La conducción nacional de JxC escenificó la necesidad de llegar juntos y en paz a las elecciones, pero la frágil tregua interna puede complicarse sin un acuerdo entre Macri y Rodríguez Larreta
En medio del peor clima interno de los últimos tiempos, la plana mayor de Juntos por el Cambio logró eludir los fantasmas del enfrentamiento permanente y acordó una serie de reglas de juego que buscan garantizar que la unidad de la coalición como un objetivo de todos. ¿Lograrán sostenerlo pese a que hasta ahora parece inevitable que las diferencias que hay en el PRO se diriman en las PASO tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires?
En el salón de Palermo donde se reunió la conducción nacional de JxC, sin embargo, las señales de alivio ante la perspectiva de una interna virulenta para definir las candidaturas se complementaron con algunos indicios de que será difícil sostener una tregua. No estuvieron las dos posibles rivales porteñas del PRO, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, y las ausencias se prestaron a especulaciones políticas. La ex gobernadora cumple una cuarentena tras su regreso de los Estados Unidos, aunque a algunos les pareció muy extraño que no haya participado ni siquiera de manera virtual desde una computadora, como lo hizo en la cumbre del PRO de diciembre pasado en Vicente López, cuando debió aislarse por haber tenido contacto con un enfermo de COVID-19.
Casualmente, o no, Vidal ya confirmó que no competirá en la Provincia de Buenos Aires, como lo transmitió el lunes pasado en la comida de Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli con los intendentes del Grupo Dorrego. Si no se conectó, ¿habrá sido porque no quería hablar ante sus compañeros de coalición? Cuando termine la cuarentena, la ex mandataria se reunirá con Mauricio Macri, quien insiste en que debe liderar la lista bonaerense.
En el caso de Bullrich, su faltazo se debió a un tema personal de último momento, pero también se prestó a sospechas: antes de la reunión de JxC, en su entorno admitieron que a la jefa del PRO no le gustaron las declaraciones de Macri en las que dijo que había que “contener los egos” en la coalición. Se sintió aludida y le pareció injusta la generalización cuando ella, aseguró, ya fue candidata a diputada cuatro veces y no se desespera por una banca.
Macri busca que en el distrito porteño se pueda consensuar una lista de unidad, pero Bullrich da muestras de que está dispuesta a competir con Vidal. Sus allegados deslizan que está avanzada la posibilidad de que sume a su nómina para las PASO a radicales disidentes como Luis Brandoni, una fórmula que le permitiría ganarle por casi cinco puntos a la ex gobernadora (22,8% contra 18%), según una encuesta reciente de la consultora de Jorge Giacobbe.
Por eso fue importante que los dirigentes de Juntos por el Cambio que sí estuvieron presentes en la reunión palermitana hayan conseguido bajarle el tono a las peleas y que no se produjeran cruces entre los dos contendientes de la pelea de fondo en la oposición, Macri y Rodríguez Larreta. Ambos mantuvieron un discurso conciliador y sin cortocircuitos delante del resto de la conducción nacional de JxC. Y el jefe de Gobierno incluso publicó en Twitter un mensaje en la misma sintonía: “Como dijo ayer @mauriciomacri, coincido plenamente en que lo más importante es profundizar la unidad de @juntoscambioar. Más que nunca, tenemos que fortalecer el equipo y estar JUNTOS”. Ambos pudieron hablar unos minutos y sin testigos antes del encuentro general.
Larreta ya tiene el aval de Vidal para dejar la Provincia y competir en Capital, pero no pudo convencer a los demás miembros de JxC de modificar el nombre de la coalición para facilitar que se incorporen dirigentes de otras fuerzas, como José Luis Espert, Ricardo López Murphy y Margarita Stolbizer. Ayer, el jefe de Gobierno tuvo que ceder ante la negativa de Macri, la UCR y Miguel Angel Pichetto. Alfredo Cornejo, el jefe de los radicales, contó que la noche anterior tuvo un Zoom con los referentes partidarios de las 24 provincias y la mayoría se negó a rebautizar el espacio por el peso de la marca de Juntos por el Cambio. Igual, la dirigencia opositora no preveía un cambio revolucionario: se iba a llamar “Juntos”, a secas. El debate terminó en una desprolijidad porque no quisieron ni escuchar a un equipo que estaba allí y que trabajó para presentarles opciones de diseño y de contenido alrededor del nuevo nombre.
La decisión que consensuó la coalición, enmarcada en las promesas de mantener la unidad, fue un cepo para evitar la fragmentación: los candidatos del espacio a nivel nacional deberán presentarse dentro de la estructura de Juntos por el Cambio y los partidos que lo hagan por fuera serán intervenidos. Ya hay distritos en la mira, como La Rioja y Tierra del Fuego, en donde las construcciones electorales de JxC podrían terminar con esa drástica medida.
También hubo consenso para crear una “mesa chica”, de dos integrantes por agrupación, para hacer desde la semana próxima un “peinado” de la situación electoral en cada provincia y acordar el piso de votos necesarios para la distribución de cargos legislativos a elegirse en las PASO, aunque cada distrito tendrá facultades para determinarlo. Un piso bajo favorecerá a los eventuales aliados de la coalición, mientras que uno alto privilegia a la dirigencia actual. Se habló de un mínimo de votos para entrar al sistema D’Hont de entre el 20% y el 30%, excepto en la Provincia de Buenos Aires, donde se elevaría al 35%.
Los únicos momentos de cierta tensión del encuentro se produjeron cuando habló Jorge Macri, titular del PRO bonaerense e intendente de Vicente López, que participó junto con su par de la UCR, Maximiliano Abad, y de la Coalición Cívica, Andrés De Leo. Sin mencionar el desembarco de Santilli como cabeza de lista en Buenos Aires, propuesta de Rodríguez Larreta que rechaza de manera tajante, el primo del ex presidente hizo un crudo llamado a la unidad y pidió evitar las PASO para garantizar la mayoría en el Senado provincial y las 58 intendencias de JxC. El jefe de Gobierno lo escuchó sin decir una sola palabra.
Nadie mencionó específicamente ninguna candidatura, no hubo acusaciones ni cuestionamientos personales. Ese tipo de gestos redondearon una sensación térmica menos elevada dentro de la coalición, aunque se abren enormes incógnitas sobre los agitados dias de negociaciones en la oposición hasta el 24 de julio, cuando venza el plazo para la presentación de las listas de precandidatos en las PASO del 12 de septiembre. Hasta entonces, creen algunos dirigentes pesimistas, puede pasar cualquier cosa en Juntos por el Cambio si no se reúnen Macri y Rodríguez Larreta. Cada uno le atribuye al otro la responsabilidad de consensuar listas para evitar que queden heridos en sus filas, pero las indefiniciones también dejan lastimados.