Se creó en el marco de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en Florencio Varela. Investiga aspectos sociológicos, psicológicos, etológicos y legislativos en relación a la crianza de animales de compañía.
A la luz de los cambios sociales que otorgan a los animales de compañía un lugar cada vez más importante en la vida de las personas y de las familias, la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) creó el primer observatorio del vínculo humano-animal del país, una experiencia que busca profundizar las investigaciones en torno a aspectos sociológicos, psicológicos, etológicos y legislativos de la relación con perros y gatos.
“Es la primera experiencia de este tipo en el país, aunque me animaría a decir que no hay un observatorio de estas características en ninguna otra parte del mundo”, dijo a DIB el médico veterinario Juan Enrique Romero, quien está al frente de la iniciativa que integran destacados profesionales de diferentes campos y disciplinas.
El próximo 23 de agosto se realizará la presentación oficial del observatorio y se conocerán en detalle las diferentes áreas de trabajo. Romero aclaró que un aspecto importante será el que respecta al comportamiento agresivo, aunque no el único.
“Ya estamos trabajando a partir de los reportes de casos de comportamientos agresivos a través de las diferentes provincias y sus autoridades sanitarias, y de la publicación de noticias en medios de prensa en ese sentido”, dijo el médico veterinario. “En función de eso, buscamos investigar causas y consecuencias de ese tipo de incidentes”.
El domingo pasado en la Ciudad de Córdoba una joven murió tras ser atacada por dos perros raza Dogo que se escaparon de una vivienda, y el caso reavivó el debate sobre la tenencia responsable de los animales.
Además, el observatorio tiene secciones que trabajan sobre la investigación de la conducta general, así como también un área de discapacidad, que indaga en torno a las intervenciones asistidas con animales; mientras que un grupo de profesionales están a cargo del eje arqueopalentológico, que aborda el origen del perro y del gato, y que fomenta las investigaciones al respecto.
En tanto, un aspecto central será el legislativo, donde se revisarán las leyes vigentes y los nuevos fallos con perspectiva de derechos. En ese sentido, Romero celebró la incorporación al proyecto de Elena Liberatori, la jueza que le otorgó la consideración de “persona no humana” a la orangutana Sandra, en un fallo que dio vuelta el mundo, y a partir del cual se reconoció su personalidad legal y se admitió que los animales son seres sensibles y sintientes.
En lo que refiere a perros y gatos, el doctor Romero se niega a hablar de “mascotas” e invita a deconstruir algunas formas de nombrar en función del reconocimiento de sus derechos. En ese sentido, comenzó a acuñar otras terminologías: “No son un objeto, son nuestros ‘animales de compañía”, indicó. “Tampoco somos ‘dueños’, sino ‘tutores responsables’; y me niego a hablar de tenencia, prefiero ‘convivencia’”, señaló.
El lazo afectivo y las nuevas tendencias
En relación a los cambios sociales que han potenciado el lazo afectivo entre animales domésticos y personas, Romero los vinculó “a la postergación de las maternidades y paternidades, y a la necesidad siempre vigente de cuidado que tiene el ser humano”.
Asimismo, destacó el desarrollo el avance de la medicina veterinaria que alargó la vida de los animales, así como también la capacidad de adaptación al estilo de vida contemporáneo. “El gato se pudo acomodar fácilmente al ritmo posmoderno”, sostuvo Romero.
En ese sentido, explicó que si bien la incorporación del gato como animal de compañía es mucho más reciente que la del perro, actualmente tiene más éxito. “En muchas sociedades el gato está superando al perro, y esto tiene ver con la cuestión del tiempo y del espacio. Cada vez vivimos en lugares más reducidos y cada vez tenemos menos tiempo”, razonó.
Inclusive, señaló que “hoy las razas de perros más populares, sobre todo en las grandes ciudades, son las pequeñas. Cuando recién me recibí la raza más popular era el ovejero alemán, hoy solo tengo tres o cuatro pacientes de esa raza. La gran mayoría de los perros que atiendo no supera los 10 kilos”.
Los cambios sociales derivados de la pandemia de coronavirus también serán materia de estudio del observatorio. Romero lo calificó como “una bisagra” en lo referido al vínculo y al comportamiento, una línea investigativa en la que está todo por descubrir.
Por último, también habrá espacio para explorar las consecuencias en torno a una tendencia que preocupa cada vez más a los profesionales: la humanización de los animales. “Muchos tutores proyectan sus propias carencias y ambiciones en el animal; el límite es el maltrato y la cosificación”, consideró Romero.
Asimismo, la existencia de un mercado de productos y servicios pensados para los animales crece y se especializa, pero no siempre en función de sus verdaderas necesidades.
Desde el Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires apuntaron que, frente a este fenómeno, es importante recordar que “el amor por los animales de compañía implica no olvidar en ningún momento que pertenecen a una especie distinta de la nuestra, con sus propias necesidades”.
“Los animales con los que convivimos son parte de la familia y en ocasiones con la intención de demostrar el cariño, se cae en el error de humanizarlos”, señalaron. (DIB) MCH