El genocida Miguel Etchecolatz abandonó en la madrugada de ayer su casa del Bosque de Peralta Ramos, en la balnearia ciudad de Mar del Plata, donde cumplía el beneficio de la prisión domiciliaria y partió al penal de Ezeiza a cumplir su sentencia.
Durante su traslado fue escrachado por vecinos, militantes y distintos referentes de organizaciones de derechos humanos que reclamaban su reingreso a una cárcel común.
“Adonde vayas los iremos a buscar” y «30 mil desaparecidos, presente, ahora y siempre”, fueron los cánticos que se escucharon durante el traslado.
La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por los jueces Mariano Hernán Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Gustavo M. Hornos, revocó –por mayoría— la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 6 de la Capital Federal que había concedido el arresto domiciliario a Miguel Osvaldo Etchecolatz por motivos de salud.
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