Luego de la aprobación formal de la cuarta revisión del programa stand by por USD 57.000 millones –y la autorización para un nuevo desembolso por USD 5.400 millones que llegará esta semana–, hoy se conocieron los detalles del staff report.
Se habla de «riesgos del programa elevados» y, entre otros ítems, se autorizó al Banco Central a tener una mayor participación en el mercado de futuros y se corrigió la perspectiva de crecimiento para el año: luego de haber pronosticado un repunte de 2,2% ahora corrigió a la baja a sólo 1,1%.
En el capítulo «Evaluación del staff» se detalla una serie de puntos sobre cómo ven los técnicos del FMI a la Argentina.
Si bien algunas consideraciones habían asomado el viernes, en el comunicado de David Lipton –el representante de EEUU que era el vice de Christine Lagarde y ahora la reemplaza de manera interina– luego de la aprobación, ahora se ampliaron. Por ejemplo, se comenta cómo se espera que sea la recuperación de la recesión, el por qué de las dudas electorales y lo motivos de posibles presiones sobre el dólar en un contexto electoral.
Las políticas del Gobierno. El staff destaca que «los objetivos fiscales se cumplen» y que «el Banco Central se adhirió consistentemente» a su objetivo de crecimiento cero de la base monetaria. «Sin embargo, romper la considerable inercia inflacionaria llevará tiempo y una implementación consistente del marco de políticas de las autoridades. Se espera que la actividad económica comience a mostrar crecimiento en el segundo trimestre de este año, pero es probable que la recuperación de la recesión sea prolongada», aseguran sin dar más precisiones.
Riesgos altos en medio del contexto electoral. «Los mercados financieros se estabilizaron desde abril, pero Argentina sigue expuesta a la posibilidad de brotes de volatilidad en los próximos meses, en gran parte relacionados con la incertidumbre que rodea a las próximas elecciones». Además, se destaca que la reducción de los vencimientos aumentó las necesidades de financiamiento luego de las elecciones. «Un cambio en las preferencias de los inversores respecto de los activos en pesos podría ejercer presión sobre el tipo de cambio y dar lugar a una mayor pérdida de reservas que la proyectada», describe el staff report.