Poco a poco el frío se viene instalando en nuestro distrito y los chascomunenses ya comenzaron a usar los calefactores.
La falta de mantenimiento de los aparatos de calefacción puede ocasionar pérdidas de monóxido de carbono, que en la Argentina produce alrededor de 250 muertes por año. Esta situación siempre es advertida desde los colegios de profesionales técnicos, que aconsejan siempre llamar a un profesional gasista, para controlar el buen estado de los aparatos.
El monóxido de carbono es considerado como un “enemigo invisible”, ya que es inoloro, incoloro, no tiene sabor y no irrita los ojos ni la nariz. Y es producido no solo por calefactores: también lo pueden generar calefones, termotanques, calderas, anafes o cualquier artefacto que utilice material combustible.
Debido a esta peligrosidad, que puede solucionarse en parte con la continua ventilación de los ambientes, existen dispositivos que miden este gas y advierten sobre su presencia.
En el mercado, existen artefactos medidores de monóxido que cuentan con distintas prestaciones basados en la detección y la activación sonora de una alarma. Algunos incluso detectan la emanación de gas. La ventaja es que se activan antes de que las personas sientan algún síntoma de intoxicación, como mareos, náuseas, somnolencia o cansancio.
Cada dispositivo tiene un alcance entre 50 y 100 metros cuadrados, que debe analizarse según los ambientes que desean ser protegidos, más allá que siempre es recomendable tener uno en las habitaciones y otros lugares de descanso o en la cocina.
Lo que hay que tener en cuenta a la hora de adquirirlos, es que algunos no cuentan con certificación de organismos oficiales. (Fuente; 0223)