Mientras CFK lanzaba munición gruesa contra jueces, medios y oposición, el ex presidente estaba reunido en su oficina de Olivos con dirigentes de Juntos por el Cambio. Preparativos electorales, diseño de estrategia y su mirada sobre la vicepresidenta
Cerca del mediodía, en las oficinas de Avenida del Libertador y Alberdi, en Olivos, no habían televisores prendidos que reprodujeran la virtual cadena nacional que daba Cristina Kirchner. Mauricio Macri estaba en medio de un día intenso de reuniones políticas y, confiesan sus allegados, “no estaba muy al tanto” de la declaración de la vicepresidenta ante los jueces de Casación por la causa del dólar futuro. No sabía o sobreactuaba desinterés.
La frase “yo sigo sentada acá y el otro mirando partidos de fútbol en Qatar” fue una de las más filosas que pronunció la ex presidenta y rápidamente llegó a oídos de su destinatario. “No lo estaba viendo en vivo y ni siquiera sabía que iba a declarar. Cuando se enteró lo que dijo Cristina se encogió de hombros”, revela una de las fuentes consultadas por Infobae sobre cómo reaccionó ante la munición más gruesa que lanzó el kirchnerismo después del anuncio de la querella criminal por el acuerdo con el FMI.
El ex presidente había coordinado para el jueves un día intenso de reuniones con dirigentes de Juntos por el Cambio, algunos del interior del país que tienen aspiraciones por competir electoralmente en sus territorios, como Córdoba y Santa Fe, y otros referentes nacionales. Al menos dos de los convocados hablaron con Infobae y confirmaron que los diálogos apuntaron a empezar a trazar líneas de acción política en los territorios, compartir miradas sobre la realidad local y nacional y confirmar que tendrá una activa participación en el armado de las listas.
Las fuentes también confirmaron que Macri transmitió una mirada muy negativa sobre los últimos movimientos del kirchnerismo, que no solo lo afectan a él por las críticas y la “querella criminal” anunciada por el presidente Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa, sino principalmente por la embestida contra los jueces y los medios. “Está muy preocupado porque ve una crispación creciente y cree que hay que enfrentar estos ataques sin medias tintas”, confió uno de sus interlocutores.
Esa posición la expresa con más alto perfil la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el dirigente peronista Miguel Ángel Pichetto, pero también la sostiene con su estilo el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con quien el ex presidente mantuvo en los últimos días dos diálogos telefónicos.
Mientras ocurren esos tironeos internos por el tono de la confrontación con el kirchnerismo, Macri también hizo gestos para otro de los actores principales de la coalición opositora: la Unión Cívica Radical. En las últimas reuniones se esforzó por destacar el liderazgo de Alfredo Cornejo, diputado y ex gobernador de Mendoza, con quien supo mantener una pésima relación cuando fue gobierno y que encontró, en el llano, una sintonía inesperada. “El radicalismo tiene en Cornejo a un muy buen dirigente”, repitió el ex presidente en las conversaciones.
En los diálogos también surgió el interrogante de la provincia de Buenos Aires, el distrito que tuerce el mapa político nacional de manera definitiva. Allí, las alquimias electorales que se pueden ensayar para tener una propuesta electoral competitiva están subordinadas a definir si, en ese tablero de ajedrez electoral, Macri podrá o no “jugar la dama”: María Eugenia Vidal.
Además, Lousteau
En la oposición no solo Macri activó el “modo electoral”. El senador nacional Martín Lousteau decidió iniciar una gira de tres días por Córdoba para apoyar al dirigente radical Rodrigo De Loredo y al intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer. Lo resolvió después de haber hecho siete visitas a la provincia de Buenos Aires para apoyar la candidatura de Gustavo Posse a la presidencia de la UCR bonaerense, en una movida incipiente por extender su liderazgo más allá de las fronteras de la Ciudad.
Aunque todavía no resolvió si avanzará con una candidatura nacional, Lousteau cuenta en varias provincias con dirigentes que juegan en un embrionario esquema nacional. De hecho, el sábado se constituyó la JR Evolución, un grupo de jóvenes con presencia en todas las provincias liderado por los radicales con los cargos más importantes en el partido, como Bernardo Weber, presidente de la FUA; la presidenta del Comité Nacional de la JR, María Belén Pérez y el juventud radical porteña, Tomás Mestre.
(Fuente:Infobae/Por Facundo Chaves / Román Lejtman)