
(Dr. Jorge R. Bregliano Hass)
Hay múltiples estudios multicéntricos sobre el daño que produce el uso de pantallas en niños y adolescentes, se han comprobado efectos negativos cuando el tiempo de pantalla es excesivo o inadecuado.
Estos son algunos
1. Impacto en el desarrollo cognitivo y emocional
– Un estudio publicado en JAMA Pediatrics (2019) encontró que los niños de 3 a 5 años que usaban pantallas más de lo recomendado (1 hora al día) tenían menos desarrollo en la materia blanca del cerebro, que está asociada con el lenguaje, la alfabetización y las habilidades cognitivas.
– Investigaciones en Pediatrics (2020) indicaron que un mayor tiempo de pantalla en menores de 2 años se asocia con retrasos en el desarrollo del lenguaje y la atención.
2. Problemas de salud mental
– Un estudio de The Lancet Child &AdolescentHealth (2019) concluyó que más de 2 horas diarias de tiempo de pantalla en adolescentes se asocia con mayores síntomas de ansiedad y depresión.
– Otra investigación en JAMA Psychiatry (2021) encontró que el uso excesivo de redes sociales en adolescentes está relacionado con una disminución en la autoestima y un mayor riesgo de depresión.
3. Problemas de sueño
– La luz azul de las pantallas puede alterar la producción de melatonina y afectar el sueño. Un estudio de SleepHealth (2018) mostró que los niños que usaban pantallas antes de dormir tardaban más en conciliar el sueño y tenían una peor calidad del mismo.
4. Problemas de conducta y atención
– Un estudio en JAMA (2018) encontró que el uso excesivo de pantallas en niños estaba vinculado con mayores problemas de atención e impulsividad.
– Otro estudio en PLOS One (2020) identificó que el uso excesivo de videojuegos y redes sociales podía aumentar el riesgo de síntomas relacionados con el TDAH.
5. Problemas físicos
– La Asociación Americana de Pediatría ha advertido que el tiempo de pantalla excesivo se asocia con sedentarismo, obesidad infantil y problemas posturales.
Recomendaciones
(Es una recopilación de estudios multicéntricos a nivel mundial)
– Ajustar la iluminación y la ergonomía para evitar fatiga visual y problemas posturales.
– Establecer tiempos de descanso si pasan muchas horas frente a una computadora.
– Usar anteojos recetados con cristales adecuados y filtros especiales.
– Concurrir al oftalmólogo con frecuencias anuales.