La velocidad que tomó la inflación en los últimos meses y la falta de presentación de planes o medidas creíbles para intentar domesticarla están provocando un boom de los depósitos a plazo fijo en pesos indexados: subieron casi 20% en enero y acumulan un ritmo de crecimiento similar en lo que va de febrero, lo que hace que el stock de estas colocaciones marque niveles récord.
Los ahorristas parecen haber tomado nota de que la tasa mínima y regulada del 37% anual que los bancos pagan por un plazo fijo tradicional es cada vez más negativa en términos reales (por debajo de la inflación). El Banco Central (BCRA) la mantiene congelada en ese nivel, que implica una renta del 3,083% por mes, desde el 13 de noviembre, aunque la inflación escaló al 4% en diciembre y en enero.
Frente a esta situación, y con la puerta de acceso al dólar oficial cerrada, se produjo primero un boom de demanda de los bonos indexados por CER (un índice que elabora el Banco Central que replica la inflación), que ahora contagia a los depósitos privados a plazo fijo en pesos bajo administración del sistema bancario.
Los bancos habían cerrado el año 2020 con un stock de $56.650 millones depositados en plazos fijos indexados bajo administración. Ese stock ya cerró enero en $67.500 millones y superó los $78.000 millones a mitad de febrero, según los últimos datos oficiales publicados, con lo que muestran un crecimiento a razón de $1000 millones por jornada hábil.
El fenómeno, aseguran los analistas y confirman en los bancos, es generalizado. «Crecen tanto las colocaciones típicamente mayoristas (de empresas o inversores más sofisticados), como las minoristas y en la versión que podríamos llamar ‘tradicional’, como los que te dan la opción de pre cancelar al mes. Es un fenómeno generalizado y no me sorprende, porque la gente nota y sufre la aceleración inflacionaria y busca maneras de protegerse frente a ella», explicó el economista Jorge Neyro, de la consultora ACM.
«Notamos que la gente los mira mucho más. Algunos preguntan, otros ya directamente los suscriben por home banking«, explican en las entidades.
Allí incluso admiten que la demanda no aflojó aunque el ministro de Economía, Martín Guzmán, defendió semanas atrás en encuentros con empresarios y sindicalistas la pauta oficial del 29% de inflación que prevé el presupuesto, aunque flexibilizada al 31% en otros dichos.
«Yo mencionaría que si bien los plazos fijos de personas jurídicas son los que más están traccionando, lo cierto es que el ahorrista minorista le está perdiendo miedo a los instrumentos indexados y se está animando a salir del plazo fijo tradicional. Y esto está ayudando a moderar el excedente de pesos típico de principios de año, sin necesidad de haber subido las tasas», señaló, por su parte, Lorena Giorgio, economista de EconViews.
«Hoy en día, con tasas reales muy negativas ex-ante, los plazos fijos vienen creciendo al 5% en los últimos 30 días», completó la analista.
Para Neyro, otro factor que impulsa el crecimiento de las colocaciones en pesos es la «calma cambiaria», en referencia a la estabilidad que muestra desde hace semanas el dólar blue y la baja que registraron los dólares financieros en los últimos meses. «Con esto, la sensación es que ni siquiera el dólar accesible te está cubriendo frente a la inflación», acota.
Los plazos fijos indexados son instrumentos de ahorro en pesos «protegidos» de la inflación (UVA), aunque hay otra variante similar al ahorro «en ladrillos» (UVI), que se había impulsado para alentar los préstamos hipotecarios.
En el caso de los que indexan capital por CER, tienen un plazo mínimo de imposición de 90 días (UVA), lo que los hace poco digeribles para el ahorrista tradicional, más acostumbrado a colocaciones con vencimiento a un mes. Por esta razón, y buscando impulsarlos, desde hace un tiempo se ofreció la opción pre cancelable, que permite disponer de la colocación desde los 30 días, aunque en dicho caso se resigna el derecho al ajuste por indexación y el banco debe pagarle el 70% de la tasa que abona por el plazo fijo tradicional (25,9% anual).
Según las cifras oficiales, de los $78.000 millones invertidos en plazos fijos indexados por inflación, el 90% corresponde a dinero de inversores privados y el 10% restante a imposiciones realizadas por organismos públicos. A su vez, el 29% ya son pactadas bajo la opción «pre cancelable».
Al ajuste del capital que replican estas colocaciones al atarse al indexador se debe agregar una tasa de al menos 1% anual, que es lo que asegura, en definitiva, que mantengan un rendimiento levemente positivo. Es un dato al que el ahorrista debe estar atento, ya que se detectó que algunos bancos ofrecen una tasa menor a ese piso, por lo que fueron intimados por el Banco Central, ente regulador del sector.