El número es más alto incluso que el previsto por las consultoras privadas. El alimentos es récord desde 1991. Las medidas que estudia el gobierno.
La inflación de febrero se disparó casi un punto por encima del dato del mes anterior y marcó 4,7%, impulsada sobre todo por los alimentos, que se encarecieron 7,5%. En un comunicado oficial el Ministerio de Economía relacionó los números al incremento de los precios a nivel global generado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, pero lo cierto es que la guerra estalló el 24 de febrero y su efecto pleno se evidenciará recién a partir de marzo.
Los alimentos -la categoría que más pesa en el índice y también la de mayor sensibilidad para los hogares argentinos- mostraron una suba sin parangón en los últimos años: es el dato más alto desde la hiperinflación de 1991.
De acuerdo con el informe publicado este martes por en Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) la variación interanual de precios fue de 52,3% y el acumulado de los primeros dos meses del año, 8,8%. Según calculó el economista Santiago Bulat, si se mantuviera todo el año este mismo nivel de inflación mensual 2022 cerraría con un índice en torno al 73,5%, muy lejos de la meta volcada por el equipo económico en el acuerdo con el FMI, donde traza un tope de 48%.
En enero ya se habían disparado la alertas, cuando los alimentos y bebidas sin alcohol registraron una suba de 4,9%, la más alta desde noviembre de 2019 y, por lo tanto, desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández. Según se desprende del informe publicado por el Indec, las frutas y verduras registraron subas de dos dígitos en casi todas las regiones. También se encarecieron los lácteos, con aumentos de entre 6% y 8% según la región; el pan y los cereales, con alzas de entre el 3,7% y 5,8%; y la carne, con incrementos en torno al 5%.
El Indice de Precios al Consumidor (IPC) captura productos incluidos en Precios Cuidados -representan más del 10% de los productos relevados en el Gran Buenos Aires-, lo que contribuye a moderar el dato. Si la inflación se mide en los comercios de barrio donde ese programa no está vigente el número suele ser incluso más alto, como lo evidencia el Índice Barrial de Precios que elabora el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), que arrojó una suba en alimentos de 9,8% para febrero.
En febrero el transporte también aumentó por encima del promedio general, 4,9%, impactado por la suba autorizada en combustibles. Además, incrementaron su tasa de aumento respecto al mes anterior Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,4% versus 3,3% enero); prendas de vestir y calzado (3,4% vs. 2,4% enero); vivienda, agua y electricidad (2,8% vs. 1,8% enero) por subas en alquiler de la vivienda y algunos servicios en el interior del país y bebidas alcohólicas y tabaco (2,7% vs. 1,8% enero), por aumentos en el segmento de bebidas.
El dato de inflación mensual es muy superior al anticipado por las consultoras privadas que, según el promedio que realiza el Banco Central, preveían 3,9% para este mes. De acuerdo con los pronósticos del mercado, la barrera del 4% se superaría recién en marzo, mes en el que suele haber subas estacionales vinculadas al inicio de las actividades laborales y escolares.
La evolución de los precios de los alimentos
Junto con el efecto pleno de la guerra, en marzo se hará el encarecimiento del 10,5% del combustible anunciado el domingo pasado, que impacta directamente en 0,3 puntos porcentuales del IPC y escala a los 2,2 puntos si se considera el efecto indirecto de la suba del transporte en los bienes y servicios.
Para el año, el mercado estima una inflación del 55%, por encima del pronóstico del Gobierno, que en el acuerdo técnico con el FMI anotó una suba en el rango de 38%-48%, luego de haber cerrado 2021 en 50,9%.
Tanto el presidente Alberto Fernández como el ministro de Economía, Martín Guzmán, admiten que la inflación es el principal problema de la Argentina. La suba de los precios y en especial de los bienes más básicos impacta de lleno en los hogares de clase media, con ingresos que no crecen al ritmo de la inflación y los exponen a caer debajo de la línea de pobreza. Por eso el Gobierno busca mostrarse decidido. Este martes el Presidente dijo en un acto en Malvinas Argentinas que el viernes “arranca otra guerra, la guerra contra la inflación en la Argentina”.
Anticipándose a la mala noticia del IPC, el Ministerio de Trabajo ya había convocado para mañana al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil con el objetivo de actualizar el monto de ese concepto, que actualmente es de $33.000. Los gremios que participan anticiparon que buscarán un aumento que pueda empatar la inflación proyectada, por encima del 50%, mientras que el Gobierno tratará de imponer su pauta del 40%.
Además de Precios Cuidados, el Gobierno intenta contener la suba con cortes de carne a precios populares (distribuidos por las grandes cadenas de supermercado), el fideicomiso de aceite y el más reciente fideicomiso del trigo. Este último busca capturar parte de la renta de los exportadores de ese bien y volcarla a quienes venden harina 000 y fideos secos en el mercado interno para que puedan mantener precios más bajos, “desacoplados” de los valores internacionales de su materia prima.
Según adelantaron fuentes de la Secretaría de Comercio Interior, también se está trabajando en la implementación de un “fondo de estabilización” de papa, cebolla y tomate, verduras que representan el 40% del consumo. La suba de retenciones, otra de las políticas puestas sobre la mesa en el marco de un nuevo “plan antiinflacionario”, todavía no fue confirmada por el Ejecutivo. (DIB)