Hasta hoy el acceso al país estaba habilitado solamente para los residentes que habían viajado antes del 25 de diciembre de 2020. Este lunes se dispuso un cierre total por el avance del coronavirus
En el marco del endurecimiento de los controles migratorios, el Gobierno suspendió en forma transitoria el ingreso al país por cualquiera de los pasos fronterizos terrestres.Así quedó establecido a través de la disposición 763/2021, publicada este lunes en el Boletín Oficial.
Hasta el momento, sólo estaban habilitados a ingresar a la Argentina los residentes que habían salido antes del 25 de diciembre de 2020. La norma conocida este lunes cancela esa posibilidad. De este modo, quedarán cerrados los 237 cruces internacionales, entre ellos los que se habían abierto transitoriamente en los últimos meses: Paso de los Libres – Uruguayana, Sistema Cristo Redentor, San Sebastián y Gualeguaychú – Fray Bentos.
Los argentinos o extranjeros residentes que se encuentren en el exterior y deseen regresar al país podrán hacerlo únicamente por medios aéreos o marítimos, a través del aeropuerto internacional de Ezeiza, el aeropuerto de San Fernando, o el puerto de la terminal de Buquebús siempre y cuando haya viajes habilitados a la Argentina desde el lugar en el que se encuentran.
“Yo necesito decirles a todas las personas que no vayan a las fronteras. No compren estos colectivos que prometen que los van a cruzar. Los 237 pasos fronterizos argentinos están cerrados. Y no hay manera de que pasen porque nosotros no podemos tener un laboratorio enorme como el que tenemos en Ezeiza en los 237 pasos fronterizos”, explicó la directora de Migraciones, Florencia Carignano.
“Hay gente que ha viajado entre dos o tres días desde Río de Janeiro con la expectativa de llegar a Paso de los Libres. Y llegan a Uruguayana, uno de los lugares con mayor cantidad de coronavirus donde no es recomendable estar ni un minuto y en donde no van a pasar”, contó.
Entre los considerandos de la Disposición publicada este lunes, el Gobierno señaló que “en Argentina, en la última semana, se registró un aumento del número de casos y se detectaron nuevas variantes del SARS-CoV-2, relacionadas a viajeros o a sus contactos”.
En este sentido, las autoridades nacionales sostuvieron que “la presente medida resulta razonable y proporcionada con relación a la amenaza y al riesgo sanitario que enfrenta el país y se enmarca en el conjunto de medidas y acciones que el Estado Nacional se encuentra llevando adelante”.
Además, se recordó que a partir de este mismo lunes, también quedaron suspendidos todos los vuelos regulares provenientes de Brasil México y Chile. Solo se permitirá el arribo de los aviones “necesarios para el regreso de las personas nacionales y extranjeras residentes que se encuentren en los destinos indicados”. Sin embargo, será el Ministerio de Transporte el que definirá la forma en la que regresarán: se adelantó que será de manera “gradual” y “según las capacidades operativas de los pasos internacionales habilitados”.
La decisión de suspender los viajes desde Brasil y Chile es porque son países vecinos que tienen una alta circulación comunitaria de la cepa Manaos, mientras que en el caso de México se debe a que muchos argentinos regresaron contagiados de ese país en las últimas semanas, aunque no de la misma de esta misma cepa.
Por otra parte, desde el sábado las personas que entren al país deberán cumplir, además de todos los protocolos que ya se encontraban vigentes desde que se decretó la emergencia sanitaria por el COVID-19, una serie de medidas adicionales para extremar los cuidados.
Entre otras cuestiones, los pasajeros estarán obligados a someterse a dos “pruebas para SARS-CoV-2″, una “al arribo al país y otra al séptimo día del ingreso”, y además tendrán que hacerse cargo del “costo de ambas”.
Quienes resulten negativo en el primero de esos tests van a tener que cumplir un aislamiento “por el término de 7 días desde la toma de la muestra”, pero podrán hacerlo “en los respectivos domicilios denunciados a tal fin en su declaración jurada de ingreso al país”.
Por el contrario, a quienes den positivo se les exigirá la realización “a continuación” de un PCR “para su secuenciación genómica, según indicación del Laboratorio Nacional de Referencia”.
Asimismo, tanto esta persona como sus “contactos estrechos” serán derivados para “cumplir el aislamiento en los lugares dispuestos por las autoridades nacionales correspondientes y destinados a tal fin, hasta tanto se efectúe el traslado seguro hasta su localidad de residencia, si correspondiera”. La estadía en estos sitios también estará a cargo del ciudadano argentino o extranjero residente que ingresa al país.
En caso de que el pasajero dé negativo en la primera prueba de detección del coronavirus, pero resulte ser positivo cuando se le realiza la segunda, a los 7 días de haber llegado, será responsable de pagar el testeo de secuenciación genómica, mientras que el Gobierno hará un “inmediato rastreo de los contactos estrechos de ese viajero o esa viajera”.