Paradójicamente, el 24 de octubre, día en que se conmemora el día de la astronomía en Argentina (con motivo de la creación del Observatorio Astronómico de Córdoba en 1871), el municipio de Chascomús promocionaba el inicio de un curso de astrología, realizado en las instalaciones del Museo Pampeano y auspiciado por el estado municipal.
Como bien es sabido, la astrología es una pseudociencia, esto es un cuerpo de creencias incompatible con el conocimiento científico (aunque se intente presentarlas como científicas).
Pero la refutación de la astrología no es el objetivo de estas líneas.
Existe abundante literatura científica sobre la cuestión de las pseudociencias y la astrología, de personalidades de la talla de Carl Sagan, Paul Kurtz o el gran Mario Bunge. El interesado en el tema podrá encontrar numerosos estudios al respecto para consultar, incluyendo también documentos de investigadores locales del CONICET.
Que no se malinterprete. No pretendemos decirle a nadie en qué creer. Somos libres de creer en que los astros ejercen una influencia sobre nuestras personalidades y nuestro futuro, que las pirámides de Giza fueron construidas por los extraterrestres, que las vacunas contra el COVID son parte de una conspiración mundial, que la Tierra es plana, o que pasar por debajo de una escalera trae mala suerte (más allá de los riesgos, de distinto nivel, que acarrean este tipo de creencias).
La cuestión es hasta dónde, desde el estado (en cualquiera de sus niveles), se pueden promocionar las pseudociencias y este tipo de actividades.
El estado no puede promover actividades que reivindiquen ideas y postulados descartados por la ciencia (para tomar un ejemplo cercano en el tiempo, recordemos cuando el municipio de Colón auspició un congreso de terraplanismo), sino todo lo contrario.
Justamente, debe ser el estado el que invierta recursos en la investigación científica, y el que desaliente el uso de recursos públicos en disciplinas pseudocientíficas.
De hecho, hasta es una obligación legal estado. No por nada tenemos un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y una ley que impulsa esas actividades.
El estado debe fomentar la formación de ciudadanos con un pensamiento crítico, fundamental para el ejercicio de una ciudadanía responsable. Lamentablemente, el pensamiento crítico es algo que las pseudociencias están lejos de promover, toda vez que son exponentes de lo que se denomina pensamiento mágico, cuya raíz, al decir de Bunge, es la ignorancia de la ciencia y de la técnica.
En definitiva, cada uno es libre de practicar la parapsicología, la astrología o la cartomancia, pero desde ningún punto de vista podemos pedirle al estado que las promueva o las financie, lo que, evidentemente ha decidido hacer la Municipalidad de Chascomús.
Aníbal José Maffeo
DNI 25679507
26/10/2022