«Epa! ¿A quién matamos?» Dice la expresión popular cuando consideramos que un precio o valor es excesivo. Los que fueron a la costa ya lo saben y los que no, se van a llevar la desagradable sorpresa de que los peajes subieron hasta un 66%!
En efecto, en la autopista Buenos Aires-La Plata se deberá pagar $ 40 (antes $30; aumento 33,3%), si no es hora pico, cuando la tarifa sube a $50. En Samborombón (Km 90 de la AU2), habrá que oblar $75 contra $45 de antes (66,6%); otros $75 (igual aumento) en Conesa (Ruta 11) o en Maipú (AU2). Total: $ 190. Algunos, además, deben sumar la nada barata ($40 y $55 en horas pico), estrecha, lenta y tortuosa 25 de Mayo.
Según estadísticas del Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (Conaduv) la Autovía 2 tiene un costo peaje/km de $0,42, exageradamente mayor que otras como las RN 12 y 14 ($0,20); Rosario-Córdoba ($0,19); Rosario-Santa Fe ($0,25) y Buenos Aires-Rosario ($0,29).
Más allá de su incidencia directa en el costo del transporte y, por lo tanto, en la inflación, ¿qué justifica un aumento del 66% en los peajes del llamado sistema vial integrado del Atlántico? Nada ha cambiado en la infraestructura: la calzada sigue tan ondulada como siempre y no se notan mejoras de ningún tipo; además, la autovía sigue atravesando poblaciones (Chascomús, Lezama, Castelli y otras), con el peligro que implica.
¿Qué índice se utilizó para calcular esa suba? La inflación fue de alrededor del 25% y ningún otro indicador económico se le aproxima.
La relación costo (alto)-beneficio (escaso) dista mucho de ser favorable para el usuario. Claro está, en enero y febrero pasan por allí la inmensa mayoría de los veraneantes que se dirigen a nuestra costa atlántica.
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