Detectada en Sudáfrica hace un mes, se conoce que es sumamente transmisible pero que produce cuadros más leves.
La nueva variante del coronavirus, Ómicron, originada en Sudáfrica y al parecer altamente transmisible, tendría algunas manifestaciones clínicas o síntomas particulares, diferentes a los de la original cepa de Wuhan y la Delta, como la tos, la fiebre alta y la pérdida de gusto y olfato.
De este modo, se ha determinado que la nueva variante se caracteriza principalmente por causar fatiga extrema, sudores nocturnos, irritación de garganta, tos seca y dolores de cabeza y musculares leves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió, en tanto, que la variante Ómicron se propaga “a un ritmo no visto con ninguna otra”, y sostuvo que es probable que ya esté en todos los países tras su descubrimiento en Sudádrica el mes pasado.
“En la actualidad, 77 países han notificado casos de Ómicron, pero la realidad es que probablemente Ómicron esté en la mayoría de los países, aunque todavía no se haya detectado”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Nos preocupa el hecho de que la gente considere Ómicron como leve (…) Aunque Ómicron provoque enfermedades menos graves, el número de casos podría de nuevo desbordar los sistemas sanitarios que no están preparados”, añadió.
Según Abdi Mahamud, experto de la OMS, la propagación de esta variante es tan rápida que podría convertirse en dominante en varios países de Europa a mediados de diciembre.
Según proyecciones de la OMS, África alcanzaría el objetivo del 70% de su población vacunada contra el covid-19 en agosto de 2024. Actualmente, solamente 20 naciones africanas habían vacunado al menos al 10% de su población, otras 6 al 40% y solo dos (los archipiélagos de Mauricio y Seychelles) al 70%. (DIB) ACR