Según una investigación, la anafilaxia a las vacunas ocurre en aproximadamente 1 de cada 760.000 vacunaciones
Dos personas que fueron inmunizadas este martes en Inglaterra con la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer y BioNTech sufrieron una reacción alérgica y los reguladores británicos han recomendado a quienes tengan un historial clínico de alergias severas que no reciban esta fórmula.
La Agencia Reguladora de Productos Medicinales y de Salud (MHRA, por sus siglas en inglés) emitió la advertencia para todas aquellas personas que en el pasado hayan experimentado reacciones alérgicas graves a fármacos, algunos alimentos u otra vacuna. Los reguladores piden que los centros donde se están administrando las vacunas tengan instalaciones adecuadas para atender a los afectados en caso de algún tipo de reacción.
Al parecer, estas dos personas tenían un historial clínico de alergias severas y llevaban consigo autoinyectores de adrenalina, según indicaron este miércoles los medios británicos. Poco después de ser vacunados, ambos presentaron síntomas de anafilaxia pero se recuperaron una vez que recibieron el tratamiento adecuado, según las autoridades sanitarias. Ese tipo de reacciones son repentinas y generalizadas, que suelen empezar con una sensación de hormigueo y mareo.
Pero, ¿qué es una reacción anafilactoide? La anafilaxia es el resultado de que el sistema inmunológico, el sistema de defensa natural del cuerpo, reacciona de forma exagerada a un desencadenante. Los síntomas incluyen sensación de mareo o desmayo, dificultad para respirar, latidos cardíacos rápidos, colapso o pérdida del conocimiento. La anafilaxia es una emergencia médica y puede ser muy grave si no se trata rápidamente.
“Es una reacción alérgica inesperada, que aparece rápidamente dentro de la hora del contacto con lo que produce alergia y que genera reacciones que pueden variar desde afecciones en la piel en un 80% de los casos hasta afectar la vía respiratoria produciendo broncoespasmo y dificultad para respirar”, manifestó en diálogo con Infobae el médico especialista en Alergia e Inmunología Claudio Parisi (MN 95.292).
Según una investigación, la anafilaxia a las vacunas ocurre en aproximadamente 1 de cada 760.000 vacunaciones. Peter Openshaw, ex presidente de la Sociedad Británica de Inmunología y profesor de medicina experimental en el Imperial College de Londres, explicó: “Como con todos los alimentos y medicamentos, existe una posibilidad muy pequeña de una reacción alérgica a cualquier vacuna”.
“Sin embargo, es importante que pongamos este riesgo en perspectiva. La aparición de cualquier reacción alérgica -continuó- fue uno de los factores monitoreados en el ensayo clínico de Fase 3 de esta vacuna Pfizer y BioNTech COVID-19, cuyos datos detallados ya fueron publicados. En esto, informaron un número muy pequeño de reacciones alérgicas tanto en el grupo de la vacuna como en el del placebo (0,63% y 0,51%)”.
“De manera similar al lanzamiento de todas las nuevas vacunas y medicamentos, esta nueva vacuna está siendo monitoreada de cerca por la MHRA. Ahora investigarán estos casos con más detalle para comprender si las reacciones alérgicas estuvieron relacionadas con la vacuna o fueron incidentales. El hecho de que sepamos tan pronto acerca de estas dos reacciones alérgicas y que el regulador haya actuado al respecto para emitir consejos de precaución muestra que este sistema de monitoreo está funcionando bien”, finalizó Openshaw.
En palabras del profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefe del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral Gustavo Marino (MN 81.461), “el riesgo de anafilaxia existe con todas las vacunas, por eso siempre deben aplicarse en centros que tengan el personal entrenado y con el suficiente equipamiento para tratar una reaccion alérgica”. Y agregó: “Si bien la reacción es aguda, porque en general se da minutos después del contacto con el alergeno, el personal entrenado podrá detectar los primeros síntomas y tratarlo en forma adecuada, haciendo que aún en el peor de los casos el paciente no tenga una progresion de los sintomas”.
El hecho de que algunas personas no puedan aplicársela (por ejemplo, debido a reacciones alérgicas) hace que sea aún más importante que otras personas lo hagan. Como explica el NHS, cuantas más personas sean inmunes, menos posibilidades hay de que alguien que no pueda recibir la vacuna se exponga al virus.
En ese sentido, la doctora Jennifer Rohn, bióloga de células medicinales de la UCL, sostuvo en diálogo con el The Huffington Post: “No todo el mundo puede vacunarse. Hay personas que son demasiado vulnerables y están inmunodeprimidas y confían en que todos los demás hagan lo correcto“.
Entonces, ¿quiénes no deberían vacunarse? El consejo de la MHRA establece que “cualquier persona con un historial de una reacción alérgica significativa a una vacuna, medicamento o alimento (como un historial previo de reacción anafilactoide o aquellos a quienes se les haya recomendado que lleven un autoinyector de adrenalina) no deben recibir la vacuna de Pfizer y BioNTech“.
El folleto de seguridad para el paciente de la vacuna advierte que cualquier persona alérgica a cualquiera de los principios activos de la vacuna no debe recibir la inyección. Y agrega: “Los signos de una reacción alérgica pueden incluir erupción cutánea con picazón, dificultad para respirar e hinchazón de la cara o la lengua”.
Es posible que las personas que se someten a ciertos tratamientos médicos o aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos tampoco puedan vacunarse de manera segura y dependerán de la población en general para recibir la vacuna, desarrollar inmunidad colectiva y, por lo tanto, protegerlos indirectamente del la enfermedad. (Fuente: Infobae)