Además, el Riesgo País quedó en 1.121 puntos y marcó un nuevo récord en la era Milei.
Con los mercados de fiesta el gobierno de Javier Milei atraviesa una semana soñada: el riesgo país llegó al nivel más bajo en lo que va de su gestión, los dólares alternativos se consolidan por debajo de los $ 1.200 y los bonos y las acciones argentinos trepan con fuerza. Y como frutilla del postre y desafiando todos los pronósticos, el Banco Central sigue comprando divisas.
El indicador de JP Morgan que mide el sobre costo de la deuda llegó a 1.121 puntos y marcó un nuevo récord en la era Milei. El piso anterior había sido de 1.148 puntos, el 22 de abril pasado. Con este resultado, queda a un suspiro de quebrar el récord de la gestión de Alberto Fernández, cuando tras el canje de deuda que llevó adelante el ex ministro Martín Guzmán en 2020, el riesgo país tocó los 1.081 puntos.
Para encontrar un dato mejor a ese efímero piso del 2020 -en pocos días el indicador volvió a instalarse en la zona de los 1.200 puntos aquella vez-, hay que remontarse al 2018, antes de que estallará la crisis que se llevó puesto al gobierno de Mauricio Macri.
La reducción del riesgo país es consecuencia de la recuperación de los bonos, que a su vez reflejan una mayor confianza del mercado en la gestión de Milei. En lo que va de octubre el indicador cayó 13,1% y en lo que va del año 41,2%.
De hecho ayer se conoció que Morgan Stanley le recomendó a sus clientes que opten por activos argentinos, dando vuelta un consejo previo en el que habían sacado a los bonos argentinos de la lista de elegibles.
En esta rueda los bonos argentinos en dólares treparon hasta 3%, como es el caso del AL41. El AL30, el título más negociado repuntó 2%. En lo que va del año, la cotización de los bonos subió más de 60%.
Esta recuperación de los títulos públicos se da en simultáneo con la sesión en el Congreso en la que el Gobierno obtuvo el aval al veto presidencial a la ley de financiamiento universitario.
Así, el mercado responde con subas a la ratificación de la senda de ajuste sobre el gasto público y la política férrea de mantener el superávit fiscal.
La baja del riesgo país es esencial para que Argentina pueda pensar en volver a los mercados internacionales para refinanciar sus próximos vencimientos de deuda, tal como hacen todos los países con economías más o menos estables.
Si bien la baja es auspiciosa todavía falta para llegar a la Tierra Prometida. Basta mirar a los vecinos: en el riesgo país Brasil ronda los 250 puntos, en Chile los 125 y en Uruguay, los 120. Esto significa que cuando esos países colocan deuda pagan apenas 1,2 puntos porcentuales por arriba de la tasa del Tesoro de Estados Unidos, que promedia el 4%, mientras Argentina debería pagar 12 puntos más, lo que hace que cualquier intento de obtener financiamiento sea inviable.
En paralelo el blanqueo que ya cuenta con US$ 13.000 millones ingresados en las cuentas especiales de los bancos, tira hacia abajo los precios de los dólares alternativos. Por primera vez desde mayo todos los dólares paralelos están abajo de los $ 1.200.
El blue cotizó a $ 1.175, mientras el MEP se vendió a $ 1.147 y el contado con liqui a $ 1.191. Con esto, la brecha cambiaria, que llegó a tocar el 50% en julio, se reduce a 17%.
La fiesta también se sostiene en Nueva York donde los ADR escalaron hasta 7%. Los mejores resultados los tuvieron Edenor con 7,4%, seguido por YPF con 6,9% e YPF con 6,7%.
Para coronar el ambiente festivo, el Banco Central siguió de compras. En esta rueda se llevó US$ 120 millones. “Es la segunda compra más alta de octubre y en el mes acumula compras por US$ 551 millones, superando el resultado de los dos meses previos”, sostuvo el operador Gustavo Quintana.
Los resultados que está obteniendo el Central con sus intervenciones en el mercado sorprenden porque se esperaba que para esta época del año y por motivos estacionales pasara a una posición vendedora.
Sin embargo, no todas las noticias son buenas ya que hasta ahora las mayores compras del Central no se hacen sentir sobre las reservas, que se mantienen en US$ 28.348 millones en términos brutos, mientras las netas siguen siendo negativas en torno a los 5.000 millones. Este es el punto débil de la luna de miel de los mercados que podría cortarse si el veranito cambiario no se traduce en una sostenida acumulación de divisas que despeje las deudas que aún persisten sobre los futuros pagos de la deuda.