El último encuentro virtual puso en evidencia no solo las diferencias de intereses comerciales sino también las distintas visiones sobre la integración política que poseen sus integrantes
Los líderes del Mercosur celebraron el viernes una reunión virtual ante la pandemia y con motivo de los 30 años del bloque, en la que volvieron a quedar expuestas históricas diferencias, especialmente sobre el arancel externo común y la “flexibilidad” para negociar acuerdos comerciales en forma individual.
El presidente que más acentuó las diferencias fue el de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien resaltó que el Mercosur no podía ser un “lastre” que actúe como un “corset” que impida el crecimiento de su país.
El punto de discordia fue la flexibilización del comercio intra y extra regional. Brasil propuso una reducción de aranceles, Lacalle Pou acompañó la idea y el presidente argentino, Alberto Fernández, contestó visiblemente ofuscado. “Si somos un lastre, tomen otro barco”, sentenció Fernández, sembrando una frase que seguramente quedará en la historia diplomática de la región.
En ese marco, Infobae hizo un relevamiento de datos para dar cuenta de cuál es la situación económica de cada uno de los cinco miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y dos de sus asociados, Chile y Bolivia (que está en proceso de adhesión), para poner de relieve que grado de desarrollo tiene cada estado que integra la mesa de discusión (Venezuela es miembro pero están suspendidos sus derechos y los otros asociados son Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam).
Argentina
En lo que respecta al Producto Bruto Interno (PBI), Argentina es el país que registró un mayor descenso en 2020 -9,9%, según el Indec-, solo detrás de Venezuela, que registró un dramático descenso de 25%, de acuerdo a los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si se considera la inflación registrada en febrero de este año, el país vuelve a quedar en una muy mala posición: fue uno de los que registró mayor incremento de precios, con un 3,5 por ciento. Solo otra vez detrás de Venezuela, que registró un 46,6% en el segundo mes de 2021.
Las estadísticas tampoco son favorables en lo que refiere al desempleo y la pobreza. Según el Indec, en 2020 Argentina registró un 11% y un 40,9%, respectivamente. Si se analiza el plano financiero, Argentina tiene una cotización de 142 pesos por dólar y un Riesgo País, que mide el costo de endeudarse en el exterior, de 1.580 puntos básicos, que prácticamente le cierra el acceso al financiamiento.
Brasil
El país gobernador por Jair Bolsonaro tuvo una caída del PBI en 2020 de 5,8% de acuerdo al FMI, mientras que la proyección para 2021 es de un crecimiento de 3,6 por ciento.
La desocupación en el país más grande de la región alcanzó el año pasado un 13,4%y la pobreza fue de 24,1%, según la Cepal. En tanto, la inflación de febrero fue del 0,5%, muy inferior al 3,5% que se registró en la Argentina.
Asimismo, Brasil tiene una cotización de 5,76 reales por dólar y un Riesgo País de 301 puntos básicos.
Uruguay
La caída del PBI de Uruguay fue en 2020 de 4,5% y la proyección del FMI para 2021 es que se recupere un 4,3%, prácticamente lo perdido el año pasado en medio de la pandemia.
La desocupación fue de 9,7%, mientras que la pobreza alcanzó el 5,3%, el valor más bajo para la región.
En otro orden, la inflación alcanzó en el segundo mes del año un 0,8 por ciento. Respecto al tipo de cambio, Uruguay tiene una cotización de 44,25 pesos por dólar y el Riesgo País es de 132 puntos básicos, situación que le permite, a diferencia de Argentina, acceder a tasas baja de endeudamiento en el exterior.
Paraguay
Es el único país que tiene previsto para este año una recuperación del PBI por encima de lo perdido en 2020 en la pandemia. El año pasado el PBI paraguayo registró una descenso del 4% y tiene previsto crecer un 5,5% en 2021, según el FMI.
En tanto, la desocupación fue del 11% y la pobreza de del 21,5% en 2020.
En el plano cambiario, tiene una tipo de cambio de 6.456 guaraníes por cada divisa norteamericana. Y el Riesgo País es de 212 puntos básicos, cifra similar a la de Uruguay, lo que le permite emitir deuda a tasas bajas, aprovechando la tendencia global.
Chile
El país trasandino tuvo un descenso del PBI de 6% en 2020 y se espera que para este año la recuperación sea del 4,5%, de acuerdo a las proyecciones del Fondo. La post-pandemia podría resultar más sencilla que para otros países. Chile es, por lejos, el país que mejor ha desarrollado en la región la campaña de vacunación contra el Covid-19.
Si se analiza el nivel de inflación, la cifra del país que gobierna Sebastián Piñera estuvo entre las más bajas: fue del 0,2% en febrero. La desocupación se ubicó en el 11,4% y la pobreza, en tanto, alcanzo el 14,7 por ciento.
Chile tiene un tipo de cambio de 732 pesos por dólar y un riesgo país de 251 puntos básicos, en línea con Uruguay y Paraguay.
Bolivia
Ubicado entre los países con mayor daño económico durante la pandemia, Bolivia registró un descenso del PBI con una caída del 7,9%. No obstante, está previsto que tenga un crecimiento para este año de 5,6 por ciento.
La desocupación llegó el año pasado al 8% y la pobreza rozó el 40%. En relación a la inflación, que fue del 0,16%, se puede decir que estuvo entre los valores más bajos entre los países mencionados.
Bolivia cuenta con un tipo de cambio de 6,93 bolivianos por dólar estadounidense.
Venezuela
“La República Bolivariana de Venezuela se encuentra suspendida en todos los derechos y obligaciones inherentes a su condición de Estado Parte del MERCOSUR, de conformidad con lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 5° del Protocolo de Ushuaia”, detalla la web del Mercosur.
Es el país que registra los peores guarismos en todos los indicadores económicos, dentro del Mercosur y a nivel global. El PBI en 2020 se desplomó un 25% según el FMI y, a diferencia del resto de los países que espera un rebote, está previsto que tenga una nueva caída, del 10%, este año. Además tuvo una desocupación del 35,5% en 2020 y la pobreza llegó al 80 por ciento.
Con respecto a la inflación, febrero tuvo un alza del 46,6%, un número acorde a una situación hiperinflacionaria y, por supuesto, la más alta de toda la región. Tras haber sufrido en los últimos años una persistente devaluación de su moneda, el tipo de cambio en Venezuela es de 1.850.656 bolívares y el riesgo país alcanza los escandalosos 25.780 puntos básicos.
Marchas y contramarchas
En este contexto, cabe remarcar que en tres décadas, el bloque tuvo marchas y contramarchas, sin poder aún trazar una unión aduanera perfecta y eliminar las asimetrías internas que perjudican a las economías más pequeñas de Uruguay y Paraguay.
También hay cambios radicales como la relación con China, que solo representaba el 3% de las ventas externas del bloque. Ahora China es el principal destino de exportación. Casi uno de cada cuatro dólares exportados se dirige al gigante asiático y es el primer origen de las importaciones del Mercosur, según la agencia de noticias AFP.
El bloque vende el 63% de la soja del mundo, y es el principal exportador mundial de carne vacuna y de pollo, de maíz, café y hierro, así como también el octavo productor mundial de automotores. Su PBI alcanzó en 2019 los 2,4 billones de dólares.
Se esperaba que el acto por el 30 aniversario del Tratado de Asunción tuviera como eje principal el balance de la experiencia de integración regional y los desafíos de la pandemia por coronavirus pero, en cambio, visibilizó las posiciones antagónicas entre los socios respecto de los aranceles para la importación y los acuerdos con otros bloques o países.
Para la Argentina, el principal destino
La alianza regional aún constituye el principal destino de las ventas argentinas al exterior, pese a que los niveles de participación en las exportaciones intrazona fueron disminuyendo en los últimos años, según un informe especial elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El bloque regional aún constituye el principal destino de las exportaciones argentinas, impulsadas principalmente por la demanda de Brasil, país que continúa siendo el mayor importador de productos argentinos a nivel mundial, señaló el Indec en “Mercosur: treinta años de intercambio comercial. Dosier estadístico aniversario”.
Desde su creación en 1991, las exportaciones argentinas hacia el Mercosur presentaron un fuerte crecimiento; pero, en el transcurso de las tres décadas se observaron distintos patrones en el comercio regional.
A partir de 2000, con el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su mayor participación en el comercio mundial, comenzó un ciclo de mayor demanda de productos argentinos y un aumento en los precios de los commodities.
Esto generó un crecimiento en las exportaciones extrazona y un descenso en la participación de los países socios del bloque regional, completó el informe.
Asimismo, desde comienzos del siglo XXI, las importaciones argentinas desde el bloque fueron perdiendo relevancia debido a la mayor participación en este período de los productos provenientes de China.
Pese a la mayor participación adquirida por China como proveedora de la Argentina en los últimos años, la zona económica constituida por el Mercosur aún sigue conformando el principal origen de las importaciones del país.
“El Mercosur fue una gran puerta hacia el exterior para las empresas argentinas luego de los años del nacionalismo autonomista de mediados del siglo pasado, y creó específicamente en Brasil una plataforma de acceso al exterior para numerosas empresas argentinas” (Elizondo)
Desde antes de la conformación del bloque, Brasil fue el país miembro con mayor participación en el total de las importaciones de origen intrazona; aunque en el último período disminuyó su participación con respecto a los años anteriores.
Por otra parte, aumentó el porcentaje de importaciones provenientes de Paraguay, debido principalmente a las compras de porotos de soja excluidos para siembra -realizadas bajo el régimen de importaciones temporarias- con el objetivo de ser industrializadas.
Durante la primera década de vigencia del bloque, la balanza comercial argentina con el Mercosur fue mayoritariamente superavitaria, pero a partir de 2004 esta tendencia se revirtió, al registrar el país un déficit comercial con la región en la mayor parte del período, con un valor máximo de USD 7.699 millones en 2017.
En cuanto a la balanza comercial con los países miembros del bloque, la Argentina registró un déficit continuo con Brasil desde 2003 (excepto en 2019), cuyo valor máximo se alcanzó en 2017, por USD 8.664 millones; y, desde 2018, con Paraguay, por el aumento de las importaciones de soja.
“El Mercosur fue una gran puerta hacia el exterior para las empresas argentinas luego de los años del nacionalismo autonomista de mediados del siglo pasado, y creó específicamente en Brasil una plataforma de acceso al exterior para numerosas empresas argentinas”, afirmó el especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo.
Y agregó que durante los primeros años de vida del bloque Brasil llegó a recibir 26% de todas las exportaciones argentinas (hoy recibe menos de 15%) y esas ventas al socio mayor se quintuplicaron en aquellos inicios entre 1990 y 2000″.
Asimismo, dijo que la alianza regional “no ha creado una institucionalidad que le permita superar la necesidad de la diplomacia presidencial y se ha quedado en su condición de mero acuerdo arancelario”. (Fuente: Infobae)