El papel del Estado y de las mujeres
Los últimos resultados del proyecto “Prevención y Monitoreo de la covid-19 en municipios del conurbano bonaerense desde una perspectiva multidimensional”, seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), permiten hacer una serie de consideraciones.
Por un lado, la crisis sanitaria puso al descubierto y agudizó al mismo tiempo los problemas preexistentes en el territorio. Con un contexto recesivo de base e incrementos de los niveles de pobreza y desocupación (que ya para el tercer y cuarto trimestre del 2019 superaba los dos dígitos en el Gran Buenos Aires), la pandemia irrumpió complejizando el escenario.
Las restricciones a la movilidad hicieron que los entornos barriales y municipales cobraran relevancia. El contexto de covid-19 estableció escenarios de actuación local nuevos e imprevistos. Impactó y transformó a los diversos actores y sus relaciones y tuvo implicancias fuertes en la relocalización de los problemas.
Si bien el aislamiento y las condiciones de desigualdad social y económica agravaron el cuadro de situación, la acción del Estado y las políticas aplicadas fueron determinantes para reducir los efectos de la pandemia.
El pasaje hacia una etapa de distanciamiento y apertura gradual de actividades en los municipios desde la segunda parte del 2020, junto a una reducción de casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, permitió una reactivación paulatina pero variable, con persistencia de dificultades para una porción importante de establecimientos industriales junto a niveles altos de desempleo y pobreza.
Producción y empleo registrado
Un análisis para el segundo trimestre del 2020, sobre la base de información de empleo registrado industrial del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social respecto al mismo período del año anterior, permite examinar el impacto general de la pandemia en los partidos del Gran Buenos Aires según zonas, tamaño de las firmas y ramas de actividad.
En primer lugar, se aprecia una disminución de 7540 puestos entre ambos períodos con mermas mayores en los partidos del sur -Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y Quilmes- y noroeste -San Martín y Tres de Febrero-, que representaban el 65 por ciento de la caída del empleo industrial en el GBA.
En términos de tamaño, el impacto mayor aparece en las firmas pequeñas y en microempresas, cuestión que tiene correlatos con las ramas de actividad. Así, gran parte de la caída del empleo se explica por las ramas intensivas en mano de obra, ramas que están densamente compuestas de empresas pequeñas y muy pequeñas en partidos mayormente de antigua industrialización.
Las entrevistas a distintos referentes productivos destacan un primer momento de fuerte impacto de la pandemia y adecuación en el tiempo a la covid -19, aunque con diversidad de situaciones. En distintas empresas, junto al apoyo municipal, se pudieron implementar y desplegar protocolos de protección. En otras, las modificaciones y adaptaciones han sido relativamente marginales. En muchos casos, la transformación implicó una diversidad de cambios en los esquemas de producción, administración y comercialización.
Se registraron también algunas firmas que pudieron desarrollar procesos de reconversión, incorporación de tecnologías y hacer inversiones, mayormente vinculados a rubros esenciales, como alimentos, salud y servicios.
Así, luego de una etapa inicial de grandes restricciones a la actividad se pasaría a una apertura más amplia que abarcaría prácticamente al conjunto de sectores, con niveles de utilización de capacidad instalada mayores a los que había antes de la pandemia si bien perduran dificultades y restricciones en gran cantidad de empresas.
En todo el proceso, la acción estatal ha sido relevante destinando múltiples recursos y generando una amplia batería de instrumentos e iniciativas de apoyo. Entre ellas, se destacan en el sector formal: la prohibición de despidos, el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, la reducción de contribuciones patronales, créditos subsidiados y el mecanismo de validación de suspensiones con pago del 75 por ciento del salario.
Se destaca que la ATP, con el pago de hasta la mitad del sueldo, abarcó entre un 70 y 80 por ciento de las empresas relevadas y fue clave para mantener los niveles de empleo, en especial durante los momentos de mayor restricción y caída de las ventas.
Del mismo modo, la intervención de los municipios resultó central para viabilizar programas e implementar protocolos, medidas diversas de contención y apoyo a sectores afectados, acciones de articulación institucional, capacitación digital, comercialización y asistencia productiva más general.
Asistencia social y alimentaria
En materia social, el contexto prepandemia macrista y la pandemia impactan duramente sobre el conurbano bonaerense, como lo grafica el informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec para el primer semestre 2020 dónde casi la mitad de la población es pobre (47,5 por ciento) y la indigencia alcanza niveles importantes (13,6 por ciento).
En este marco, desde Nación se desplegaron una serie de programas fuertes: el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la Tarjeta Alimentar y el Potenciar Trabajo.
El IFE, prestación monetaria no contributiva de carácter excepcional con un monto de 10 mil pesos por grupo familiar que contó con tres rondas de pago -abril, junio y agosto/septiembre-, alcanzó los casi 2 millones de beneficiarios en el conurbano bonaerense.
El 61,7 por ciento de los mismos correspondía a trabajadores informales, mayoritariamente hombres, mientras que un 2,1 por ciento a trabajadoras de casas particulares.
De este modo, más del 60 por ciento de los hogares del conurbano recibieron este beneficio, y en algunos municipios la proporción superaba los dos tercios de los hogares: Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Lomas de Zamora, Merlo, San Miguel, José C. Paz y Moreno, alcanzando en los dos últimos, a casi un 90 por ciento de las familias.
La Tarjeta Alimentar, política de complemento integral alimentario dentro del marco del Plan Argentina contra el Hambre, presentó un amplio alcance. En el conurbano bonaerense se asignaron 363.260 tarjetas a sus titulares, que representan el 65 por ciento de las otorgadas en la provincia de Buenos Aires.
Otro elemento significativo es que el 95 por ciento de las tarjetas se entregó a mujeres, evidenciando el papel fundamental que las mujeres cumplen en las tareas de cuidado y en la gestión de los recursos del hogar.
Por su parte, el Programa Potenciar Trabajo del Ministerio de Desarrollo de Nación alcanzó a 222.345 beneficiarios (2 por ciento de la población del Conurbano). Orientado también a sectores socialmente vulnerables el programa es de carácter socioproductivo, y persigue el objetivo de mejorar la empleabilidad y generar propuestas productivas a través de la terminalidad educativa, la formación y certificación de competencias, siendo también el 69 por ciento de beneficiarios mujeres.
A través de Nación se transfirió a la Provincia de Buenos Aires 2457 millones de pesos a los programas sociales, siendo el 95 por ciento del monto total destinado al “Potenciar Trabajo”.
Desde la Provincia de Buenos Aires, el Servicio Alimentario Escolar (SAE) fue el programa con mayor alcance y cobertura. El sistema de comedores escolares de la provincia constituye la red de asistencia alimentaria estatal más institucionalizada y extendida de todo el universo de efectores de contención en materia alimentaria.
Finalmente, los municipios cumplen un rol clave en la coordinación de acciones en materia social y alimentaria en la implementación conjunta de programas. La asistencia estatal en materia social y alimentaria se despliega así de manera coordinada.
Flexibilización
En estos términos, la situación social, productiva y laboral en los municipios del conurbano bonaerense es compleja y heterogénea.
La flexibilización de las medidas de aislamiento y la recuperación paulatina de la actividad económica permitieron hacia el tercer trimestre de 2020, según la EPH-Indec, que ingrese nuevamente al mercado laboral una parte importante de la población que se había retirado ante la imposibilidad de buscar trabajo por las restricciones a la circulación.
Esa recuperación fue motorizada por los sectores que habían sido los más afectados durante la pandemia, los trabajadores más precarizados, esto es, asalariados informales y trabajadores independientes.
No obstante ello, los últimos datos oficiales con una desocupación abierta del 14,8 por ciento para el GBA, la más alta del país, sumado a los niveles de vulnerabilidad y el clima de incertidumbre propio de la evolución de la pandemia, obligan a priorizar estratégicamente este territorio con fuerte relevancia y derivaciones a nivel económico, social y político.
* Investigador-docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento/Conicet.
** Investigadora-docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Informes del proyecto disponibles en: https://www.ungs.edu.ar/ico/investigacion-ico/informes»>https://www.ungs.edu.ar/ico/investigacion-ico/informes (Fuente: Página 12)