos, si se quiere naturales al contexto del reciente nacimiento de un País, donde dos facciones pretendían imponer sus ideas de cómo debía ser la organización política territorial de la Nación.
Sin detenerme en el análisis del pasado, y viniendo en el tiempo mucho más acá, desde que tengo uso de razón a mis cuarenta y tres años de vida, he visto las dificultades que hemos tenido los argentinos para poder crecer y forjar una Argentina mejor.
Entiendo que esos entorpecimientos en el desarrollo del país se deben en su mayoría a las actitudes y acciones que vienen realizando nuestros representantes políticos y sociales en las últimas décadas, claro está, no todos.
La mezquindad personal y/o sectorial se impone a la idea de una patria grande, donde se logre el bienestar general de sus ciudadanos basado en valores nobles, destacándose como principales pilares del crecimiento la educación y el trabajo.
Se habla hasta el hartazgo más del pasado que del presente y del futuro, están desde hace años y actúan con beneficio de inventario sin hacerse cargo de nada, la culpa siempre es del otro. Estas escenas se multiplican en épocas de elecciones, donde se quiere cautivar al votante, muchas veces ninguneado, con personajes pero sin equipos, donde se quiere vender un slogan pero no se conocen las ideas y los proyectos, apareciendo triviales y vergonzosos spots publicitarios donde se resalta la perniciosa grieta, en vez de reconciliar el sentimiento de que todos somos argentinos.
Hace tiempo, necesitamos otras cosas de nuestros representantes sociales, dirigentes políticos, y funcionarios públicos. Comportamientos guiados por el dialogo, tendientes a la búsqueda de la fraternidad de los argentinos, donde se charle y se priorice el trabajo, proyectando el futuro sobre la base de las apreciaciones comunes. Donde en las diferencias exista la palabra, y se logren consensos y políticas públicas a corto, mediano y largo plazo.
Ya hemos visto que esta antigua dinámica política llamada grieta no ha dado buenos resultados, se podría decir que con el paso del tiempo en varios aspectos estamos cada vez peor. Uno podrá ganar una elección, pero la imposición y la soberbia de los que se creen vencedores no sanan la polarización, por el contrario, muchas veces alimentan el fanatismo y el odio.
Necesitamos construir ámbitos de dialogo, líderes que den gestos a la sociedad, y que de la diversidad pregonen la unidad y el consenso de ideas y proyectos. Pero no nos confundamos, porque no solo depende de lo que realicen nuestros representantes políticos, principalmente curar la grieta, se supedita a lo que hagamos cada uno de nosotros, porque toda indiferencia o agresión hacia el que piensa diferente nos aleja más.
Debemos enfrentar la divergencia política con seriedad, respeto, responsabilidad y mucho dialogo. Debemos dejar la grieta en el pasado, y pensar un País que nos encuentre con diversidad de opiniones, pero unidos para fijar el norte de una Argentina mejor.
Gonzalo Alberto Fierro (Vocal Titular – UCR Chascomús)