Santiago Montoya: “El ministro fuerte de Economía que el Gobierno no quiere tener ahora va a ser el FMI”

Desde que se conoció la noticia de que Mauricio Macri iniciará “conversaciones” con el Fondo Monetario Internacional, el extitular y creador de ARBA, Santiago Montoya, comenzó desde su Twitter a criticar, política y económicamente, la medida. Más tarde, ya en diálogo con FM CIELO 103.5, profundizó esa postura con un duro análisis: “El ministro fuerte que el Gobierno no quiere tener ahora es el FMI”.
“El FMI debe estar en el tope del ranking de las pesadillas de todos los argentinos”, dijo el dirigente cordobés y asesor de organismos internacionales en el programa “No te des vuelta”, que conduce Juan Rubinacci de lunes a viernes de 17:00 a 20:00.
Para quien también fuera funcionario bonaerense durante la gobernación de Felipe Solá, una de las preocupaciones más grandes de regresar a este organismo de crédito es aceptar “poner un equipo económico que esté por arriba de los siete u ocho secretarios de estado” que se encargan de ese ámbito en la Casa Rosada. “Espero que no sea necesario que los argentinos tengamos un ministro de Economía en Washington”, reclamó.
“Decíamos que íbamos a empezar una etapa nueva y de repente aparece esta institución que siempre que han pasado cosas malas en Argentina o en otros países aparece involucrada. Esto lo digo sin carga ideológica. Que el Fondo aparezca vinculado ahora a un futuro promisorio del país es al menos extraño”, agregó el especialista es materia tributaria.
En tanto, se mostró contrario a pensar -tal como lo expresó el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne-, que el FMI haya cambiado. “Rechazo que estemos en presencia de un nuevo Fondo, fui a Washington la otra vez y está en el mismo lugar”, ironizó.
“Esto es lo mismo que poner al frente de una bodega mendocina con problemas a un alcohólico que dice que está recuperado. Sé que el fondo tiene intenciones de tener otro tipo de relaciones pero es un alcohólico que dice que está recuperado”, comparó.
“Es la nueva política que nos quiere salvar con prácticas viejas. Desde el punto vista del discurso esto no es tragarse un sapo, es tragarse un rinoceronte, porque nos están pidiendo que nos traguemos un rinoceronte”, agregó.

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