El ministro de Salud bonaerense publicó en Twitter un pedido para que la juventud evite exponer a sus seres queridos al riesgo de contagiarse con coronavirus. En diálogo con Infobae el funcionario pidió cinco semanas para que se amplíe la población vacunada
Todo el mismo día. Imágenes por televisión de un popular cantante de cumbia tocando ante una multitud, sin barbijos ni cuidados. Otras imágenes, también por TV, de un popular jugador de fútbol cantando, abrazado y sin barbijo, en el cumpleaños de su hija. Y filas largas, interminables, de familias en las veredas de hospitales esperando un hisopado para que le confirme si esta o no contagiado. Y en las mismas pantallas, entrada la tarde, un dato alarmante y definitorio: más de 20.800 argentinos infectados de COVID-19 en apenas 24 horas. Récord absoluto desde el inicio del calvario de la pandemia. Todo el mismo día.
En medio del vértigo de las noticias y del impacto completo de la segunda ola, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, publicó un tuit que resumen, tanto por lo que describe como por lo que pide, la disyuntiva en la que se encuentra el país y cada ciudadano: cuidarse y cuidar a los otros. “Si sabés que en pocas semanas, tus familiares, amigos o compañeros de trabajo con mayor riesgo a pasarla mal van a estar protegidos con la vacuna:NO PODÉS DEJAR DE BOLICHEAR POR UNOS DÍAS? No es un gran esfuerzo. Está en vos cuidarlos, después puede ser tarde”.
Tras esas declaraciones, el ministro del gobierno de Axel Kicillof reconoció en una entrevista con Infobae que su mensaje fue publicado en medio de la “bronca” que le produjo ver esas imágenes, cuando existe un horizonte de “cinco semanas” en las que, en caso de reforzar los cuidados para frenar la multiplicación de los contagios, se podría llegar a vacunar a la población que más necesita, los adultos mayores y pacientes con morbilidades.
La provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires explican más del 60 por ciento del total de infectados y de fallecidos del país, por lo que la llegada con toda la fuerza de la segunda ola puso en alerta a todos los gobiernos. Si bien Gollan admite que “no podrán poner policías en cada casa para controlar que no se hagan asados o fiestas clandestinas”, apeló a la responsabilidad de cada uno para extremar los cuidados que impida que se llegue a un colapso general del sistema de salud, con la consiguiente escalada de víctimas.
¿Qué situación o qué hecho lo llevó a publicar en Twitter el pedido a los jóvenes para no “bolichear”?
Este momento es un punto de inflexión. Si logramos frenar el aumento descontrolado de casos y terminar de vacunar a los grupos de riesgo, vamos a evitar el colapso del sistema de salud y bajar la mortalidad. Por eso, cuando veo situaciones que ponen en riesgo semejante objetivo me da bronca. Hoy me pasó eso cuando veo tantas fiestas sin protocolos. Sabemos que parte de la responsabilidad es de los organismos de control, pero también hay responsabilidad individual.
Además de “bolichear” ¿qué otras actividades generan riesgo de contagios y hay que evitar en este momento?
En este momento prácticamente no hay restricciones y la circulación tan alta de personas genera el aumento de casos. A eso hay que sumarle que los cuidados personales también han bajado. Se mezclan múltiples factores. En el ámbito público, el transporte y las actividades nocturnas son las más preocupantes. Pero es en el ámbito privado donde se producen los mayores contagios por el poco de respeto de las medidas de cuidado. Las reuniones con amigos y familiares generan contagios múltiples.
¿Qué más tendría que hacer la sociedad para cuidarnos y evitar que los contagios no se salgan de control?
Esta etapa tiene que ver con el espacio público pero, especialmente, con el ámbito de las decisiones privadas. Para regular el espacio público, vamos a tomar medidas que ayuden a evitar un crecimiento peligroso de los casos. Pero tiene que haber solidaridad y responsabilidad individual. No vamos a poder poner un policía en cada casa a controlar que no se haga un asado con amigos o una fiesta clandestina. La única manera de superar estas semanas complejas mientras seguimos vacunando, es con un acuerdo ciudadano donde cada uno vuelva a los cuidados individuales como al principio de la pandemia.
¿Qué nos puede puede pasar si no nos cuidamos?
En este momento la región está colapsada y Europa encerrada. Chile tiene toque de queda, Brasil es un desastre, Paraguay no tiene camas de terapia y podemos seguir con Europa. En Francia, Alemania, Italia y España no se puede salir a la calle. Está pasando ahora. Pasa en países con sistemas de salud mucho más sofisticados. Acá no pasó por la gestión que pudimos hacer de la pandemia, con una inversión nunca vista, y gracias a la solidaridad de la gente. No pasó, no está pasando, pero puede pasar. Por eso, sabemos que estamos en un punto de inflexión y las próximas cinco semanas serán claves.
Hay posicionamientos políticos que a veces explican el apoyo o el rechazo a una medida sanitaria ¿la grieta termina complicando la comprensión real de la pandemia?
La única grieta es: estás a favor del cuidado de la gente y de la vacuna o sos anticuarentena y antivacuna. No es cuestión de ideología política, es una cuestión de sensibilidad social y de amor por la vida.