Tal como lo anunciaran todos los pronósticos, vivimos días de temperaturas muy elevadas que pueden poner en riesgo la salud. Es importante recordar un mínimo de recomendaciones para evitar malestar o poner en riesgo la salud.
Lo más importante es mantenerse hidratado. Beber agua con frecuencia, aún sin sed. Prestar especial atención a lactantes, niños, personas adultas y personas gestantes, quienes son más propensos a sufrir cuadros de deshidratación. Se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas que aumentan la temperatura corporal y la pérdida de líquido.
Además, se recomienda evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 hs, vestir ropa clara, suelta y de algodón, el uso de protector solar y de gorros al aire libre. Permanecer en lugares frescos y ventilados; optar por alimentación fresca y saludable, y cuidar la cadena de frío de los alimentos.
Los signos de la deshidratación son: sed intensa, debilidad, mareos, sequedad en la boca y orina de color fuerte u olor intenso. En estos casos, ubicarse en un lugar fresco o con ventilación, hidratarse y vestir ropa liviana. Si el malestar persiste, acudir a un centro de salud u hospital cercano.
Durante la lactancia se recomienda protegerse del sol mientras se amamanta, hidratarse permanentemente, amamantar con mayor frecuencia y a libre demanda para evitar deshidratación y golpes de calor. Tener en cuenta que hasta los seis meses de edad no se necesita otro alimento ni líquido aparte de la leche materna.
Si un niño presenta agotamiento por calor o una persona se encuentra afectada por un golpe de calor, se debe bajar la temperatura corporal mojándolo con agua fresca, llevarlo a un lugar fresco y acudir al centro de salud más cercano.
