Cinco personas, entre ellas un agente de la Policía Federal, fueron detenidas en diferentes allanamientos realizados en Rosario y Gran Buenos Aires, en el marco de la investigación a cargo del fiscal Gustavo Ponce Asahad, por amenazas a cientos de referentes de derechos humanos y sociales.
El hostigamiento se realizaba a través de Whatsapp, una modalidad que recrudeció después de la marcha del 24 de marzo por el Día de la Memoria. Uno de los allanamientos se realizó en la zona de Pablo Podestá, localidad de 3 de Febrero, donde se detuvo a un hombre quien se desempeña como agente de policía federal, según publicó el sitio El Ciudadano.
Operativo. En la localidad bonaerense de Ensenada se detuvo a una mujer, en tanto que en Rosario, el saldo de los allanamientos fue de tres personas demoradas que luego quedaron en calidad de detenidos a la espera de la audiencia imputativa, la cual se realizará en los próximos días. En los tres domicilios requisados se secuestró material informático, celulares, notebook, CPU y pen drives que serán enviados a peritar.
El fiscal ordenó los operativos luego de analizar la portabilidad numérica, titularidad de líneas y posicionamiento geográfico de antenas de los teléfonos de donde provenían las amenazas.
«Son amenazas importantes, graves, en algunos casos son amenazas de muerte. Por ello consideramos desde el Ministerio Público que esto reviste de gravedad institucional», explicó Ponce Asahad, quien también confirmó que entre los amenazados se encuentra el fiscal federal Adolfo Villate y el secretario de uno de los juzgados federales que tiene a su cargo causas por delitos de lesa humanidad.
Modalidad. A través de teléfonos celulares que cambian cada tanto, crean grupos de Whatsapp (que superan los 200 contactos) con los números de querellantes y víctimas de la dictadura, concejales, diputados, funcionarios, gremialistas, referentes estudiantiles para hostigarlos y amedrentarlos.
Los grupos tienen nombres como «muerte a Milagro Sala», «El Tucu vive» (por el represor Eduardo Costanzo que recientemente violó su prisión domiciliaria) y en los últimos días se agregó «Zitelli vive» por el sacerdote que murió el viernes y que debía enfrentar un juicio por crímenes de lesa humanidad.
En esa aplicación de mensajería se lanzan amenazas como «están todos secuestrados», «disfruten sus últimas horas libres» o «prepárense para ser raptados
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