Panorama bonaerense: Negociaciones de un mes para delinear dos años políticos

Claves para destrabar la cuestión de la reelección de los intendentes, con el radicalismo como socio. El relanzamiento del gobierno, que incluye cambios de gabinete. La negociación por los cargos. Y el Presupuesto, con aumentos de impuestos promedio de mayores al 40% y menores al 50%.

 

Impactada por el resultado de las elecciones, la agenda que se comenzará a discutirse en las próximas semanas sentará algunas de las bases de la política bonaerense de los próximos dos años: despunta un acuerdo, algo vergonzante, que podría destrabar la cuestión del límite a la reelección de los intendentes, al tiempo que Axel Kicillof relanzará su gobierno en simultáneo con el anunció de cambios –de estructuras y de nombres- en su gabinete. Todo en medio de un póker con la oposición que incluye la demorada cuestión del reparto de cargos institucionales.

La cuestión más espinosa es la de las re-re. Una primera dificultad es que el Sergio Massa y María Eugenia Vidal, socios en 2016 en la aprobación de la ley que limita a dos los mandatos de los alcaldes ahora se oponen a dar marcha atrás. Massa dice que a esta altura eso favorecería más a la oposición que al oficialismo, que colocó a varios de los suyos en puestos ejecutivos. Vidal le gritó a una de sus espadas legislativas que “ese es mi legado en la Provincia, no pueden borrarlo”. Por lo bajo, varios objetan: El presidente de Diputados no le quiere allanar el camino a un nuevo mandato a Julio Zamora, su sucesor en Tigre y Vidal perdió derecho al pataleo cuando se eyectó de la provincia.

Mientras, con sigilo, la posibilidad de un acuerdo asoma en el horizonte. Se basa en dos cosas: 1) No se optara por la derogación de la ley, sino en una nueva norma que reemplace su artículo 3, que plantea que los dos mandatos consecutivos habilitados se cuentan desde 2015, por uno que comience la cuenta en 2019. Ese esquema cuenta con señales favorables de la UCR, porque le permite mantener el discurso institucionalista de rechazo a los mandatos indefinidos y al mismo tiempo satisfacer a varios de sus intendentes. Los estrategas del peronismo piensan en ese respaldo sobre todo para un paso crítico: lograr el quórum para tratar el proyecto en el Senado. Si se logra, podría aprobarse con mañas conocidas, algunos ausentes, alguno que baje al recinto a último momento. Es complejo peor factible, aun cuando el vidalismo y la Coalición Cívica sigan irreductibles en su negativa 2) La resolución de la cuestión de quién presenta la iniciativa, lo que supone un costo político en sí mismo. Lo discutieron, en una reunión reservada, Massa con Axel Kicillof y Máximo Kichner. Una idea es multiplicar demandas judiciales de concejales, también alcanzados por la restricción. Eso daría aire para el argumento de que se necesita una resolución “política” en el Parlamento. Ese diseño de la pata judicial asegura además que si eventualmente avanzan los expedientes pasan por una consulta al Fiscal del Estado, un radical. Si el pedido hubiese sido la inconstitucionalidad de la ley para derogarla, hubiese debido intervenir el Asesor General del gobierno, que es casi como si Kicillof pusiera su firma. Otro motivo, además del impacto en la opinión pública, que impone la solución intermedia de la retroactividad.

El juego del gobernador en este tema es consecuencia del resultado de las elecciones. También lo es el relanzamiento de su gestión que anunciará en los próximos días. Hablará de nuevas –y ambiciosas- metas para los próximos dos años. Eso será, además, la excusa perfecta para presentar los cambios en su gabinete, que surgirán en su discurso como funcionales a las nuevas iniciativas de gobierno. Ya está decidido que habrá un ministerio (o área autónoma tipo Instituto) de Cultura, que comandará Florencia Saintout. En Medio Ambiente está la estructura pero no el nombre, que se disputan Massa y Martín Insaurralde, aunque corre con ventaja el Diputado. La ministra de Educación, Agustina Vila está prácticamente afuera. Es que su salida la impulsa la vicepresidenta Cristina Fernández, que además propone como reemplazo a un dirigente que fue ministro suyo. Mara Ruiz Malec está también en la cuerda floja: su sillón podría ser ocupado por alguno de los sectores gremiales que quedaron fuera del acuerdo  de la CGT, que son básicamente kirchneristas. Berni, en cambio, se queda “al menos por ahora” dicen en el gobierno.

Kicillof abrirá además la negociación por los cargos vacantes, lo que aceitará el tratamiento de la ley de ministerios, la de reelecciones y, eventualmente, del Presupuesto que ingresa el lunes  Diputados con subas promedio de los impuestos patrimoniales apenas por arriba del 40% (pero por debajo del 50%) para el 90% de las partidas. Los contribuyentes de mayor porte pagarán más. La negociación por los cargos (Banco provincia, Contador, Subcontador, etc) comenzará, como siempre, con un pedido del oficialismo para que se cumpla una supuesta promesa de Vidal para que se retire el Procurador General Julio Conte Grand. Hasta ahora fracasó siempre, pero este es un nuevo tiempo político.

(DIB) Por Andrés Lavaselli