A mediados del año próximo, Verónica González será enjuiciada por el asesinato de su esposo. En 2011 había sido asesinado el hijo de ambos, Gastón.
Verónica González, quien está acusada de asesinar a su esposo Carlos Bustamante en Miramar en marzo de 2019 será enjuiciada en junio del próximo año por los tribunales de Mar del Plata, el mismo mes que el hijo de ambos, Gastón Bustamante, cumpliría 21 años si no hubiese sido brutalmente asesinado en 2011, un crimen aún impune.
Según el diario La Capital de Mar del Plata, el escenario del juicio a González será la sala de audiencias del Tribunal Oral N°4, cuyos jueces tendrán frente a sí la prueba generada por la fiscal María Florencia Salas, que compromete seriamente a González.
Asimismo, existe la expectativa de que el juicio por el asesinato de Carlos Bustamante, ocurrido el 22 de marzo de 2019, puede ser la llave que abra la puerta hacia el esclarecimiento del crimen de su hijo Gastón perpetrado una década atrás, el 20 de noviembre de 2011.
Las sospechas de que Verónica González pueda haber intervenido en el homicidio de su propio hijo no son nuevas, de hecho fue la primera investigada. Pero no hubo demasiadas pruebas en su momento. Ahora, con el surgimiento de otro asesinato de un integrante de la familia, en el mismo lugar del anterior, con pericias psiquiátricas para ser usadas, con una condena perpetua posible, las expectativas de una nueva información son reales.
Verónica González se encuentra hoy en la Unidad Penal N°50 de Batán. Según la fiscal, la mujer pretendió montar una coartada al llegar a su casa y “descubrir” a su marido agonizante, pero los testimonios, las cámaras de seguridad, las llamadas telefónicas y, principalmente, la evidencia forense contaron otra historia.
Las coincidencias entre ambos asesinatos, el de Gastón en 2011 y el de Carlos en 2019 son llamativas. Ambos estaban con un almohadón impregnado en sangre, ambos tenían golpes, ambos habían sido atacados mientras dormían durante la mañana; quien mató a Bustamante y a su hijo contaba con llave para entrar ya que la casa no tenía señales de haber sido accedida por medio de la violencia.
La investigación del crimen de Carlos Bustamante no tuvo fisuras porque, a diferencia de la pesquisa del asesinato de su hijo, las pruebas estaban groseramente a la vista. (DIB) MCH