La Mesa Nacional del centenario partido emitió un comunicado sobre el DNU que firmó Javier Milei
La Mesa Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) criticó el DNU del presidente Javier Milei. «Ninguna crisis se resuelve avasallando la institucionalidad democrática», expresó.
En el texto, el partido le exige al Presidente «convocar a sesiones extraordinarias» para «analizar en detalle las propuestas en el ámbito que corresponde, el Parlamento». De esta manera, explican, se podrá debatir y apoyar «las iniciativas que sean positivas para los argentinos».
«Por vía del DNU resulta imposible hacer este trabajo, porque solo se puede aprobar o rechazar en su totalidad. Y en el contexto hay cuestiones positivas, pero también otras muy preocupantes», apunta.
La UCR le pide a Milei que para «enmendar su error» envíe «un proyecto de ley espejo» para tratar en el Congreso.
Más temprano, se había expresado en esta línea el senador Martín Lousteau: «Anoche el presidente anunció un Mega DNU de una amplitud y longitud inédita. Estoy de acuerdo en que debemos cambiar muchas cosas en Argentina (…) Pero este DNU tiene 82 páginas con 366 artículos que derogan y modifican un sinnúmero de leyes y decretos».
«En el contenido del Mega DNU hay algunas iniciativas que pueden ser interesantes y otras irrelevantes para la agenda urgente. Otras pueden juzgarse como buenas, malas o realmente muy malas para las urgencias de la sociedad. Cada una de ellas merece un análisis riguroso e individual y para eso está el Congreso», analizó.
Enojado por el camino que tomó el ultraderechista, Lousteau advirtió que «con este método, en cuatro años podría venir otro presidente y mediante otro Mega DNU hacer exactamente lo contrario, lo que agregaría más incertidumbre e inestabilidad a la que ya padecemos».
«Ninguna reforma de fondo duradera puede lograrse de esta forma», insistió el senador, al remarcar que «el respeto a la institucionalidad evita abusos que dañan la sociedad».
En ese sentido, planteó el «sano» ejercicio de «pensar cómo reaccionaría uno si un presidente de signo político contrario al propio hubiera: 1) dado la espalda a la Asamblea Legislativa; 2) tomado medidas económicas con fuerte impacto para amplios sectores; 3) hubiera hecho exhibicionismo de fuerzas de seguridad y 4) dictado un DNU fuera de la legalidad que interfiere en múltiples áreas de la vida y la actividad. Así no funciona una democracia plena».
Finalmente, señaló que, a su entender, «el presidente debería reemplazar este inválido DNU por una ley espejo que se pueda votar por capítulos, y convocar a extraordinarias para darle tratamiento urgente». De esta forma, concluyó, «las reformas positivas, que tendrán consenso, podrán sancionarse y las que no lo sean, evitarse».