El Obispo Malfa Participó ayer de la reunión de la Iglesia con el Presidente Macri
Ante la cúpula de la Iglesia, el Presidente Mauricio Macri adelantó ayer que los próximos meses “todavía serán duros” aunque aseguró que el Gobierno “está dando los pasos necesarios” en el plano social.
La reunión en el despacho del Presidente en la Casa Rosada se concretó una semana después de que la UCA difundiera su índice de pobreza con una marcada suba y por encima del 33%.
“Todavía tenemos meses duros por delante. Estamos en el territorio y sabemos lo que pasa, no ignoramos los problemas”, dijo Macri a los integrantes de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina durante el saludo por las Fiestas, según un comunicado que difundió Presidencia.
Fuentes con acceso al encuentro dijeron al diario Clarín que fue “cordial”, con planteos de las autoridades de la Iglesia por las consecuencias del tembladeral económico luego de la crisis cambiaria con inflación y recesión. Macri estuvo acompañado por Marcos Peña -jefe de Gabinete-, los ministros Jorge Faurie -Relaciones Exteriores- y Carolina Stanley -Desarrollo Social- y el secretario de Culto, Alfredo Abriani. Por la Iglesia asistieron el titular Oscar Ojea, Mario Poli -arzobispo de Buenos Aires-, Marcelo Colombo -Mendoza- y Carlos Malfa, de Chascomús. “Hubo coincidencia en que fue un año difícil y en la necesidad de seguir trabajando”, contó uno de los asistentes, que aseguró que no se habló en forma explícita del tratamiento de la legalización del aborto en el Congreso, una de las cuestiones que potenció el distanciamiento este año.
«Siempre el diálogo distiende y fomenta las relaciones. Se dio una charla muy amena, más allá de algunas cuestiones que se plantearon u opiniones distintas», dijo luego Stanley, en una conferencia de prensa posterior a la reunión de Gabinete. «Es una preocupación que compartimos, venimos trabajando de manera integral y el objetivo sigue siendo reducirla», agregó la ministra sobre la inquietud de la Iglesia por el aumento de la pobreza.
«Los Obispos, desde su mirada de pastores, aprovecharon la ocasión para expresar su preocupación por el aumento del índice de pobreza, reflejado en la última medición del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, la baja del consumo, el aumento del desempleo y el aumento de la desnutrición infantil», dejó expresada su postura las autoridades de la Conferencia Episcopal en un comunicado, en el que también expusieron «inquietud» por las «nuevas divisiones» en la sociedad «atravesada por la brecha de la inequidad», por las dificultades en la agricultura familiar en el interior y el «aumento creciente de la droga-dependencia», por lo que pidieron un incremento del presupuesto para la SEDRONAR : «No sólo es importante combatir la oferta de droga, sino también atender a la demanda».
Los funcionarios respondieron en la reunión con el «enfoque multidimensional» del problema y las obras que supuestamente generarán avances a largo plazo. «La Argentina tiene muchos años de pobreza estructural», marcó Stanley, que enumeró ante las autoridades del Episcopado planes como el de primera infancia, los bonos ($1.200 en septiembre y $1.500 en diciembre) para beneficiarios de la asignación universal por hijo y los refuerzos en programas alimentarios.
El Gobierno a su vez difundió como coincidencia el trabajo en temáticas de interés común como la prevención del embarazo adolescente no intencional. «Es importante para la Argentina conociendo los índices», dijo Stanley, y contó que la conversación incluyó el uso de anticonceptivos: «Que puedan saber y conocer para poder elegir».
Las diferencias entre el macrismo y la Iglesia se profundizaron en los últimos meses, en línea con la distancia entre el Papa Francisco y los principales funcionarios, con contadas excepciones como María Eugenia Vidal y Stanley.
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