Esta semana, emitieron Chile, Panamá y Paraguay a tasas muy bajas, al igual que otros países de la región que, de esta manera, pueden fondear el aumento del gasto en medio de la pandemia
Con la excepción de la Argentina, los países de América latina siguen aprovechando la abundante liquidez que inundó al mundo desde la pandemia, para poder combatir la aguda crisis del último año.
Así se refleja en las constantes colocaciones de deuda soberanas a plazos muy largos y a tasa muy baja por parte de la mayoría de los gobiernos de la región.
El economista Mauro Roca, director gerente de TCW, destacó en Twitter que esta semana Chile, Panamá y Paraguay colocaron deuda en estos términos, mientras el riesgo país argentino se ubica en 1423 puntos y su deuda rinde el 17% en el mercado.
“Chile colocó deuda en euros por USD 1650 millones y en dólares por USD 2250 millones; en dólares consiguió USD 750 millones a 10 años a un spread de 87 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos y USD 1500 a 40 años a 127 puntos básicos de spread, o cupón del 3,1%”, explicó.
“Es decir, Chile tiene que pagar solo 3% de interés para endeudarse a 40 años; el beneficio de hacer las cosas bien por mucho tiempo”, indicó.
Además, destacó que también esta semana “Panamá colocó USD 2,25 billones (50% a 12 años a 112 puntos básicos sobre los US Treasuries y 50% a 40 años a 155 puntos básicos). Paraguay emitió USD 825 millones (70% a 11 años a 165 puntos básicos y 30% a 30 años a 225 puntos básicos)”.
En suma, afirmó, “Chile puede endeudarse a 40 años pagando 3% de interés, Panamá necesita pagar 3,25% de interés para tomar deuda a 40 años y Paraguay paga 4% a 30 años. Algunos países que pueden aprovechar la liquidez global mientras otros se inmolan en la autarquía financiera”, en elíptica referencia a la Argentina.
Los analistas consultados por Infobae coincidieron con este diagnóstico y afirmaron que, aunque se espera que se mantengan estas buenas condiciones para financiar la actual situación de crisis por la pandemia, la Argentina seguirá al margen, pese a haber cerrado una renegociación exitosa con los bonistas que no le exige pagos altos en los próximos tres años.
Fernando Marull, economista y director de FMyA, dijo que “en el segmento soberano, corporativo y provincial, hay un hilo conductor; en el caso del soberano, el eje positivo es que los vencimientos para delante son accesibles, pero falta el acuerdo con el FMI para hablar con el Club de París”.
El repunte de los commodities es el canal por el cual los emergentes recibirían dólares por la vía de la cuenta corriente. Sin embargo, países con track record de pagos favorable ya se están beneficiando por el canal de la deuda (Persichini)
“Esto limita el regreso a los mercados y, a la vez, las señales fiscales son moderadas, ya que se apunta a un déficit de 4,5% del PBI para este año, cuando en otras reestructuraciones se salió con un superávit”, explicó.
El endeudamiento de las provincias “también es un tema, porque hay provincias que lograron reestructurar la deuda así que podrían testear al mercado, pero por el otro lado está la provincia de Buenos Aires que no cierra su renegociación y eso mete ruido para todas las provincias”
En el caso de la deuda corporativa, hay una clara diferencia entre las compañías muy reguladas y que dependen de los dólares del Banco Central y las que pueden manejarse más libremente, explicó.
Por su parte, Fernando Baer, de Quantum, dijo que la renegociación de la deuda de YPF debe encarrilarse, “porque de lo contrario el daño será alto”.
“En un año en que Argentina puede tener cierto superávit comercial, pero pagos al exterior de deuda de empresas y con organismos internacionales que superan los 13.500 millones de dólares, de los cuales más de cinco mil millones son con el FMI”, detalló.
Con una tasa del 16 o 17 por ciento, el soberano lamentablemente ve desde afuera el mundo de tasa cero y dólar débil (Furiase)
En tanto, Nery Persichini, economista y Jefe de Estrategia de GM Capital, sostuvo que “los países emergentes están capturando rápidamente la mejora en las condiciones financieras internacionales”.
“Si bien la batalla contra el COVID-19 aún está lejos de terminar, el mercado tiene razones para justificar el optimismo. Entre ellas, los avances con las vacunas, las políticas de impulso fiscal, que promediaron 20% del PBI en economías desarrolladas en 2020, y la expansión de la liquidez de USD 8,4 billones propiciada por los grandes bancos centrales del mundo, cuyas hojas de balance avanzaron 55% desde el inicio de la pandemia”, explicó.
Además, aseguró que “el repunte de los commodities es el canal por el cual los emergentes recibirían dólares por la vía de la cuenta corriente. Sin embargo, países con track record de pagos favorable y estabilidad macroeconómica e institucional ya se están beneficiando por el canal de la deuda, o sea la cuenta financiera”.
“El espectro emergente tiene una ventana para colocar bonos. El spread EMBI+ se ubica en 330 puntos básicos, la mitad de lo que llegó a ser en el pico de stress de marzo pasado”, detalló.
En el caso de la Argentina, “con bonos que se valúan más por paridad que por rendimiento, difícilmente pueda capturar el ´veranito financiero´ para emergentes. Nuestro país cuenta bonos reestructurados hace solo cuatro meses que, a pasar de que no ofrecen pagos hasta 2024, están cargados de un nuevo riesgo de un evento de crédito. Por eso, valen menos de 40 centavos de dólar y prometen retornos siderales de 17% anual”, subrayó.
En el mismo sentido, el director de Eco Go, Federico Furiase, dijo que “con una tasa del 16 o 17 por ciento, el soberano lamentablemente ve desde afuera el mundo de tasa cero y dólar débil, donde Brasil coloca al 3% y la deuda basura de Estados Unidos está al 3,4 por ciento”.
En el caso de las provincias, también hay una situación dispar, entre las provincias más acomodadas en términos fiscales y aquellas atrapadas en la consigna del Palacio de Hacienda de no “ceder” antes los acreedores. Algo similar, indicó, ocurre en el sector privado.
“La Argentina puede capitalizar muy poco en este mundo hiperlíquido en el que los países vecinos colocan entre el 2 y el 4 por ciento”, detalló.
En tanto, un ejecutivo del sistema financiero local agregó que “la Argentina viene demorada en la contratación de vacunas y además tiene pendiente la negociación con el FMI; no tenemos un mercado de capitales ni tenemos crédito del exterior, así que cualquier nivel de déficit lo tenemos que financiar con emisión en un momento en que la inflación viene acelerando”.
(Fuente: Infobae)