La Conferencia Episcopal Argentina convocó este domingo a una celebración por la Vida en la Basílica de Luján. Bajo el lema “A tus pies renovamos la esperanza #ValeTodaVida” se congregó una multitud de fieles que participaron de la Eucaristía. En la plaza, donde se celebró la Misa, y en las calles aledañas se encontraban grupos venidos de todo el país, incluso de provincias alejadas de Buenos Aires, como Mendoza, Salta y Misiones. Un gran número de fieles de los barrios carenciados de Buenos Aires se hicieron presentes, manifestando también que la vida es un don sagrado que debemos cuidar y respetar.
Antes de comenzar la celebración, los Obispos rezaron delante de la imagen de Nuestra Señora de Luján dentro de la Basílica. Monseñor Ojea encabezó el rezo del Ángelus que fue seguido por la multitud que se encontraba afuera a través de las pantallas. Al finalizar ese momento los mismos Obispos tomaron las andas de la Virgen y llevaron a María hacia la plaza, donde fue recibida por todos los fieles con cantos y alegría.
La Misa estuvo presidida por Mons. Oscar Ojea, Obispo de San Isidro y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Los concelebrantes principales fueron el Cardenal Primado de la Argentina, Mario Poli y el Nuncio Apostólico -recién llegado a la Argentina- Monseñor León Kalenga Badikebele. Participaron también el Arzobispo de Mercedes-Lujan, Mons. Agustín Radrizzani, su Obispo Auxiliar Mons. Jorge Eduardo Scheinig, Mons. Pedro Laxague, Obispo de Zárate-Campana y Presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia, y Mons. Carlos Malfa, Obispo de Chascomús y Secretario General de la Conferencia Episcopal. Estuvieron presentes también más de cuarenta Obispos provenientes del todo el país y sacerdotes que acompañaron a sus fieles.
En su homilía Monseñor Ojea destacó que: “Hemos venido para pedirle a la Virgen que nos enseñe los caminos para aprender a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla. A respetarla, porque la vida es puro don de Dios, por eso es sagrada. Nosotros no somos sus dueños. Somos administradores de este gran bien. Ella es el bien primero y fundamental, un bien que está más allá de nosotros. Un bien que no “fabricamos” aunque tengamos la maravillosa posibilidad de transmitirlo cooperando con el Creador”
En una parte de su mensaje, el Obispo se dirigió a los jóvenes a quienes les dijo: “Hemos recibido nuestra vida como don, por eso debemos cuidarla, tampoco somos dueños de otra vida humana. Es otro cuerpo, otra vida sobre la que no tenemos poder. Chicos y chicas, el aborto no es un derecho sino un drama”
Finalmente invitó a todos los presentes a rezar y expresó: “Pidámosle a la Virgen también que a través nuestro mire a todos los hogares del país, especialmente a nuestros jóvenes, a nuestros niños y niñas que crecen en el vientre de sus madres y que son nuestra mayor riqueza, nuestro mayor tesoro.
Antes de terminar la celebración, Mons. Agustín Radrizzani leyó la oración de consagración del pueblo argentino a la Virgen de Luján, gesto que culminó con la multitud de los fieles rezando la oración por la Vida de San Juan Pablo ll.
Al finalizar se vivió uno de los momento más emotivos, cuando los Obispos llevaron en las andas a la Virgen de Luján y lo hicieron por toda la plaza, ante la devoción de los fieles que expresaban SI A LA VIDA Y #ValeTodaVida
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