El Presidente evitó hablar de «toque de queda» y mencionó los «toques sanitarios», por los controles que encararon algunos municipios; las medidas estarán a cargo de las fuerzas de seguridad y apuntan evitar las reuniones de jóvenes
El viernes próximo, el presidente Alberto Fernández reeditará una vez más la foto de trabajo junto a Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, cuyo último antecedente fue el del miércoles pasado. Con el alarmante crecimiento en los contagios de coronavirus como dramático contexto, el Presidente y los mandatarios responsables del área metropolitana evaluarán la implementación del denominado «toque sanitario». Es decir, restricciones para la circulación nocturna a cargo de fuerzas de seguridad a fin de evitar que la circulación del virus termine transformándose en la temida segunda ola que sufren distintos países de Europa y de la región, como Chile o Brasil.
«Se está evaluando. Va a depender de la situación sanitaria, la evolución de los casos y el comportamiento social», afirmó a LA NACION un estrecho colaborador del Presidente, que en el último día del año había dado pistas sobre sus intenciones en el control de una pandemia que parece haberse reactivado en coincidencia con la temporada de verano.
«Estamos contemplando la posibilidad de que las fuerzas de seguridad disipen aglomeraciones, pero no vamos a implementar un toque de queda, tal vez sí un toque sanitario como el que se aplicó en el interior», señaló Fernández a Radio 10, luego de su reunión del miércoles con Kicillof y Rodríguez Larreta en la quinta presidencial de Olivos.
«Vamos a dejar pasar el fin de año y a partir de la semana que viene vamos a mirar con lupa a ver cómo resolvemos esto», anticipó el Presidente. Las imágenes del relajamiento en el cumplimiento de las normas de distanciamiento en los centros de veraneo, y la acción de policías municipales como los de Mar del Plata o Berisso en el control de fiestas clandestinas, son preanuncios de la utilización de métodos más estrictos de disuasión para evitar las «aglomeraciones» de las que habla el Presidente.
Si bien en la ciudad y la provincia no quieren mencionar la palabra «restricciones» en plena temporada estival, el diagnóstico es igualmente preocupante a ambos márgenes de la avenida general Paz. «Es preocupante. Veníamos de semanas con más egresos que ingresos en los hospitales, y esto empieza a revertirse», advirtieron desde el Ministerio de Salud bonaerense que encabezan Daniel Gollán y Nicolás Kreplak. «Habrá monitoreo constante y cercano esta semana», agregaron desde el ministerio, sin descartar alguna restricción adicional, que cerca de Kicillof ven algo lejana.
«Vamos a tener que tomar medidas más duras. Yo propongo que se cierren las fronteras y que se imponga la restricción nocturna para circular entre las 22 y las 6», dijo a radio 10 Jorge Rachid, miembro del comité de asesores de Kicillof, aunque desde el gobierno bonaerense afirmaron que las decisiones «se tomarán en conjunto».
Eso sí: los municipios bonaerenses que reciben turistas no parecen estar de acuerdo con «militarizar» las playas. «Desde agosto pedimos implementar el test de PCR u alguna medida similar para entrar a la ciudad y desde la gobernación no hubo respuestas. Hay que buscar alternativas», afirmó a LA NACION el jefe de gabinete de Mar del Plata, Alejandro Rabinovich, contrario al eventual cierre de la nocturnidad.
El problema, que también reconocen las autoridades porteñas, es que el aumento de casos está centrado en los jóvenes. «Hay que pensar en controlar más la noche que el día, al igual que lo que se está haciendo en Europa», afirmó un estrecho colaborador de Rodríguez Larreta. «No sabemos si se trata de una relajación por las Fiestas de fin de año, o efectivamente una segunda ola», se esperanzaron desde el gobierno porteño, y destacaron que la suba de casos (2100 solo en el último día de 2020) se debe no solo al «comportamiento más relajado de la gente», sino también a «episodios que potenciaron los riesgos» (como el funeral de Diego Maradona, los festejos de River y Boca y las fiestas clandestinas) más la duplicación de los testeos en la ciudad.
Tanto en provincia como en ciudad aseguraron que el sistema de salud aún es capaz de absorber la demanda de nuevos casos, pero nadie se confía. «Se mantiene una edad de contagio en jóvenes adultos, nos preocupa la población en general. Hay que extremar los cuidados y las medidas, las restricciones se analizarán y se irán comunicando», afirmaron desde el Ministerio de Salud que encabeza Ginés González García. «En estas fiestas celebremos cuidarnos», reza el spot estrenado ayer en las redes sociales, mediante el cual el Gobierno reiteró la necesidad de las medidas básicas de prevención (lavado de manos, no compartir mate, usar tapabocas), casi como en el inicio de la pandemia.
Por: Jaime Rosemberg (Fuente: La Nación)