¿Vacunación privilegio de algunos? Cuando no existe un Plan Sanitario…

Ateneo y Plaza Illia de la UCR
En nuestra redacción hemos recibido una nota del Ateneo Illia y la Comisión de la Plaza Illia, firmada por Ana de Otazúa, Beatriz Fayos y Miguel Angel Cerimele que a continuación publicamos.
Si tomamos la definición de que una vacuna es una preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad y que estas sustancias estimulan la producción de anticuerpos que son las defensa de nuestro organismo, podemos decir que la inmunización es una de las intervenciones médicas de salud pública más eficiente para evitar enfermedades y muerte.
Las campañas de vacunación masivas son organizadas y planificadas por Estados, que en sus políticas de salud tienen como objetivo vacunar a toda la población en riesgo en el menor tiempo posible, atento a ser una de las medidas con más costo-efectivas para controlar la pandemia, y disminuir su impacto en la salud, la economía y la sociedad.Ahora bien, en que plano se ubican los ciudadanos de riesgo cuando faltan vacunas o cuando se politiza y se pierde la confianza y seriedad cuando aprovechando las circunstancias algunas agrupaciones políticas la utilizan por sobre la salud como bandera política para llegar a tener más votos en las próximas elecciones legislativas.
EL gobierno anuncio la promesa de tener 10.000.000 millones de personas vacunadas en Diciembre del 2020 y vemos que en la actualidad apenas llegan a 400.000 la población vacunada ascendiendo el número de muertes a 51.000, esto no se cumplió y hoy tenemos a un país a merced de que las autoridades restablezcan con eficiencia una política sanitaria acorde a los tiempos que vivimos.
Y pensamos nuevamente en que plano se ubica a los ciudadanos de riesgo: en ciudadanos de primera de segunda, pareciera que el concepto de riesgo es muy elástico ya que, ante las denuncias públicas vemos como se aplicaron dosis para funcionarios, amigos, legisladores, sindicalistas y hasta dirigentes sociales sin respetar el protocolo a cumplir consumiendo las vacunas de la población más vulnerable, que ante el riesgo de su vida deben estar inmunizados.
Recordamos como ayuda memoria quien tiene prioridad para recibir la vacuna:
– Personal de salud pública y privada (763.000 trabajadores).
– Docentes (1.3000.000 personas).
– Adultos mayores que viven en geriátricos (7.375.000).
– Adultos mayores de 70 años.
– Adultos mayores de 60 años.
– Personal de las Fuerzas Armadas de Seguridad y servicios penitenciarios (5000.000 adultos).
– Adultos entre 18 y 59 años que presentan factores de riesgo, diabéticos, enfermedades cardiovasculares, renales o respiratorias crónicas (5.653.000.
– Otras poblaciones estratégicas que definan jurisdicciones, habitantes de barrios populares, personas en situación de calle, pueblos originarios, personas privadas de libertad, migrantes.
En nuestra localidad se está vacunando de acuerdo a las pautas que establece el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, y nos preguntamos qué lugar de prioridad ocupan las personas mayores internadas en geriátricos atento a que todavía no han sido notificados los responsables de las instituciones para comenzar a vacunar. ¿Se deberá a un faltante de vacunas?
En junio del 2020 presentamos al Honorable Concejo Deliberante un proyecto donde pedíamos “Auditar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad dispuestos a enfrentar la Pandemia del Covic-19 en los establecimientos geriátricos” manifestando que el grado de vulnerabilidad en el que se encuentran los adultos mayores institucionalizados instaba a buscar formas de interacción y exigencia de los gobiernos (local, provincial y nacional) como una de las funciones esenciales de la salud pública.
No se obtuvo respuesta como tantas otras cuestiones…….no nos interesa tener una listado de las personas que han sido beneficiadas por la vacuna pero si la reflexión y toma de conciencia, respecto a que hay muchas personas que necesitan urgentemente ser vacunadas para poder vivir y se les quita esta oportunidad. Por eso remarcamos que cuando no se está a la altura de las circunstancias, ocupar cargos de responsabilidad, es doblemente grave e imperdonable, porque es la vida humana la que está en juego que es lo que más vale y no es objeto de privilegios.