Las alarmas sonaron el lunes y martes pasado en la planta de Toyota, en Zárate. Varios trabajadores del área de welding (soldadura) dieron positivo de Covid-19. La empresa japonesa, entre las más cuidadosas del país con relación a los protocolos de seguridad e higiene, debió suspender los turnos de producción de la mañana de ambos días. En la compañía no tienen dudas: la mayor circulación de gente durante las últimas semanas -y no lo que ocurre dentro de la fábrica- fue el vector determinante para la aparición de nuevos focos. En ese diagnóstico coinciden con el Gobierno, actualmente más preocupado por la economía de 2021, un año condicionado por elecciones de medio término.
Mientras el hemisferio norte transita la segunda ola del virus con miles de muertos, la meseta elevada de casos y un salto en los contagios locales preocupa al oficialismo. Para encontrar más de 11.000 contagiados, como ayer, hay que remontarse a mediados de noviembre. Los números de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires ya se parecen a los de octubre, pese a que expertos alertan sobre el mayor número de test por las vacaciones de verano y las Fiestas.
Para evitar otra catástrofe económica, como la del segundo trimestre de este año (la peor caída del PBI en la historia del país), en el Gobierno le rezan a las vacunas, La Sputnik V y la de AstraZeneca y la universidad de Oxford, las disponibles en un principio. Sin embargo, tres fuentes del equipo económico afirmaron a LA NACION que no consideran viable en 2021 una cuarentena de la misma intensidad, rigor y extensión como la establecida a fines de marzo y durante abril. Ese mes fue el único en la historia en la que no se fabricó ni un auto.
«Todo el Gobierno está trabajando con mucha fuerza para poder vacunar a la población y poder inmunizarla», dijo el fin de semana en una entrevista en Radio Con Vos el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que festejó la llegada de la vacuna rusa antes de fin de año. Pero en caso de que hubiera una segunda ola, Kulfas fue claro. «La situación es distinta a la de marzo o abril. Entonces se necesitó tomar medidas fuertes para que la población tomara conciencia de lo que significaba el coronavirus, algo inédito en la vida de las personas. Pero además se necesitaba adecuar al sistema sanitario, algo que se logró hacer», agregó el ministro.
«La industria aprendió a trabajar con protocolos. Las condiciones son distintas. Si tenemos un rebrote no sería necesario volver a generar semejante cierre de la economía. La Argentina, si algo aprendió, es a convivir con el virus. Sí, quizás, deberían tomarse algunas medidas más restrictivas, pero no a nivel de las de marzo y abril de este año», cerró.
Su visión es compartida por la Casa Rosada, según recogió LA NACION. «Las políticas sanitarias y económicas se van a ir evaluando con los datos en la mano», dijo allí un referente del área vinculada a la mesa económica más cercana al Presidente, y rápidamente aclaró: «Ahora sabemos más que en abril. Ya veremos». En el Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán, prefirieron no dar opiniones sobre situaciones hipotéticas. Allí, el economista de Columbia nunca descartó la segunda ola. Pese a que el Presupuesto 2021 no contempla gastos en IFE o ATP se guarda algunas «flexibilidades» en caso de que el déficit fiscal deba inflarse para sostener a trabajadores o a los sectores vulnerables.
En la provincia de Buenos Aires, donde el cristinismo se hace fuerte, creen que es «inviable» volver a cerrar totalmente la economía. «No sabemos cómo vamos a estar en marzo y abril. Pero cuarentena como al principio no la veo», dijo a LA NACION un funcionario de Axel Kicillof.
Allí no quieren minar el optimismo que recogen los relevamientos que lleva adelante el ministro de Producción de la provincia, Augusto Costa. Según los sondeos, el 88% de los empresarios bonaerenses encuestados cree que la actividad productiva «se mantendrá o aumentará» en 2021; un 95,3% de las empresas estima que las exportaciones provinciales estarán igual o mejor y el 23,8% de las firmas provinciales proyecta incorporar más empleados el año que comienza. Los números, sin embargo, muestran todavía un panorama preocupante para aquello que depende de las señales, como la inversión: sólo el 24,7% de las pymes de PBA planifica invertir. Es un porcentaje menor al que apostó al territorio bonaerense este año (36,5%). El relevamiento se hizo entre 417 empresas de 90 municipios bonaerenses, entre el 24 de noviembre y el 11 de este mes.
«La habilitación de actividades en la pandemia consideró las condiciones epidemiológicas, los riesgos asociados a cada sector y la necesidad de que la mayor cantidad de actividades estuviera en funcionamiento. Hoy estamos observando con preocupación el incremento de los casos tanto en AMBA como en el resto de la Provincia», dijeron cerca del gobernador Kicillof. «Lo que esperamos es que con los protocolos y la responsabilidad individual de cumplir con las medidas de prevención y cuidado logremos evitar que haya un rebrote pronunciado mientras se desarrolla el plan de vacunación. Si la situación empeora vamos a tomar las medidas que correspondan. Hoy es difícil evaluar cómo vamos a estar en marzo o abril y qué tipo de medidas van a hacer falta», agregaron.
Si bien el 93% de las empresas encuestadas ya están en actividad normal o parcial, sólo un 29,7% de las pymes tiene ventas en niveles previos a la pandemia. Es por eso que las autoridades ven improbable un cierre total en el distrito que aspira controlar el kirchnerismo y el único importante a la hora de evaluar victorias o derrotas en tiempos de elecciones de medio término. A nivel nacional, este año el PBI tendrá una caída como la de 2002, habrá 2,2 millones menos de ocupados, la pobreza rondará el 45% y quedarán 90.700 comercios cerrados.