Mientras transcurren los primeros meses de lo que se prevé será un año intenso, especialmente desde lo electoral, en Cambiemos parecen decididos a jugarle todas las fichas al ex intendente Luis Baldo para destronar al kirchnerista Gustavo Barrera de la intendencia de Villa Gesell.
Baldo fue intendente entre 1995 y 2007, cuando dejó el cargo, urnas mediante, a manos de Jorge Rodríguez Erneta. Erneta gobernó hasta 2013 y cedió su puesto a Barrera, que revalidó sus títulos en 2015, a pesar de que el kirchnerismo perdió la elección nacional y en la provincia de Buenos Aires.
A diferencia de los intendentes del PJ, Barrera se enfrentó abiertamente a la administración de María Eugenia Vidal. Permanentemente reclamó obras y denunció que era “discriminado” por su color político. En ese marco, Baldo ganó volumen político mediante el apoyo institucional de las espadas del Gobierno.
Esto le permitió, por ejemplo, ganar la elección legislativa del año pasado, en la que encabezó la lista local, con el 38 por ciento de los votos, contra el 33 de los candidatos del oficialismo. De ahí saltó rápidamente a la presidencia del Concejo Deliberante, pero no se detuvo.
Sólo esta semana participó de dos encuentros arrogándose representación institucional. Estuvo, con los intendentes de la región –Martín Yeza, Juan Pablo de Jesús, entre otros- durante el desembarco de Cristian Ritondo, que trazó un balance de la primera parte del Operativo Sol.
Ahora, Baldo recibió a la Subsecretaria de Turismo, Martina Pikielny. Según se comunicó, el concejal por Cambiemos solicitó el apoyo de la Subsecretaría de Turismo para conseguir el aval del subsidio para el “Enduro de Verano 2019”, una gestión que, en rigor, debería haber encarado Barrera.
El apoyo a los “sin tierra”, como se conoce a los dirigentes que deben disputar municipios que están en manos de la oposición, no es una movida “espontánea” de Cambiemos, sino el fruto de la presión de esos dirigentes. Esto se tradujo en un incremento de presencia en actos institucionales, y la posibilidad de mostrarse junto a las caras conocidas del oficialismo, como la propia Vidal.