La Justicia puso en el ojo de la tormenta a Marcelo D’Alessio, el abogado que apareció involucrado en un pedido de extorsión a un empresario al que le aseguró que estaba siendo nombrado en la causa de los cuadernos y que podía ayudar a despegarlo a cambio de 300 mil dólares. El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, ya le prohibió la salida del país y ordenó inmovilizar sus bienes y cuentas en el país y el exterior, mientras que este miércoles dispuso una veintena de allanamientos en todo el país: a su casa, a sociedades y a empresas vinculadas a su figura. Incluso los enviados judiciales buscaron dinero enterrado en el predio de su vivienda, ubicada en el country Saint Thomas Este, de Canning, pero no encontraron nada, revelaron a Infobae fuentes del caso.
Además se ordenó requisar e incautar casi diez autos, algunos de altísima gama, que serían de su propiedad. Pero se sospecha que D’Alessio se enteró de que la causa estaba avanzando en su contra. Así se habría desprendido de varios de los vehículos y hasta cerró las cajas de seguridad que tenía a su nombre.
Por lo pronto, en uno de los allanamientos en oficinas del edificio «Madero Plaza», ubicado en la avenida Juana Manso al 1500, de Puerto Madero, encontraron dinero y también dispositivos electrónicos y fílmicos: tenía un teléfono satelital. Además se secuestró importante documentación. Algunos de esos papeles comprobarían que en el último tiempo se desprendió de propiedades vinculadas a él. Ante esa sospecha, el juez avanzó también sobre propiedades de familiares directos del imputado y secuestró un barco, que está a nombre del padre de D’Alessio, un conocido consultor.