El obispo de Chascomús Carlos Malfa dijo que «debe ser conocida por todos la gran preocupación que la Iglesia argentina tiene sobre este tema, como ha quedado de manifiesto en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina. A ustedes, instructores, jueces, promotores de justicia, notarios, abogados o peritos les corresponde la delicada tarea de afrontar de modo directo el denominado delito de abuso de menores», dijo a los presentes.
«Ustedes son una parte clave en este proceso de sanación y renovación, que solo puede conseguirse garantizando que estamos preparados para responder de forma adecuada a esta grave crisis que han producido los abusos sexuales», indicó e instó a que el encuentro sea «una oportunidad de continuar ahondando en coordinar una respuesta que dé unidad y comunión a la praxis de la CEA ayudando a armonizar los esfuerzos de cada Ordinario para proteger a los menores».
«Es imprescindible que estas causas, ya judiciales ya administrativas sean tratadas con seriedad y de forma profesional y ello requiere formación en los procedimientos que la Iglesia ha implementado a través de la normativa canónica universal como es el motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela como también de la normativa particular en nuestro caso las «Líneas Guías» de la Conferencia Episcopal Argentina», dijo el prelado.
Luego expresó: «Aunque no es este el momento de detenerme en cuestiones mayores, sí me animo a insistir en recordarles que detrás de cada proceso están todas las personas implicadas, con las que ustedes tienen, de diferentes modos, un trato directo, todos deben ser tratados con respeto y caridad, todos deben ver en la Iglesia un espejo de justicia, incluso por supuesto los sacerdotes acusados. Sin embargo, peculiar atención debe prestarse a las víctimas, cuya primera necesidad es la de ser escuchadas y saber que la Iglesia presta atención a su historia, comprende la gravedad de lo que han sufrido y que quiere acompañarlas en el camino de curación; pero a la vez quieren ver, junto a los demás fieles, que la Iglesia trata con medidas efectivas, con procesos serios y justos de garantizar que se protegerá al Pueblo de Dios de estos lamentables delitos. Los animo a formarse y deseo que este encuentro de tribunales contribuya a ello».
«Por otra parte, en esta reunión de carácter más institucional, tenemos el propósito de conocer el presente y el futuro de nuestros Tribunales, sus necesidades y sus preocupaciones, en el tema de las nulidades matrimoniales», añadió.
Para finalizar, recordó que, como lo indica la carta apostólica del papa Francisco, «el restablecimiento de la cercanía entre el juez y los fieles no tendrá éxito si desde las conferencias episcopales no se da a cada obispo el estímulo y conjuntamente la ayuda para poner en práctica la reforma del proceso matrimonial», y advirtió que «este encuentro se enmarca dentro de estas palabras del papa Francisco en el Mitix, que nos ha impulsado a este acercamiento a los Tribunales para un primer diagnóstico de cómo nos encontramos».
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