Por violar el aislamiento, se detuvieron a 3.200 en todo el país. Las Fuerzas Armadas se suman a las tareas logísticas

Coronavirus

Cuarentena en Argentina: el Gobierno endurece los controles y por ahora no dictará el estado de sitio

El Presidente estuvo este sábado en el aire. La imagen es literal. Y en sentido figurado. Alberto Fernández camina como moviéndose a dos centímetros del suelo. Vive en el vértigo propio del líder de un Gobierno que se convenció de que, para mitigar una enfermedad que puede atacar a un número muy considerable de argentinos, incluso con potencial mortal, debe actuar ya.
La peste oriental, llamada Covid-19 por los científicos, el coronavirus, es una amenaza a la Nación. La enfermedad ya se esparce silente entre cientos de argentinos. Tal vez miles. Fuentes gubernamentales inobjetables aceptan ese escenario pero piden cautela porque el alcance real del síndrome respiratorio puso en crisis a varias potencias internacionales. Y a la economía mundial.
La Gendarmería Nacional, la Policía Federal, la Prefectura Naval, la Policía Metropolitana, y los agentes de seguridad de las provincias y municipios tienen nueva orden para profundizar. Meter presos, secuestrar los autos y someter a la Justicia penal a quienes rompan el aislamiento obligatorio impuesto por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 297/2020.
El Presidente estuvo en el aire, el sábado por la tarde, esta vez en modo real, estrictamente físico. Sobrevoló en helicóptero, junto a su jefe de Gabinete Santiago Cafiero y a su vocero Juan Pablo Biondi, distintos puntos de la Capital Federal y el inabarcable conurbano bonaerense. Intentó así analizar el nivel de cumplimiento, o no, de su política anti-Covid 19.
El confinamiento en sus casas es obligatorio para casi toda la población. La
circulación, la vida extramuros, solo está permitida en las cercanías de los hogares, y con fines específicos, como la búsqueda de alimentos o remedios. Hay excepciones para distintos sectores del mundo del trabajo y la economía. Fernández insiste, asesorado por expertos, en que este plan es el único que existe para frenar al virus que cruzó mares y aduanas y se trasladó desde China a Europa, y ahora acecha al país.
Si la ciudadanía se mueve como antes de la epidemia propagará el contagio del coronavirus. A dos días de decretar el aislamiento total, la Casa Rosada endurecerá esa política.
El sábado, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, afirmó en una entrevista con CNN Radio que el Gobierno “no descarta” instrumentar “el estado de sitio”, una medida más extrema, en la que se suspenden las garantías constitucionales y le otorga poderes especiales al Presidente, según dicta la Constitución, para evitar incidentes en casos de conmoción interna. Frederic explicó que se evitará todo lo que se pueda para no tener que utilizar esa herramienta legal: “Esperamos no llegar a eso”.
El ministerio de Seguridad informó que el sábado se detuvieron, entre la Capital Federal y el conurbano bonaerense, a 1.200 personas acusadas de haber evadido la regla del aislamiento obligatorio. No pudieron justificar por qué habían salido de sus casas. Con las provincias, la cifra llega a 3.200. Además, los agentes de Seguridad secuestraron más de 300 vehículos.
Los controles de las fuerzas federales, sumadas a los agentes provinciales y municipales se instalarán en más zonas de tránsito fluido, y no tanto, a través de retenes que se extenderán lo máximo posible en todo el país.
En los próximos días, además, se verán en las calles a miembros de las Fuerzas Armadas que ayudarán en la pelea contra la peste invisible. Se ocuparán de tareas de logística, de control y también sanitarias, como el armado de hospitales similares a los que se usan en campañas militares. Algunos de ellos ya se levantaron en el área más extensa que posee el Ejército, Campo de Mayo.
Fuentes oficiales afirmaron que será el Ejército quien abastezca de viandas con comida a los más de 2,5 millones de alumnos de colegios bonaerenses , ahora cerrados.
En diálogo con Clarín, Alberto Fernández resumió su plan de acción así: “El que incumple va a ser castigado como está previsto. Será perseguido penalmente”.
El Presidente está convencido de que si logra usar todo el poder del DNU contra el virus no tiene por qué dictar el estado de sitio.
Aunque efectivamente fue una de las hipótesis que estudiaron sus asesores más cercanos. Ocurre que estas nuevas normas le dan atribuciones a la Casa Rosada que jamás se utilizaron bajo un Gobierno democrático en tiempos de paz.
En la reunión del viernes pasado en la Quinta de Olivos, en la que Fernández abrió el debate sobre el DNU 297/2020 a los gobernadores, solo dos sugirieron imponer el estado de sitio ante el avance de la pandemia y para prevenir desbordes sociales.
Según fuentes que estuvieron en ese encuentro, la posibilidad la plantearon el santafesino Omar Perotti y el santiagueño Gerardo Zamora.
El gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, captó la atención de todos cuando propuso que no se pague la deuda externa para financiar la lucha contra el Coronavirus.
“Somos todos Coroneles y usted es nuestro General”, le dijo al Presidente, como si fuera vocero del resto.
Fernández dio entonces su discurso anunciando que implementaría el aislamiento obligatorio. Lo acompañaron, parado a su lado, dos mandatarios de la oposición, el Jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta y el radical que gobierna Jujuy, Gerardo Morales. Esa noche cenó con su Gabinete en la Quinta de Olivos. Al otro día habló con la vicepresidenta, Cristina Fernández.

¿Cuántos contagiados de Coronavirus hay en la Argentina?
El viernes pasado, el Presidente difundió una carta “al pueblo argentino”. En uno de los párrafos, afirmó que “si la sociedad fuera indiferente ante esta amenaza”, siguiendo lo analizado por “los científicos” se contagiarían de coronavirus “la mayoría de los argentinos”.
En ese mismo texto, el Presidente describió a la pandemia​ y su intento de mitigación así: “Será la prueba más exigente que la Argentina haya tenido en lo que va del siglo”. Sic. (Fuente Clarín – Por Nicolás Wiñazki)