No es usual lo que ocurrió en el Regimiento 1 de Patricios esta mañana: el jefe saliente del Ejército, Teniente General Diego Suñer, pronunció duras críticas a la reestructuración anunciada por el Gobierno, a la política salarial (con foco en el «destrato» durante más de una década en referencia a la gestión kirchnerista) y a la venta de terrenos del Ejército además de reivindicar el rol de las Fuerzas Armadas incluso en los años 70. Al final de la ceremonia, cuando ya Claudio Pasqualini ejercía el mando como jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino, le respondió el propio ministro de Defensa, Oscar Aguad, en un discurso que también él leyó.
La relación en los últimos tiempos fue tensa, la salida también. Al punto de que el martes se canceló la ceremonia prevista para las 19 en medio de negociaciones con el jefe del Ejército, con su reemplazo ya nombrado y publicado en el Boletín Oficial a través del Decreto 133/2018. Según reconstruyó Infobae, Suñer quería hablar pero se lo prohibieron en el Ministerio de Defensa. Intercedió el jefe de la Casa Militar, José Luis Yofre, y el propio Marcos Peña habría consensuado una salida que conformara a todos: realizar el acto en coincidencia con la marcha convocada por Hugo Moyano que concentra casi toda la atención, que hablara Suñer y que después Aguad pudiera responder, tal como finalmente ocurrió.
El acto arrancó cinco minutos después de la hora anunciada cuando pasó revista a las tropas el ministro Aguad. Ya en su sitio, un ayudante de campo leyó la trayectoria del Teniente General Suñer, promoción 1981. Escuchaban, entre otros, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj; el ex jefe del Ejército General Martín Balza, retirados, familiares, representantes extranjeros y hasta empresarios entre los que se vio a Cristiano Rattazzi.
Durante quince minutos Suñer justificó la «austera ceremonia» en solidaridad con «los camaradas de la Armada desde la pérdida de contacto con el ARA San Juan» y agradeció al presidente Mauricio Macri por su nombramiento, el que aceptó según dijo con la advertencia de no ocupar el mando por más de tres años para «permitir una rotación sana». También le agradeció «restituir la consideración, el respeto y el lugar institucional que el propio Estado debe reconocer al Ejército entre las instituciones permanentes de la República». Y «la voluntad de solucionar ilegales e injustas decisiones sobre las retribuciones que recibe nuestro personal por sus tareas a fin de adecuarlas al resto del Estado Federal y solucionar definitivamente los problemas que generan una enorme falta de equidad y una onerosa carga por litigiosidad por el pago abusivo de sumas no remunerativas».
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