Un diario porteño recordó el inolvidable Gimnasia de “Mingo” Lejona

El “Lobo” a punto de ser campeón
El periodista Carlos Viacava firmó en las últimas horas una interesante nota en la sección deportiva del porteño diario La Prensa, en la que se recuerda al equipo de Gimnasia y Esgrima La Plata de 1962. El hecho remite en Chascomús inevitablemente a la figura del vecino Domingo “Mingo” Lejona, quien fuera titular indiscutido de aquel equipo gimnasista que a punto estuvo de ser campeón en ese torneo de la primera división del fútbol argentino.
Más allá de hacer mención el texto publicado a lo que fuera derrota de ese Gimnasia en el clásico ante Estudiantes, sí se narra con detalle el triunfo tal vez más trascendente de aquel equipo “tripero”, ante River Plate y como visitante.
LA NOTA DE LA PRENSA
El bosque alberga una fauna diversa. Pero en La Plata existe uno muy especial en el que habita un Lobo bastante particular que sale a la cancha con la camiseta de Gimnasia y que en 1962 fue más feroz que nunca. Ese año, los triperos disfrutaron de uno de sus equipos más famosos. El conjunto mensana, que inició el torneo a las órdenes del uruguayo Enrique Fernández Viola y terminó de adquirir su madurez al mando de Adolfo Pedernera, amenazó con interrumpir la supremacía de los cinco grandes. Fue uno de los principales animadores en la lucha por el título y alcanzó un destacado tercer puesto. Ese Lobo, de una voracidad insaciable, quedó firmemente instalado en la memoria del pueblo futbolero.
Gimnasia empezó a transitar el torneo con un andar irregular. Cuando parecía que iba por el buen camino, dos derrotas consecutivas obligaron a barajar y dar de nuevo. La que más dolió fue la última de ellas, pues se dio en la cancha de 60 y 118 nada más y nada menos que en el clásico contra Estudiantes. Ese traspié motivó la remoción del cargo de DT de Fernández Viola. En la jornada siguiente, la 9ª, el equipo estuvo dirigido por Eliseo Prado, un veterano multicampeón con River en la década anterior que todavía seguía en actividad con la camiseta albiazul. Después llegó el Maestro Pedernera y de su mano ese Lobo que se antojaba manso e inofensivo, se convirtió en una criatura que devoraba a cuanto rival se le cruzara.
Con Prado como entrenador sustituto, Gimnasia venció 2-1 a Chacarita. Allí se inició un invicto de 15 partidos que hicieron del elenco platense un serio candidato al título. Un partido clave para confirmar las pretensiones de las huestes de Pedernera se dio en el 15º capítulo del certamen, cuando vencieron en el Monumental 2-0 a River y se ubicaron a sólo cuatro puntos del líder, Boca.
Ese equipo durísimo contaba con una firme defensa que se iniciaba en el arquero Carlos Minoian y continuaba en los marcadores de punta Walter Davoine y José Marinovich y los centrales Pedro Galeano y Domingo Lejona. En el medio, la garra de Daniel Bayo y la sapiencia de Prado acompañaban los desbordes de Luis Ciaccia por la punta derecha, la conducción de Héctor Edelmiro Antonio (figura en los dos equipos de la Ciudad de las diagonales) y los goles del Tanque Alfredo Hugo Rojas y de Diego Bayo. Cuando el Cochero Antonio no era de la partida, le tocaba el turno al peruano Oscar Gómez Sánchez, con lo que Gimnasia perdía a un estratega pero ganaba más profundidad por los costados.
Ese 2 de septiembre, Galeano y Lejona se encargaron de impedir que Luis Artime hiciera gala de su temible capacidad goleadora y entre Daniel Bayo y los laterales asumieron la misión de evitar que Ermindo Onega y el brasileño Delem manejaran la pelota. Así y todo, River se acercó con un peligroso remate de Artime que se fue cerca y Roberto, tras hacerle un sombrerito a Davoine, obligó a una buena intervención de Minoian. El visitante replicó con un peligroso cabezazo de Rojas.
En el segundo tiempo, el Lobo terminó de asentarse en la cancha, le cortó los circuitos de su juego a River y sacó diferencia en el marcador. Diego Bayo interceptó un pase corto de José Manuel Ramos Delgado, levantó una pared con Rojas y luego le hizo llegar la pelota a Ciaccia. El puntero se le escapó a Marcelo Etchegaray y lanzó el centro que el Tanque transformó en gol con un potente cabezazo. Cerca del final, Gimnasia volvió a lanzarse con todo al ataque. Ciaccia nuevamente avanzó por la punta derecha y le sirvió el balón a Prado para que, también usando la cabeza, estableciera el 2-0 final que confirmó que ese Lobo feroz estaba listo para pelear por el título.